Cuando Alberto Núñez Feijóo salió al balcón de la sede madrileña del derechista Partido Popular a asegurar que pese a no haber obtenido los escaños parlamentarios para formar un gobierno junto a sus aliados políticos de Vox, agrupación de derecha ultraconservadora española, igual solicitaría ser proclamado presidente, más de un analista dijo que debía leer la Constitución.
Había ganado en voto popular, con más de ocho millones de respaldos y sobre el 33% de los respaldos, pero, por sí solo, no estuvo remotamente cerca de alcanzar los 176 escaños necesarios para formar un gobierno en solitario, requerimiento excluyente de la política española. Pero, ¿por qué, a diferencia de en democracias directas como la de Chile, no se le declaró Presidente?
¿Cómo es el sistema parlamentario español?
La respuesta está en el sistema parlamentario de España, donde si el partido más votado no llega a los 176 diputados, debe buscar pactos con otras formaciones para lograr un acuerdo o coalición que, unidos, llegue a esa cifra. La razón de esa “cifra mágica” es que representa la mitad más uno de los escaños del Parlamento, lo que te entrega el control de aquel poder del Estado.
Según la Constitución de España, son las Cortes Generales las encargadas de representar al pueblo. Con un total de 350 escaños –también conocidos como asientos parlamentarios– se requiere de 176 para formar gobierno tras superar la ley D’Hondt que se aplica en las elecciones ibéricas.
Con la aparición en los últimos años de diversas fuerzas externas a los dos partidos tradicionales de España, el izquierdista Partido Socialista Obrero Español (y Podemos o Sumar a su izquierda) y el Partido Popular (con Vox a su derecha), éstos han perdido parcialmente su hegemonía de antaño, por lo que les es muy difícil llegar a la cifra por sí solos.
¿Cómo se define sin mayoría parlamentaria?
Es por eso que, como tuvo que hacer el PSOE y el actual Presidente, Pedro Sánchez, cuando pactó con Unidas Podemos para formar su segundo gobierno, se esperaba –según las equivocadas encuestas– que el PP tuviera que negociar con Vox para llegar a La Moncloa. Pero ninguna de las dos colectividades logró el número mágico, dando paso a un período de negociaciones y bloqueos.
En caso de que el candidato propuesto al Rey no obtenga los votos de una mayoría absoluta del Parlamento, como sería en el caso actual, se llevará a cabo una segunda votación en el órgano legislativo dos días después, donde solo se necesita una mayoría simple: más “síes” que “noes”.
¿Qué pasa si no se logra la mayoría?
De no lograrse un acuerdo, empieza un proceso de dos meses en que se abre la posibilidad de un pacto. Pasado ese tiempo, y si aún no se logra nada, se disuelven las Cortes y se convoca a nuevas elecciones, reiniciando el proceso ocurrido este 23 de julio.
Núñez Feijóo ya anunció que intentará “gobernar nuestro país de acuerdo con los resultados electorales y la victoria electoral” al pedir que el resto de los partidos reivindiquen su victoria y sea investido como Presidente. Es altamente probable que esto sea rechazado por el Parlamento, dando paso a los meses de negociación donde la izquierda también intentará pactar y lograr los 176 apoyos. De no lograrse, se convocará a una nueva votación.