El ejército de Estados Unidos contraatacó al grupo Estado Islámico este sábado, bombardeando con drones contra un “organizador” del EI en Afganistán.
El ataque aéreo se produjo en represalia por el devastador atentado suicida del jueves reivindicado por el grupo extremista, que mató a 169 afganos y 13 militares estadounidense en el aeropuerto de Kabul.
La reacción militar norteamericana se realizó en medio de lo que la Casa Blanca calificó de indicios de que el EI planeaba atacar de nuevo, mientras la evacuación de la terminal aérea de la capital afgana Kabul dirigida por Estados Unidos entraba en sus últimos días. El presidente Biden ha fijado el martes próximo como fecha límite para completar la salida.
El mandatario autorizó el ataque con drones y éste fue ordenado por el secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo un funcionario de Defensa, que habló bajo condición de anonimato para proporcionar detalles que aún no se han anunciado públicamente.
El Comando Central estadounidense dijo que el ataque fue contra un miembro del Estado Islámico en Nangahar que se cree que estaba involucrado en la planificación del atentado en Kabul. El ataque mató a un individuo, y el portavoz, el capitán de la Marina William Urban, dijo que no se sabía de víctimas civiles.
No estaba claro si ese individuo estuvo involucrado específicamente en la explosión suicida del jueves frente a las puertas del aeropuerto de Kabul, donde multitudes de afganos estaban tratando desesperadamente de entrar como parte de la evacuación emprendida después de la rápida toma del poder por parte del Talibán.
El presidente Joe Biden prometió el jueves que los autores del atentado no podrían esconderse. “Los perseguiremos y les haremos pagar”, aseveró.
Los líderes del Pentágono dijeron a periodistas el viernes que estaban preparados para cualquier acción de represalia que el presidente ordenara.
“Tenemos opciones en este momento”, dijo el mayor general Hank Taylor, del Estado Mayor Conjunto del Pentágono.
La rapidez con la que el ejército estadounidense tomó represalias refleja su estrecha vigilancia del EI y sus años de experiencia en atacar a extremistas en zonas remotas del mundo. Pero también muestra los límites del poder de Estados Unidos para eliminar dichas amenazas, que algunos creen que tendrán más libertad de movimiento en Afganistán ahora que los talibanes están de nuevo en el poder.