Hace una década, la figura de Justin Trudeau era sinónimo de la de un ascendente político canadiense. Aún no llegaba a Rideau Hall, la residencia oficial del mandamás en el país del norte, pero ya era presidente del Partido Liberal, y solo un año después, en 2015, se convertiría en primer ministro. Hoy, sin embargo, el panorama dista mucho de aquello.
Con índices de aprobación ciudadana -según encuestas locales- muy por debajo de la principal figura opositora, el líder del Partido Conservador, Pierre Poilievre, Trudeau no solo lucha por mantener a su tienda política a flote tras malos resultados electorales durante agosto. Este miércoles, también debió defender su gestión durante una moción de confianza levantada por sus rivales políticos, la que logró superar gracias al voto de 211 diputados que votaron en contra de la moción, contra 120 que lo hicieron a favor. De todos modos, sentó un precedente: es la demostración del mal momento político que está pasando el líder canadiense.
Ahora, de 52 años, el liberal empieza a perder terreno ante Poilievre, señaló el periódico estadounidense The New York Times, quien, “a pesar de tener planes políticos vagos, ha desplegado consignas contundentes que han mantenido a Trudeau contra las cuerdas”, ponderó.
Un seguimiento año a año de la aprobación y rechazo del premier realizado por el Instituto Angus Reid, una fundación nacional de investigación de la opinión pública, sin ánimo de lucro y no partidista, grafica cómo ha variado la imagen del político. Si para 2016 y 2017 las cifras oscilaban entre los 61 y 65 puntos de aprobación y 29 y 33 de rechazo, para entre abril y septiembre de este año, la situación es completamente inversa: un 28% apoya la gestión del mandatario, y un 67% la reprueba. Y el panorama electoral no es muy distinto. Según encuestas de intención de voto, la oposición conservadora aventaja por cerca de 20 puntos porcentuales al oficialismo.
Otro sondeo, esta vez levantado por Ipsos, reveló que siete de cada 10 canadienses jóvenes cree que Canadá está “quebrado” económicamente, una frase que ha sido invocada por el propio Pierre Poilievre durante los últimos meses. Los índices inflacionarios tampoco ayudan a Trudeau, que solo logró en agosto de este año una cifra del 2%, la más baja desde febrero de 2021, aseguró el sitio Trading Economics. Con un cenit de 3,8% en septiembre pasado, el índice ha oscilado entre el 3,4% de diciembre pasado y el 2,5 de julio de este año.
Al mismo tiempo, reportó el citado periódico neoyorquino, un “aumento vertiginoso de los costos de la vivienda y un sistema de salud pública sobrecargado” han ayudado en la disminución de los respaldos a Justin Trudeau. Aparentemente, tampoco lo ha hecho el que Canadá haya experimentado una sólida recuperación económica tras la crisis mundial del Covid-19, bajando la inflación desde el 8 por ciento de hace dos años, al 2% actual. En la otra cara de la moneda, sus rivales políticos le echan en cara que ha invitado a demasiados migrantes a trabajar en el país norteamericano en los últimos tres años, aumentando la presión sobre servicios como la salud pública, detalló el NYT.
De visita en Nueva York con motivo de la 79° Asamblea de las Naciones Unidas, el líder político fue entrevistado por el presentador del late-night show Stephen Colbert. Allí, reconoció que “la gente está frustrada, y la idea de que tal vez quieren elecciones ahora es algo que mis oponentes están tratando de aprovechar, porque la gente se está desquitando conmigo por razones comprensibles”. Y añadió: “A veces la gente busca un cambio”.
El pesimismo de sus palabras dista de lo que alguna vez proyectó su figura, cree Gerald Butts, vicepresidente de la consultora Eurasia Group y ex alto asesor de Trudeau y su partido. En diálogo con The New York Times, advirtió que “el gobierno se ha metido en un lío que él mismo se ha buscado, al perder la fe en sus argumentos positivos a favor del país”. Esto ha llevado a que se vean “abrumados por el mensaje de que el país está roto y no han sido capaces de decir lo contrario”.
¿Quién ha impulsado ese mensaje? Pierre Poilievre. De 45 años, el político conservador ha tomado prestados recursos ya utilizados por su vecino del sur, el exmandatario Donald Trump. Con una impronta mucho más agresiva de lo que en Canadá acostumbran a ver en cuanto a diálogo político, Poilievre utiliza un lenguaje incendiario y frases fuertes de tres palabras -“eliminen los impuestos” es una de las más célebres- para sacar ventaja en los sondeos. En una fotografía tomada por Reuters, incluso se le ve haciendo muecas y fingiendo tocar un violín en el Parlamento mientras Trudeau hablaba en la Cámara de los Comunes.
Al mismo tiempo, otro flanco se le abrió recientemente al gobierno, luego de que un aliado le diera una estocada a la herida figura de Trudeau. En concreto, los Nuevos Demócratas, un partido relativamente pequeño, pero clave para lograr la mayoría en la Cámara Baja, abandonó la coalición, dando cabida a la reciente moción de censura que el gobierno enfrentó este miércoles simplemente bajo el título de “la Cámara no tiene confianza en el primer ministro ni en el gobierno”. Tampoco será la última. Durante la discusión parlamentaria del miércoles, los conservadores anunciaron que presentarán otras dos mociones más, donde una de ellas será presentada este jueves, adelantaron.
La tienda política no fue la única que abandonó el barco recientemente. Así ocurrió con el director de la campaña nacional de los liberales, quien dimitió este mes por razones personales, detalló la prensa local. Al mismo tiempo, un ministro renunció la semana pasada para buscar un cargo a nivel local, generando una remodelación del gabinete
Los problemas de Trudeau se amplificaron a mediados de 2024, cuando los liberales sufrieron una dura derrota electoral al perder escaños controlados por muchos años por el partido del primer ministro en Toronto. Luego, en septiembre, otra pérdida importante ocurrió en un distrito electoral de Montreal que había sido bastión seguro del partido.
Si bien Trudeau no ha dado muestras de querer renunciar antes de que se realicen las elecciones generales previstas para octubre de 2025, no sería descabellado pensar que se celebren antes, aventura parte de la prensa internacional, debido a lo débil de la minoría parlamentaria de los liberales. Quizá la votación del presupuesto federal, durante la próxima primavera del hemisferio norte, sea el catalizador que defina si termina el mandato, o se llama a comicios adelantados, planteó The New York Times.