Lisa Montgomery -de 52 años- fue declarada muerta ayer tras recibir una inyección letal en una prisión federal del estado de Indiana. Se trata de la primera mujer que es ejecutada en Estados Unidos en casi 70 años.

Montgomery fue condenada en 2004 por el homicidio de una mujer embarazada, a quien le hizo una cesárea improvisada para obtener su bebé -que sobrevivió- y abandonar el cuerpo en su casa al noreste de la ciudad Skidmore, Missouri.

Según el texto que presentaron ante la Corte Suprema los abogados de Montgomery, su clienta sufría de trastornos mentales graves ocasionados por violaciones grupales que sufrió de pequeña, razón por la cual ella no reconoció el motivo inicial de su condena. Aun así, la Corte Suprema y el Ministerio de Justicia rechazaron los recursos presentados por la defensa.

Durante el gobierno de Donald Trump se ha ejecutado a 10 personas, además de Montgomery, la mayoría en diciembre de 2020. La ley que permite las ejecuciones con inyección letal fue aprobada por la Corte Suprema en julio, mes en el cual se ejecutó a cuatro personas en tres días. El Departamento de Justicia aclaró que todos los condenados a pena de muerte son autores de asesinatos violentos. Aunque se han presentado múltiples recursos -por parte de la defensa de los condenados- para evitar las ejecuciones, los jueces han fallado siempre a favor del gobierno de Trump para proceder con la pena capital. Aun así, algunas de las ejecuciones fueron pospuestas debido a la pandemia.

Lisa Montgomery (Abogados de Lisa Montgomery vía AP, Archivo)

Kelly Henry, abogada de Montgomery, calificó la ejecución de “innecesaria” en su cuenta de Twitter. “Es un uso vicioso del poder autoritario. Cualquier persona que esté involucrada en la ejecución de Lisa Montgomery debería sentir vergüenza”, dijo.

Aún quedan pendientes dos ejecuciones más esta semana, ambas de afroamericanos. Pero aún existe incertidumbre alrededor de estas debido a que los condenados dieron positivos en los exámenes de coronavirus, lo que -según los jueces- les ocasionaría un sufrimiento ilegal según los estándares establecidos para las penas de muerte.

Las ejecuciones requieren de varios testigos y funcionarios para poder ejecutarlas efectivamente, motivo por el cual los guardias de la penitenciaría de Terre Haute -donde se llevarán a cabo las próximas ejecuciones- le escribieron al secretario de Justicia, Jeffrey Rosen, para que todos los guardias del establecimiento pudieran vacunarse antes. Sin embargo, el gobierno ha insistido en que las ejecuciones deben concretarse lo antes posible.

“En las últimas horas de la presidencia de Trump, hay una carrera por ejecutar a personas. Es una locura”, opinó el senador demócrata Dick Durbin.