¿Cómo mostrar liderazgo sin arruinar el momento de unión nacional que representa el aniversario de los peores atentados de la historia, cometidos hace exactamente 19 años?
Esto será lo que intentarán hacer el Presidente estadounidense Donald Trump y su rival demócrata Joe Biden, que viajarán este viernes de tarde al lugar donde se estrelló uno de los cuatro aviones secuestrados por yihadistas el 11 de septiembre de 2001, en Pennsylvania, un estado clave para las elecciones de noviembre.
Biden, que acelera sus giras electorales tras permanecer semanas encerrado en su casa de Delaware debido a la pandemia de coronavirus, viajará antes a Nueva York para la tradicional ceremonia de homenaje a los casi 3 mil muertos de los atentados contra las Torres Gemelas.
En la instancia Biden se reunió con el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, y guardo silencio en honor a las víctimas. Las intervenciones, que este año fueron pregrabadas debido al virus, son reservadas siempre a los familiares de las víctimas.
Pero a menos de dos meses de las presidenciales del 3 de noviembre, el exvicepresidente de Barack Obama aparecerá en la cobertura en vivo y en directo de los grandes canales televisivos estadounidenses.
Trump no viajará a Nueva York, aunque sí lo hará su vicepresidente, Mike Pence, quien incluso se saludó con el candidato demócrata.
El mandatario ha elegido viajar al campo de Shanksville, en Pennsylvania, a 500 km al oeste de Nueva York, donde se estrelló el vuelo 93 de United luego de que los pasajeros y la tripulación intentaran retomar el control de la nave secuestrada por cuatro yihadistas. Las 44 personas abordo murieron.
“Marcar puntos”
No hay que esperar sorpresas en el cruce entre Biden y Trump, asegura el profesor de ciencia política de la Universidad de Columbia Robert Shapiro: las ceremonias del 11/9 tradicionalmente “están desprovistas de retórica política, y están dedicadas a rendir homenaje a las víctimas” de los atentados.
Pero es un evento muy mediatizado, “donde el solo hecho de estar presente, de mostrar liderazgo y empatía, permite marcar puntos”, subraya. “Por lo tanto (los candidatos) aprovechan la ocasión, al tiempo que silencian temporariamente la retórica corrosiva habitual”.
El hecho de que ambos viajen a , donde los últimos sondeos dan cuenta de una carrera ajustada entre ambos candidatos, ilustra sus “cálculos evidentes”.
Pennsylvania fue demócrata durante largo tiempo hasta que en 2016 se inclinó por una corta mayoría por el republicano Trump, lo cual contribuyó a la sorpresiva victoria del exmagnate inmobiliario neoyorquino sobre Hillary Clinton.
Ahora los demócratas quieren la revancha.
Aunque las ceremonias del 11/9 marcan una tregua, podría ser de corta duración, como sucedió hace cuatro años.
La demócrata Hillary Clinton participó en la ceremonia en Nueva York en 2016, contrariamente a su entonces rival Trump. Pero sufrió un malestar y se fue antes del final.