Estados Unidos declaró formalmente el miércoles que Hong Kong no gozaba más de la autonomía prometida por China, allanando el camino para eliminar los privilegios comerciales del centro financiero en una respuesta a una controvertida ley de seguridad que Beijing empuja en la excolonia británica.
Horas antes de que la Asamblea Nacional Popular (el parlamento chino) se dispusiera a votar la nueva ley de seguridad de Hong Kong que ha provocado protestas el Secretario de Estado, Mike Pompeo, indicó que China incumplía sus obligaciones negociadas para recuperar el control del territorio de Reino Unido en 1997.
"Certifico hoy al Congreso que Hong Kong no sigue garantizando el tratamiento bajo las leyes de Estados Unidos de la misma manera que las leyes estadounidenses se aplicaron a Hong Kong antes de julio de 1997", dijo Pompeo en un comunicado.
Según una ley aprobada el año pasado por el Congreso con el objetivo de apoyar el movimiento prodemocrático de Hong Kong, la administración debe certificar que el territorio aún es autónomo para gozar de un estatus comercial especial con Estados Unidos.
“Ninguna persona razonable puede decir hoy en día que Hong Kong mantiene un alto grado de autonomía de China, dado los hechos acontecidos en el terreno”, añadió Pompeo.
Aunque la administración podría disponer algo distinto, la ley indica que Hong Kong perdería sus ventajas comerciales, incluidos aranceles bajos de los que goza con la economía más grande del mundo.
Pompeo inicialmente había retrasado su informe, diciendo que Estados Unidos estaba esperando ver la sesión del parlamento de China.
Se espera que el jueves los legisladores chinos den un paso más en una ley que prohibiría la secesión, la subversión, el terrorismo y la interferencia extranjera, un paso que, según los activistas de Hong Kong, elimina las libertades básicas.
“Si bien Estados Unidos alguna vez esperó que un Hong Kong libre y próspero proporcionara un modelo para la China autoritaria, ahora está claro que China está modelando a Hong Kong a su imagen”, indicó el jefe de la diplomacia estadounidense.
"Estados Unidos apoya al pueblo de Hong Kong mientras lucha contra la creciente negación del PCC (Partido Comunista Chino) de la autonomía que se le prometió", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense.
Protestas encendidas
Un fuerte dispositivo policial impidió este miércoles en Hong Kong que los activistas prodemocracia se manifestaran contra otro proyecto de ley que pena con hasta tres años de cárcel cualquier ofensa al himno nacional chino.
La policía rodeó el edificio legislativo con barriles y realizó operaciones generalizadas para disuadir las reuniones masivas.
Además, dispersó a un centenar de activistas en un barrio comercial del centro de Hong Kong e informó del arresto de unos 300, en su mayoría adolescentes, según las imágenes difundidas en directo.
Algunos centenares de manifestantes se reunieron brevemente durante la pausa del almuerzo en los barrios de Causeway Bay y Central, antes de ser dispersados por disparos de gas pimienta irritante.
"Es como si, de hecho, hubiera un toque de queda", dijo a la AFP, Nathan Law, una figura del movimiento por la democracia. "El gobierno tiene que entender por qué la gente está realmente enojada".
La policía dijo que respeta "el derecho de los residentes a expresar sus puntos de vista pacíficamente, pero debe llevarse a cabo legalmente", y agregó que las multitudes bloquearon las carreteras.
Las reuniones públicas de más de ocho personas están prohibidas por la emergencia contra el coronavirus, aunque la ciudad ha frenado el brote.
Las solicitudes de grupos para realizar protestas han sido rechazadas durante meses por las autoridades que citan tanto la pandemia como los disturbios del año pasado.