Estados Unidos instó este lunes a Colombia a localizar a las personas desaparecidas en el marco de las protestas contra el gobierno de Iván Duque, saludando el compromiso de Bogotá de investigar las denuncias de abusos contra los manifestantes.
“Agradecemos los anuncios del gobierno colombiano para investigar las denuncias de uso excesivo de la fuerza por parte de la policía”, dijo la portavoz del presidente Joe Biden, Jen Psaki.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca destacó que el gobierno de Duque haya activado “una unidad especial de búsqueda para investigar los reportes de personas desaparecidas con 35 equipos desplegados en todo el país para seguir las denuncias recibidas a través de líneas directas las 24 horas”.
“Alentamos a las autoridades a que sigan trabajando para localizar a todas las personas desaparecidas lo antes posible. Ciertamente alentamos esas acciones”, señaló.
Psaki se refirió al tema al ser consultada en rueda de prensa sobre los reclamos de legisladores estadounidenses, entre ellos el congresista demócrata Jim McGovern, para que el gobierno de Biden denuncie “clara e inequívocamente la brutalidad policial en Colombia”.
Las protestas que estallaron en Colombia el 28 de abril dejan al menos 43 muertos, 15 en relación directa con las manifestaciones y 11 en proceso de verificación, según la Fiscalía y la Defensoría del Pueblo de Colombia, el órgano constitucional que vela por los derechos humanos.
Las dos instituciones informaron que 290 personas habían sido reportadas como no localizadas. El Mecanismo de Búsqueda Urgente sigue activo respecto a 129 solicitudes.
Las protestas callejeras y los disturbios sociales, inicialmente contra un proyecto de reforma fiscal del que Duque ya desistió, han sacudido Colombia en las últimas semanas, mientras que la cifra de muertos por Covid-19 se ha disparado a más de 80.000, agravando el descontento social.
Sin visitas por ahora
El pedido de Washington a Bogotá se produce cuando la vicepresidente y canciller designada de Colombia, Marta Lucía Ramírez, desarrolla esta semana una intensa agenda diplomática en la capital estadounidense.
Según la embajada colombiana, la visita busca “fortalecer los lazos bilaterales, dar a conocer pormenores de la situación social que se está viviendo en el país y estrechar la cooperación en la lucha contra el Covid-19”.
Tras reunirse con el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, Ramírez descartó por ahora su pedido, así como el de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), para observar de primera mano lo que está ocurriendo en Colombia.
“Tenemos la solicitud de la CIDH y también del propio secretario Almagro. Hemos dicho que todas las visitas son bienvenidas. Pero en este momento consideramos que hay que esperar que los propios organismos de control acaben de hacer su tarea, investigar cada uno de los casos y organizar un plan en las próximas semanas para cualquiera de las visitas”, declaró a periodistas.
La CIDH, que solicitó hace diez días luz verde al gobierno de Duque para evaluar ‘in situ’ la situación de derechos humanos en Colombia, dijo en Twitter que durante el encuentro con Ramírez se “reiteró la importancia de la visita de trabajo y se trataron sus alcances y formato”.
En una carta al jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, McGovern, copresidente de la Comisión de Derechos Humanos en el Congreso estadounidense, y otros 55 legisladores instaron a una “desescalada inmediata” de las tensiones en Colombia.
La misiva fechada el 14 de mayo pidió incluso suspender la asistencia directa a Colombia, así como la venta de armas y equipamiento a la policía colombiana antidisturbios ESMAD, “hasta que se establezcan y cumplan parámetros de referencia de derechos humanos claros y concretos”.
Duque, cercano al gobierno del expresidente republicano Donald Trump, ha dicho que Colombia, tradicional aliado de Estados Unidos en la región, aspira a conservar una relación “estratégica, bipartidista y bicameral” con el demócrata Biden.