La Casa Blanca condenó el sábado un ataque con misiles contra un pueblo druso del norte de Israel, calificando de “horrible” el ataque, en el que murieron 11 personas, entre ellas niños, en un campo de fútbol.
Las autoridades israelíes culparon a Hezbolá del ataque y prometieron responder contra el grupo libanés respaldado por Irán, aunque Hezbolá negó cualquier responsabilidad.
“Nuestro apoyo a la seguridad de Israel es férreo e inquebrantable contra todos los grupos terroristas respaldados por Irán, incluido el libanés Hezbolá”, afirmó en un comunicado un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.