La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, expresó su preocupación por los posibles ataques del Ejército ruso contra embarcaciones civiles en el mar Negro tras la decisión del Ministerio de Defensa de Rusia de considerar a todos los barcos extranjeros con destino a puertos ucranianos como navíos transportistas de mercancía militar.

Esta decisión llegó la semana pasada tras abandonar el acuerdo del grano y, desde entonces, los bombardeos contra la ciudad ucraniana de Odesa, desde donde salían los barcos cargados de grano, ha estado constantemente sometida a ataques aéreos.

“Han destruido infraestructura porturaria y cientos de miles de toneladas de grano que podrían haber alimentado a hambrientos por todo el mundo. Lo que Rusia está haciendo a Odesa ha sido devastador, y seguimos preocupados por la posible ampliación de los objetivos militares rusos hacia los barcos de civiles en el mar Negro”, declaró Jean-Pierre.

“Esto es algo sobre lo que ya hemos advertido: creemos que Rusia puede atacar objetivos civiles y después culpar de estos ataques a Ucrania en operaciones de falsa bandera”, remarcó la portavoz durante una rueda de prensa.

Además, denunció los ataques contra Odesa en los que “el uso de misiles y drones” han servido para “matar y herir a civiles ucranianos, dañar iglesias, edificios residenciales y sitios calificados como patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)”.

Por otra parte, aseguró que la decisión del Kremlin de no renovar el acuerdo del grano ha causado “volatilidad” en el precio de los alimentos, lo que perjudicará a las “áreas más empobrecidas del mundo”.

Por último, ha pedido a Moscú que cese sus ataques contra la infraestructura relacionada con el suministro de alimentos y solicitó la vuelta al acuerdo del grano.