El gobierno del presidente Joe Biden anunció este viernes una venta de armas a Taiwán por más de 1.000 millones de dólares en medio de las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China por el estatus de la isla.
La venta por 1.090 millones de dólares incluye 355 millones de dólares para misiles Harpoon aire-mar y 85 millones de dólares para misiles Sidewinder aire-aire, informó el Departamento de Estado.
Sin embargo, la mayor parte de la venta consiste en un paquete de apoyo logístico de 655 millones de dólares para el programa de radares de vigilancia de Taiwán, que proporciona advertencias de ataques aéreos. Los sistemas de defensa aérea de alerta temprana se han vuelto más importantes debido a que China ha intensificado las maniobras militares cerca de Taiwán, a la que considera una provincia rebelde.
El Departamento de Estado dijo que el equipo es necesario para que Taiwán “mantenga suficiente capacidad de autodefensa”. El gobierno estadounidense le notificó al Congreso acerca de la venta el viernes y señaló que los acuerdos se apegan a su política de “Una sola China”.
Exhortó también a Beijing “a cesar su presión militar, diplomática y económica contra Taiwán y, en su lugar, entablar un diálogo significativo” con la isla.
La acritud y la retórica estridente entre Washington y Beijing en torno a Taiwán han aumentado considerablemente desde la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a la isla el mes pasado. Luego del viaje de Pelosi a Taipéi se han llevado a cabo al menos otras dos visitas de congresistas y varias de gobernadores de estados de Estados Unidos, todas ellas reprobadas por China.
Las fuerzas armadas de Taiwán indicaron el jueves que habían derribado un dron que sobrevolaba una de sus islas frente a la costa china, un incidente que puso de manifiesto el aumento de las tensiones. Un día antes, Taiwán dijo que había alertado de la presencia de drones sobre tres de las islas que ocupa frente a la costa de la ciudad portuaria china de Xiamen.
China reclama a Taiwán como territorio propio, a ser anexionado por la fuerza de ser necesario. Ambas partes se separaron en 1949 luego de una guerra civil y no mantienen relaciones oficiales. Beijing rompió incluso los contactos informales tras la elección de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, de tendencia independentista, en 2016.