Estados Unidos comprará y distribuirá a los países con menos recursos 500 millones de dosis suplementarias de la vacuna Pfizer contra el covid-19, dijo el presidente Joe Biden al inaugurar este miércoles una cumbre con la que busca marcar el “inicio del fin de la pandemia”.
“Estados Unidos será el arsenal de vacunas así como fuimos el arsenal de la democracia en la Segunda Guerra Mundial”, dijo el mandatario.
La promesa de Biden en la cumbre, celebrada de manera virtual desde la Casa Blanca, elevará a más de 1.100 millones el número total de dosis que Washington promete donar. Estados Unidos ha donado unos 160 millones de dosis a más de 100 países diferentes, dijo la Casa Blanca en un comunicado. “Por cada dosis que administramos en este país hasta ahora, vamos a donar tres dosis a nivel global”, indicó.
Pfizer y BioNtech precisaron en un comunicado conjunto que esas dosis, fabricadas en Estados Unidos, serán distribuidas a 92 países en vía de desarrollo identificados por el mecanismo internacional Covax. El gigante alemán de la farmacia y el laboratorio alemán indicaron también que las 1.000 millones de vacunas que suministrará a Estados Unidos, a precio de costo, deben ser distribuidas en su totalidad de ahora a agosto de 2022.
Biden también quiere establecer un “objetivo ambicioso” para que cada país, incluyendo los más pobres, “alcance el 70% de vacunados” en su población dentro de un año, dijo la Casa Blanca.
La cumbre del miércoles debía reunir, de manera virtual, a funcionarios de más de 100 países, indicaron más temprano fuentes del gobierno estadounidense, que no dieron detalles sobre la identidad de los participantes.
El objetivo del mandatario estadounidense luce ambicioso. Más de 6.000 millones de dosis de vacunas contra el Covid han sido suministradas en el mundo, según un conteo hecho el miércoles por AFP a las 9.30 horas con base en datos oficiales, pero ese número esconde inmensas desigualdades.
Según las cifras de AFP, cerca del 55% de la población de Estados Unidos está completamente vacunada, y la cifra supera el 70% en Francia y el 80% en Emiratos Árabes Unidos. Pero en Camerún, por ejemplo, solo el 1,4% de la población ha recibido al menos una dosis. En Haití no se supera el 0,35%.
“No pueden imaginarse nuestra decepción al asistir a una asamblea de este tipo y compartir con países que están administrando una tercera dosis, mientras la mayoría de nuestros ciudadanos aún no han recibido la primera”, dijo el presidente de Malawi, Lazarus Chakwera, en un mensaje virtual a la Asamblea General de la ONU.
“Esta forma de nacionalismo vacunal es injusta”, añadió, “y debe terminar”.
Según OurWorldInData, el 43,5% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de vacuna. En tanto, la noche del miércoles, la agencia de control de medicamentos de Estados Unidos aprobó la inoculación de una tercera dosis de Pfizer para los mayores de 65 años.
Dos por ciento
“Esta cumbre tiene como ambición decretar el inicio del fin de la pandemia”, según las fuentes estadounidenses. “Eso va a requerir mucho trabajo”.
La pandemia del coronavirus ha dejado más de 4,7 millones de muertos en el mundo desde finales de diciembre de 2019, según un conteo de la AFP basado en cifras oficiales. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud estima que si se tiene en cuenta la sobremortalidad directa e indirectamente vinculada al Covid-19, el balance de la pandemia podría ser dos a tres veces más elevado.
La OMS no cesa de exhortar a los países ricos a distribuir vacunas a las poblaciones vulnerables en los países más pobres, en vez de suministrar dosis de refuerzo (“boosters”) a sus propios ciudadanos, algo que contempla el gobierno de Biden.
El mandatario demócrata, que repite que “Estados Unidos está de regreso” bajo su batuta, pretende que la primera potencia lidere la lucha internacional contra la pandemia. Pero debe combatir las reticencias, a veces agresivas, a la vacunación entre sus propios ciudadanos.
El Covid-19 ha provocado más muertes de estadounidenses que la gripe española en 1918 y 1919, según los datos publicados el lunes por la universidad Johns Hopkins, referencia en la materia. Más de 678.000 personas infectadas con el coronavirus han muerto en Estados Unidos, según ese balance.