Bien se podría hablar de un remezón o cambio de timón electoral tras lo ocurrido este domingo en España, luego de que los electores de 12 comunidades autónomas y más de 8.000 municipios se presentaran a elegir quién los gobernará durante los próximos cuatro años a nivel regional y local. De ellas, un claro vencedor emergió: el Partido Popular (PP), que, tras haber perdido por un pequeño margen en los comicios pasados, los de 2019, hoy emerge como la principal fuerza política del país.
En esta ocasión, el partido tradicional de la derecha española obtuvo más de 7 millones de votos, equivalentes al 31,5% y al control de 7 de las 10 ciudades más pobladas de España. Cerca de 800.000 votos atrás, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se quedó con el 28,1% de los respaldos y Vox se consolidó en el tercer lugar gracias al 7,2% obtenido, duplicando su presentación anterior.
Esto deja como los grandes ausentes y perdedores de la jornada a Podemos y Ciudadanos, previamente las estrellas de la política española, que quedaron relegados a la mínima representación electoral, con el primero fuera de las Cortes Valencianas, la Asamblea de Madrid y Canarias, y tampoco logrando un cupo en el Ayuntamiento de la capital, lugar que los vio nacer como fuerza política. Los segundos, en tanto, fueron absorbidos casi en su totalidad por el PP y Vox.
Las claves de la votación
La consultora KREAB, en su informe 28-M: Claves de las elecciones autonómicas y municipales, detalló que a pesar de que los comicios estaban enfocados en las regiones y municipios, “se ha centrado en grandes debates de trascendencia nacional”, lo que ha que llevado a algunos analistas a considerarla como una suerte de prueba a la gestión del presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez.
En conversación con La Tercera, el director de la Unidad de Research de KREAB, Daniel Fuentes, reafirmó esa postura, pero acotó que habría sido la oposición la que planteó la elección “como un plebiscito sobre la continuidad de Sánchez al frente del Ejecutivo. Y la pérdida de poder territorial de la izquierda ha enviado un mensaje”.
Mientras en 2019 el PSOE fue la agrupación más votada y la que emergió con mayor fuerza postelección en 10 de las 12 comunidades, logrando formar gobierno en 9 de ellas, el escenario parece haber dado la vuelta. ¿Es el efecto péndulo, tan citado en Latinoamérica por los constantes cambios de signo político en los gobiernos de nuestro continente?
Para Fuentes, “es cierto que puede tratarse de aquello, o de un cambio de ciclo político, porque el bloque de los partidos de derecha mejora sus resultados demoscópicos con respecto a 2019 y el de los partidos de izquierda los empeora. Pero, principalmente, el resultado final de estas elecciones responde a un cambio en la estructura de partidos”, explicó. Según el director de la Unidad de Research de KREAB, la división en múltiples listas en el oficialismo generó el magro resultado de la izquierda.
“Hace cuatro años, la derecha concurría dividida en tres grandes candidaturas de ámbito nacional (PP, Ciudadanos y Vox) mientras que la izquierda estaba aglutinada en torno a dos partidos (PSOE y Unidas Podemos). En esta ocasión ha sido al contrario: la derecha ha concentrado el voto en dos partidos (PP y Vox), mientras que la izquierda ha concurrido fragmentada, con diversidad de partidos en cada región. Así pues, lo que en 2019 fue una ventaja competitiva para la izquierda, que logró imponerse por la mínima en muchas regiones, en 2023 ha sido lo contrario, inclinando la balanza hacia la derecha en esta ocasión”, complementó.
Y si el PP pasó a ser la primera fuerza política, junto a Vox, ubicado más a la derecha del Partido Popular, conforman una mayoría importante en muchas de las comunidades autónomas. Tanto en Madrid como Murcia, la victoria del partido tradicional de la derecha española fue tal, que puede gobernar en solitario. En cambio, en Aragón, Cantabria, Canarias, La Rioja, Baleares, Comunidad Valenciana y Extremadura deberá contar con la ayuda de Vox para formar gobierno, detalló el informe de KREAB.
Entre los grandes vencedores del PP, destaca su presidente y ahora posible contendiente a la presidencia del gobierno español, Alberto Núñez Feijóo, quien pasó de “jugarse” su “liderazgo interno ante la fortaleza” de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmó el mismo informe.
La propia Díaz Ayuso fue otra de las grandes favorecidas en los comicios, quien vio crecer exponencialmente su liderazgo tras obtener tres escaños más de los necesarios en su reelección a la cabeza de la Comunidad de Madrid para sostener por sí sola, sin la necesidad de Vox, la dirección de la región. Junto a José Luis Martínez-Almeida, también el reelecto alcalde de Madrid, logran conformar un bastión del PP que no requerirá de alianzas con nadie.
Si bien Vox y su presidente, Santiago Abascal, no podrán reclamar la capital, el bloque de extrema derecha tiene otras victorias que celebrar. Además de forzar alianzas en numerosas comunidades autónomas, se transformaron en la tercera fuerza política más importante del país al superar por amplio margen a Podemos, el partido impulsado por Pablo Iglesias.
Según Daniel Fuentes, el rol de Vox en las próximas elecciones “sin duda, será determinante. Tanto para la formación de gobiernos regionales en muchas de las comunidades autónomas en las que el PP ha sido primera fuerza, como en la configuración de un futuro gobierno nacional si así resulta de las urnas el próximo 23 de julio. Existen pocas dudas de su entrada en el gobierno si la cuestión es meramente aritmética. Los pactos entre la derecha conservadora y la extrema derecha empiezan a dejar de ser una rareza en Europa. Podemos estar seguros de que no habrá cordón sanitario a su entrada en el gobierno de España”, dijo a este periódico.
El fracaso oficialista
El otro lado de la moneda lo pone tanto el oficialismo como Ciudadanos, alternativa de la centroderecha que brilló en los últimos años para ahora prácticamente desaparecer del escenario político español.
Si bien el PSOE obtuvo niveles de votación altos, su fragmentación con antiguos aliados electorales le jugó una mala pasada al perder casi todos sus gobiernos autonómicos y demostró que el gobierno encabezado por Pedro Sánchez no pasó el examen, quien decidió adelantar las elecciones generales programadas para fines de este año hasta el 23 de julio de 2023.
Fuentes explicó a este medio que el adelanto postelecciones autonómicas y municipales “no es algo extraño en la política española. De hecho, los grandes cambios de ciclo político suelen ser anticipados por las elecciones locales. El último de ellos fue en 2011. Tras las elecciones municipales celebradas en marzo, en las que el PP salió largamente vencedor, el entonces presidente socialista (José Luis) Rodríguez Zapatero adelantó las elecciones generales, que se celebraron en noviembre de ese mismo, y en las cuales se impuso con mayoría absoluta el presidente (Mariano) Rajoy”, recordó.
Pero otro escollo se levanta en la tienda socialista. Además de las responsabilidades políticas de la derrota, España se disponía a asumir la presidencia del Consejo de la Unión Europea durante el segundo semestre de este año. Sin embargo, el director de la Unidad de Research de KREAB le bajó el perfil a este problema.
“Con el adelanto electoral, el presidente asume responsabilidades y busca salir del impasse. Las elecciones del 23-J serán la mejor forma de ver si estamos ante ese cambio de ciclo que reivindica la derecha. En cuanto a la Presidencia española de la UE, es cierto que existe el riesgo de un menor peso político, con un Sánchez que estaría en funciones, o un cambio de líder en el transcurso de la presidencia, si Feijóo resultase elegido, pero el apartado institucional y administrativo es suficientemente fuerte como para adaptarse al cambio”.
Por último, están los dos grandes perdedores de la jornada dominical: Podemos, en la izquierda, y Ciudadanos, en la centroderecha. La suma entre polémicas a nivel nacional, más la fragmentación interna y “el auge de partidos regionalistas”, detalló el informe de KREAB, pavimentaron el camino para que Podemos perdiera su representación en importantes lugares, como lo son la Comunidad Valenciana y la Asamblea y el Ayuntamiento de Madrid.
Ciudadanos, por otro lado, enfrenta un destino aún peor, con lo que muchos ven como el fin de su proyecto político. La caída se veía venir desde antes. Ya en 2021 y 2022 había cosechado malos resultados en Madrid, y en Andalucía y Castilla y León, respectivamente. La desaparición de sus representantes de toda forma de cargo popular durante estas elecciones -con votos que KREAB prevé que se fueron al PP o Vox, en menor medida- “en la práctica firma su desaparición”, aseveró la consultora.