El controvertido gasoducto Nord Stream 2 entre Alemania y Rusia, objetivo de las medidas de represalia tomadas por Berlín y Washington tras la invasión rusa de Ucrania, está “muerto” y no podrá ser “resucitado”, declaró el martes la número tres de la diplomacia estadounidense.
“Creo que el Nord Stream 2 ya está muerto”, afirmó la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, Victoria Nuland, durante una audiencia en el Senado. “Es un trozo de metal en el fondo del mar, no creo que vuelva a ser resucitado”, agregó.
“Creo que el oleoducto nunca volverá”, insistió frente a un senador republicano que exigió hacer permanentes las sanciones estadounidenses.
Estados Unidos se había opuesto durante mucho tiempo al gasoducto, deseado por Alemania y Rusia, creyendo que fortalecía la capacidad de Moscú para utilizar el suministro de energía a Europa como un “arma” geopolítica.
Pero ante el avance del proyecto, casi terminado, y para evitar enfrentarse con Berlín, el presidente estadounidense, Joe Biden, desistió en 2021 de sancionar a sus principales operadores.
Sin embargo, inmediatamente después de la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero, Alemania anunció la suspensión del Nord Stream 2, que aún no había entrado en funcionamiento, en coordinación con Estados Unidos, que impuso sus propias sanciones.
El operador del gasoducto germano-ruso, con sede en Suiza, se declaró en bancarrota y sus 106 empleados fueron despedidos.