El ejército israelí ha retirado más tropas terrestres del sur de la Franja de Gaza, dejando allí sólo una brigada seis meses después del inicio de su ofensiva, informó el domingo un portavoz de la fuerza.
El ejército lleva reduciendo efectivos en Gaza desde principios de año para relevar a los reservistas y bajo la creciente presión de su aliado Washington para que mejore la situación humanitaria. No dio detalles sobre los motivos de la retirada de soldados ni sobre el número de efectivos.
Mientras, Egipto se prepara para acoger una nueva ronda de conversaciones encaminadas a alcanzar un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes, a la que tanto Israel como Hamás dijeron que asistirían.
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, afirmó que Israel no cedería a la presión internacional ni a las “exigencias extremas” de Hamas, el movimiento islamista que controla Gaza.
No estaba claro si la retirada retrasaría una incursión amenazada desde hace tiempo en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, que según Netanyahu es necesaria para eliminar a Hamas.
Los residentes palestinos de la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, que ha sido objeto de bombardeos israelíes en los últimos meses, dijeron que habían visto a las fuerzas israelíes abandonar el centro de la ciudad y retirarse a los distritos orientales.
La ofensiva israelí, lanzada tras el ataque de Hamas contra Israel el 7 de octubre, se ha centrado en los últimos meses en el sur de la Franja de Gaza.
Más de 250 rehenes fueron capturados y unas 1.200 personas murieron durante el ataque del 7 de octubre, según los recuentos israelíes. Más de 33.100 palestinos han muerto en la ofensiva israelí, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Rafah se ha convertido en el último cobijo para más de un millón de palestinos refugiados en el territorio cercano a la frontera con Egipto.
Mirando a Irán
Seis meses de combates en Gaza han puesto a prueba al ejército israelí y a la economía del país. Muchos expertos en seguridad israelíes afirman que ahora ven una mayor amenaza en Hezbolá, apoyada por Irán, en Líbano.
Israel también está en alerta ante un posible ataque de represalia de Irán como reacción al asesinato de generales iraníes el 1de abril.
Israel está sometido a una presión cada vez mayor por parte de Estados Unidos, donde el presidente Joe Biden le ha exigido que mejore las condiciones humanitarias en Gaza y trabaje en pro de un alto el fuego, afirmando que el apoyo estadounidense podría depender de ello.
Era la primera vez que Biden, firme partidario de Israel, intentaba aprovechar la ayuda estadounidense como forma de influir en el comportamiento militar israelí. Estados Unidos es uno de los principales proveedores de armas al ejército israelí.
Biden también ha instado a los líderes de Egipto y Qatar a presionar a Hamas para que acepte un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes antes de una nueva ronda de conversaciones en El Cairo.
Netanyahu, al comienzo de su reunión semanal de gabinete, dijo que cualquier acuerdo debe incluir la liberación de los 133 rehenes que siguen retenidos en Gaza, y que las “exigencias extremas” de Hamás eran el obstáculo.
“Ceder a las exigencias de Hamás le permitirá repetir los crímenes del 7 de octubre una y otra vez, como ha prometido hacer”, dijo.
No hubo comentarios inmediatos de Hamás.