El gobierno de Estados Unidos ha dejado de aceptar citas por una aplicación para admitir a solicitantes de asilo en un cruce fronterizo de Texas que conecta con una ciudad mexicana notoriamente peligrosa, después de que activistas advirtieron a las autoridades estadounidenses que los migrantes eran objeto de extorsión allí.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés) no brindó ninguna explicación por su decisión de suspender el servicio para agendar nuevas citas a través de la aplicación CBP One para el cruce fronterizo de Laredo, Texas.
Varios solicitantes de asilo comentaron a The Associated Press que funcionarios mexicanos en la ciudad de Nuevo Laredo, que es limítrofe con Laredo, Texas, los habían amenazado con detenerlos y hacerlos perder sus citas a menos que les dieran dinero. Grupos humanitarios de Laredo señalaron que recientemente notificaron a la CBP de los problemas y que algunos grupos estaban controlando el acceso al cruce internacional en el lado mexicano.
Defensores de migrantes dijeron que la situación en Nuevo Laredo, que se ha visto azotada por enfrentamientos entre carteles del narcotráfico, entre otros problemas, pone en duda el argumento del gobierno estadounidense de que México es un sitio seguro para las personas que huyen de la violencia en Centroamérica y otras partes del mundo.
Rafael Álvarez, de 29 años, quien huyó de Venezuela, dijo que tras llegar a Nuevo Laredo a principios de junio, las autoridades migratorias de México en el aeropuerto de la ciudad le quitaron sus documentos para poder viajar, incluida una hoja impresa de un correo electrónico que confirmaba su cita a través de la aplicación CBP One, y le exigieron que pagara 1.000 pesos mexicanos, unos 57 dólares. Fue detenido con otros migrantes.
“Nos lo decían bajo cuerda... ‘En este papel vas a meter dinero. Nos lo vas a pasar’. Y ellos lo ponían en una gaveta y luego te daban el papel”, relató Álvarez sobre lo que los funcionarios le dijeron a él y a otros migrantes.
Los funcionarios, señaló, amenazaron con mantenerlos detenidos para que perdieran su cita. Álvarez, cuya cita estaba programada para el día siguiente, dijo que se negó a pagar y eventualmente fue liberado, pero cinco rusos que estaban detenidos con él pagaron un total de 5.000 pesos, unos 290 dólares. Al principio les habían pedido que pagaran el doble de esa cifra, pero le dijeron a los funcionarios que no tenían esa cantidad de dinero, comentó.
Álvarez dijo que otros amigos venezolanos que viajaron a Nuevo Laredo a fines de mayo también tuvieron que dar dinero para que les devolvieran sus documentos.
Miles de solicitantes de asilo están varados en ciudades fronterizas mexicanas, esperando hasta que puedan agendar una cita para solicitar asilo en Estados Unidos tras no poder hacerlo durante la pandemia de Covid-19 por una norma llamada Título 42, la cual fue retirada el mes pasado.
Ha habido quejas generalizadas de migrantes por verse obligados a pagar sobornos al sector de la inmigración de México, donde la corrupción está profundamente arraigada.
Hace unas semanas, el periódico mexicano El Universal publicó un video que fue tomado a través de la ventana de un autobús, en el que aparecía un agente federal de migración aceptando billetes de migrantes y metiéndolos en su bolsillo mientras revisaba pasaportes en el estado de Jalisco. La agencia de migración informó que había suspendido a dos de sus agentes y afirmó que no tolera que se violen los derechos de los migrantes.