El gobierno de Estados Unidos se congratuló por el acuerdo del tope al precio del petróleo ruso transportado por mar al que han llegado este viernes los miembros de la Unión Europea, asegurando que la medida restringirá la principal fuente de ingresos de Rusia.
“Juntos, el G7, la Unión Europea y Australia han establecido un tope al precio del petróleo ruso transportado por mar que nos ayudará a lograr nuestro objetivo de restringir la principal fuente de ingresos de (Vladimir) Putin para su guerra ilegal en Ucrania, preservando al mismo tiempo la estabilidad de los suministros energéticos mundiales”, aseveró en un comunicado la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.
“El anuncio de hoy es la culminación de meses de esfuerzo por parte de nuestra coalición, y elogio el duro trabajo de nuestros socios para lograr este resultado”, agregó.
Según Yellen, el límite de precios fomentará el flujo de petróleo ruso con un precio más bajo en los mercados mundiales y está diseñado para proteger a los consumidores y a las empresas de las interrupciones del suministro mundial.
En este sentido, subrayó que la limitación de los precios beneficiará especialmente a los países de renta baja y media, “que ya han soportado el peso de los elevados precios de la energía y los alimentos, exacerbados por la guerra de Putin”, asegurando que estos países se podrán beneficiar de una mayor estabilidad en los mercados energéticos mundiales.
“La medida de hoy también ayudará a restringir aún más las finanzas de Putin y a limitar los ingresos que está utilizando para financiar su brutal invasión. Dado que la economía rusa ya se está contrayendo y su presupuesto es cada vez más escaso, el límite de precios reducirá inmediatamente la fuente de ingresos más importante de Putin”, sostuvo la secretaria del Tesoro.
Los Estados miembros de la Unión Europea han llegado este viernes a un acuerdo para fijar un techo de 60 dólares, unos 57 euros al cambio, al precio del petróleo ruso, confirmaron fuentes diplomáticas, en una negociación que ha culminado a escasos tres días de que entre en vigor el embargo a la compra de crudo ruso aprobada formalmente en octubre.
La medida sigue el acuerdo alcanzado en el seno del G7 para un fijar un tope entre 65 y 70 dólares al crudo ruso, y está dirigida al petróleo transportado por mar y no afectará al que llegue a Europa a través de oleoducto, después de la excepción lograda por Hungría y otros socios europeos sin salida al mar que aducen su gran dependencia del petróleo ruso.