Estados Unidos vetó el miércoles una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que habría pedido pausas humanitarias en el conflicto entre Israel y Hamas para permitir el acceso de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
La votación del texto, redactado por Brasil, retrasó dos veces en los dos últimos días, mientras Estados Unidos intentaba negociar el acceso de la ayuda a Gaza. Doce miembros votaron a favor del proyecto de texto el miércoles, mientras que Rusia y Reino Unido se abstuvieron.
“Estamos sobre el terreno haciendo el trabajo duro de la diplomacia”, dijo la embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, a los 15 miembros del Consejo tras la votación. “Creemos que debemos dejar que esa diplomacia avance”.
“Sí, las resoluciones son importantes. Y sí, este consejo debe pronunciarse. Pero las medidas que tomemos deben basarse en los hechos sobre el terreno y apoyar los esfuerzos diplomáticos directos. Eso puede salvar vidas. El Consejo tiene que hacerlo bien”, afirmó.
Washington protege tradicionalmente a su aliado Israel de cualquier acción del Consejo de Seguridad.
“Acabamos de ser testigos una vez más de la hipocresía y el doble rasero de nuestros colegas estadounidenses”, dijo el embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia.
El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió el miércoles un alto el fuego humanitario inmediato para permitir la liberación de los rehenes y el acceso de la ayuda humanitaria a Gaza.
Rusia informó que había solicitado la convocatoria de una sesión especial de emergencia sobre el conflicto en la Asamblea General de la ONU, de 193 miembros, en la que podría decidir someter a votación un proyecto de resolución, sobre el que ningún país tiene derecho de veto.
Las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes, pero tienen peso político.
El enviado de la ONU para la paz en Medio Oriente, Tor Wennesland, dijo al Consejo que existe un riesgo “muy real y extremadamente peligroso” de que el conflicto se extienda.
“Me temo que estamos al borde de un abismo profundo y peligroso que podría cambiar la trayectoria del conflicto palestino-israelí, si no de Medio Oriente en su conjunto”, sostuvo Wennesland, dirigiéndose al Consejo desde Doha.
El embajador chino ante la ONU, Zhang Jun, acusó a Estados Unidos de hacer creer a los miembros del Consejo que la resolución podría adoptarse, después de que no expresó su oposición durante las negociaciones y calificó la votación de “poco menos que increíble”.
Thomas-Greenfield dijo que Estados Unidos estaba decepcionado porque el proyecto de resolución no mencionaba el derecho de autodefensa de Israel y culpó a Hamas de la crisis humanitaria de Gaza.
La diplomacia internacional se ha centrado en intentar negociar una pausa humanitaria en el conflicto cerca del paso fronterizo de Rafah, entre Egipto y Gaza, para permitir la entrega de ayuda. Egipto afirma que Rafah no se ha cerrado, pero que está inutilizado por los ataques aéreos israelíes en el lado de Gaza.
El proyecto de resolución también instaba a Israel -sin nombrarlo- a rescindir su orden de que los civiles y el personal de la ONU en Gaza se trasladen al sur del enclave palestino, y condenaba “los ataques terroristas de Hamas”.