El controvertido barómetro de Mario Vargas Llosa en las presidenciales de Perú
La candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, agradeció el respaldo del escritor peruano señalando que es una "lección de compromiso y amor por el Perú".
A una semana de los desconcertantes resultados de la primera vuelta de las presidenciales en Perú, que incumplió con todos los pronósticos de las encuestas y que enfrentará en el balotaje del próximo 6 de junio a dos extremos de la política, como es el radical Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori, el escritor peruano y premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa se sumó al debate y, tras días de silencio, anunció en una columna que respaldará a la hija mayor de Alberto Fujimori, porque “representa el mal menor”, misma frase que utilizó en los comicios de 2006 tras revelar su apoyo a Alan García.
Las reacciones de los dos candidatos presidenciales de cara a la segunda vuelta no se hicieron esperar. Keiko Fujimori aseguró que llamó al escritor para “agradecerle por este gesto, que es una lección de compromiso y amor por el Perú”. En una entrevista concedida al diario El Comercio, la líder de Fuerza Popular dijo que “recibo consejos de mi padre, pero en ningún momento me ha señalado que reviva la campaña de 1990″.
Según el medio peruano RPP, antes de que Pedro Castillo iniciara su viaje desde Jaén, en el departamento de Cajamarca hasta Lima, señaló ayer ante la prensa que “no me voy a ocupar de ello, yo tengo una agenda más específica, concerniente a las grandes problemáticas del pueblo peruano”.
El novelista peruano, un acérrimo opositor al fujimorismo, que incluso enfrentó al político peruano-japonés en las elecciones de 1990 y perdió en la segunda vuelta, con un 37% de los votos frente a un 62% del fujimorismo-, calificó como una “sorpresa para todo el mundo” los resultados de las elecciones generales del 11 de abril, en las que el candidato de Perú Libre (PL) alcanzó el primer lugar, con un 19,08% de los sufragios, y la líder de Fuerza Popular se sitúo en el segundo lugar, con un 13,36% del respaldo electoral.
“He combatido al fujimorismo de manera sistemática, como lo he hecho con todas las dictaduras de izquierda o de derecha, creo que en las elecciones que se vienen -las de la segunda vuelta-, los peruanos deben votar por Keiko Fujimori, pues representa el mal menor y hay, con ella en el poder, más posibilidades de salvar nuestra democracia, en tanto que con Pedro Castillo no veo ninguna”, sostiene un extracto de la columna titulada “Asomándose al abismo”.
En esa línea, Mario Vargas Llosa criticó a Pedro Castillo por representar a la “extrema izquierda en el campo económico y a la extrema derecha en lo social”. El escritor señala que si el izquierdista vence en las urnas establecerá una “economía popular con mercados”, inspirados en los modelos utilizados en “Bolivia y Ecuador” bajo los gobiernos de Evo Morales y Rafael Correa.
Historial electoral de “favoritos”
Desde hace años, Mario Vargas Llosa está radicado en Europa, pero siempre se ha mostrado a favor de dejar en evidencia sus preferencias electorales, lo que ha generado un largo historial de “favoritos” y todos ellos han logrado llegar al poder. Según el diario El Comercio, el escritor desde el 2001 ha participado activamente en las campañas electorales.
“Yo lamento que por primera vez no pueda apoyar una opinión política de Álvaro (Vargas Llosa). Creo que ha actuado en forma precipitada. Nada de lo ocurrido me lleva a revisar mi apoyo a (Alejandro) Toledo, a quien sigo considerando como la mejor opción para el Perú”, sentenció el intelectual peruano en 2001, tres meses antes de los comicios presidenciales de ese año, que enfrentaron a Alejandro Toledo, de la alianza Perú Posible, y Alan García, del Apra.
El 31 de marzo de 2001, Mario Vargas Llosa voló desde Madrid a Lima, y un día después acompañó a su candidato en un acto de campaña en Arequipa. En el evento destacó que los peruanos estaban en “las primeras elecciones libres en 10 años, así que me hace mucha ilusión contribuir a la democratización definitiva de nuestro país. Voy a votar por Toledo”.
En ese momento, una dividida familia Vargas Llosa fue testigo en primera fila de una nueva etapa del país. El premio Nobel acertó en su preferencia debido a que, tras un reñido conteo de votos que se extendió por días y que derivó en un balotaje, Alejandro Toledo venció al aprista Alan García con un 52,7% de los votos.
Aunque tal como ocurrió este fin de semana, no siempre el “barómetro” Vargas Llosa se definió antes de la primera vuelta. En marzo de 2006, el novelista criticó duramente a los candidatos mejor posicionados en los sondeos: la repostulación de Alan García tras su gobierno entre 1985-1990 y la candidatura de Ollanta Humala.
Sin embargo, tras una primera vuelta en la que ninguno de los candidatos superó el 30% de adhesión electoral, las fichas del autor de El pez en el agua estaban claras. El escritor se transformó en un férreo opositor de Humala, al que acusó que en una eventual victoria se convertiría en un “discípulo de Hugo Chávez y de Fidel Castro”, y promovió una alianza entre el Apra y Unidad Nacional.
Aunque Alan García no era su carta principal, Mario Vargas Llosa lo catalogó como “el mal menor si uno quiere que la democracia sobreviva”. Tras salir en segundo lugar en la primera vuelta el 9 de abril de 2006, Alan García sorprendió en el balotaje del 4 de junio de ese año, y alcanzó una victoria con un 52% de los votos.
Para las elecciones de 2011 varios rostros conocidos competían por la presidencia. En la papeleta de esa cita electoral estaban Ollanta Humala, Alejandro Toledo, Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski (PPK). Aunque para el Nobel fue más fácil decidir su “protegido” y volvió a endosar un respaldo a Toledo, en esa oportunidad no logró el objetivo.
Según el diario La República, en ese momento PPK señaló que el propio Vargas Llosa a través de “emisarios” le solicitaron retirar su postulación para beneficiar a Toledo.
El exmandatario de Perú Alejandro Toledo (2001-2006), que buscaba la reelección, no superó el cuarto lugar en las elecciones del 10 de abril de 2011 con un 15% de respaldo electoral y la segunda vuelta, el 5 de junio de 2011, enfrentó a las dos opciones más lejanas y opuestas a los Vargas Llosa: Ollanta Humala y Keiko Fujimori.
En un inédito movimiento estratégico y lleno de dudas, el escritor respaldó a Humala asegurando que no era abdicación, sino que lo hacía de forma “crítica y exigente” y porque el presidenciable “moderó su lenguaje y ha dado pasos para convencer al electorado de que es una opción de centro”.
En una de las ediciones dominicales de sus columnas para el diario español El País, el intelectual aseguró que votar por Keiko era un “regreso a la dictadura” y que jamás votaría por ella.
“Sin alegría, con muchos temores, yo voy a votar por Humala y voy a pedir a los peruanos democráticos que hagan lo mismo que yo”, explicó Mario Vargas Llosa en 2011. Finalmente, Ollanta Humala venció a la mayor de los Fujimori Higuchi, con un 51% de los sufragios.
Para las elecciones generales de 2016, el escritor informó por la prensa y de forma anticipada en una entrevista en la 71º Asamblea General de la Sociedad Interamericana de Prensa que votaría por PPK, al que catalogó de tener una “buena capacidad y es el mejor preparado de todos”. Entre los demás postulantes estaba nuevamente Keiko Fujimori.
Según la agencia EFE, en la antesala de la primera vuelta, el 10 de abril de 2016, Mario Vargas Llosa recalcó que una victoria del fujimorismo sería una “catástrofe para Perú”. En respuesta, la líder de Fuerza Popular aseguró que la decisión del escritor era basada por “odios y pasiones”.
“Lo importante es que no gane Keiko Fujimori, que gane cualquiera de los otros candidatos, ojala sea Kuczynski. Creo que eso es preferible, para algunos sería considerado el mal menor, para otros un bien, pero creo que lo importante es que en estas elecciones no venga una reivindicación de una de las peores dictaduras que hemos tenido en el Perú y en América Latina”.
Mario Vargas Llosa, en 2016.
El polémico y electrizante final de los comicios presidenciales de 2016 en el que Pedro Pablo Kuczynski se impuso a Keiko Fujimori con una estrecha diferencia de 50,1% frente a un 49,8% dejó a PPK en el poder por menos de dos años, hasta el 23 de marzo de 2018, cuando dimitió del Ejecutivo luego de cuestionamientos por otorgar un indulto a Alberto Fujimori.
Ese mismo año, Mario Vargas Llosa en una entrevista con la revista Vanity Fair aseguró que PPK “es uno de los peores presidentes que hemos tenido en esta época, y aunque sea triste decirlo, es una suerte que haya tenido que salir antes de terminar su mandato. Él subió a la presidencia en gran parte porque prometió que nunca indultaría a Fujimori. Esta promesa la incumplió y ha sido muy decepcionante para quienes votamos por él, porque pensábamos que con la formación que tenía sería buen presidente”.
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