El difícil intento de Lula para que Milei no se transforme en el aguafiestas de la cumbre del G20 en Brasil

Foto conjunta de los líderes del G20, incluidos Lula da Silva y Javier Milei, a la izquierda, en la fila del medio. Foto: Reuters

Según la prensa local, el bloqueo de Argentina en varios puntos en tabla, “además de deteriorar aún más las relaciones con Brasil, podría socavar la declaración de la cumbre”.


Mientras los representantes de los países participantes de la nueva cumbre del G20 en Brasil llegaban al gigante de Sudamérica, su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, ya hacía todo lo posible para lo que se anticipaba como un dolor de cabeza: lograr alinear a los participantes tras una declaración final. Y uno de sus principales enemigos ideológicos en la región, el presidente de Argentina, Javier Milei, estaba dispuesto a entrampar cualquier texto que fuera contra sus principios libertarios.

Realizado este lunes y martes en Río de Janeiro, los mandatarios empezaron a llegar temprano al evento inaugural en el Museo de Arte Moderno, y funcionarios cercanos a Lula ya admitían que sería una negociación compleja. Milei fue recibido por su par brasileño y su esposa con un “saludo frío y formal”, según el diario Clarín.

De hecho, una fuente diplomática brasileña señaló al periódico argentino Clarín que el documento final de esta edición de la cumbre del G20 “ya está cerrado, pero algunos países quieren abrir algunos puntos sobre las guerras y el clima”.

No se refería a otro que a Javier Milei.

El domingo, el periódico brasileño Folha de Sao Paulo adelantaba que el bloqueo de Argentina en varios puntos en tabla, “además de deteriorar aún más las relaciones con Brasil, podría socavar la declaración de la cumbre”.

El presidente de Argentina, Javier Milei; de Francia, Emmanuel Macron; de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; de España, Pedro Sánchez; el primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, y el de India, Narendra Modi, caminan tras una foto de grupo en la cumbre del G20, en Río de Janeiro, el 18 de noviembre de 2024. Foto: Reuters

A horas del inicio formal del encuentro, la delegación trasandina todavía esperaba instrucciones del mandatario libertario o del nuevo canciller, Gerardo Werthein, para definir si Argentina aceptaba el texto final con reservas, que podría significar un párrafo aclaratorio, una nota a pie de página o una declaración separada, explicó el citado medio.

Pero la situación podría ser aún peor para las aspiraciones de Lula da Silva. Si Milei decidiese que su país no firmará el documento, incluso con reservas, simplemente no habrá declaración.

Citando a numerosos funcionarios gubernamentales de varios países del G20, el medio Bloomberg aseguró que “los diplomáticos argentinos han echado por tierra las conversaciones de última hora destinadas a alcanzar un consenso sobre el comunicado que los líderes mundiales firmarán el martes”.

Es más, a minutos de la intervención de Lula ante sus pares, Folha publicó una versión de la declaración del G20 en la que Brasil mantuvo el gallito político con Argentina, al incluir un punto en el que se ratifica “nuestro compromiso total con la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas”.

En los comentarios, se lee el comentario “[ARG; reserva]”, lo que, en lenguaje diplomático, explicó el citado medio, significa que un país todavía está en consultas sobre el tema, o que no hay consenso.

Un punto relativo al “compromiso de poner fin a la violencia de género, incluida la violencia sexual, y combatir la misoginia en línea y fuera de línea”, también fue denegado por el gobierno de Javier Milei, así como un segundo que defendía la “igualdad de género en el trabajo”.

Según Folha, a pesar de la presión de Argentina, Brasil también mantuvo la tributación de los superricos en el texto del G20. Asimismo, el medio destaca que la delegación de Milei tampoco estuvo de acuerdo con las menciones a la lucha contra la desinformación en el entorno virtual. Pero Clarín asegura que el presidente argentino evitaría romper con el documento final.

No es solo Brasil el irritado con el estilo Milei, dijo a Bloomberg una persona familiarizada con las negociaciones del grupo. Alemania, Italia, Francia y otras naciones también se han quejado del enfoque que la nación vecina ha tomado frente a los debates. Según Clarín, la molestia también se extendió en la saliente administración estadounidense de Joe Biden y entre las naciones asiáticas.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, habla durante la cumbre del G20 en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro. Foto: Reuters

A fines de octubre, junto con la salida de la entonces canciller Diana Mondino, llegó al Ministerio de Relaciones Exteriores una orden exigiendo el retiro de todos los diplomáticos que apoyaran cualquier declaración, resolución o proyecto que respaldara la Agenda 2030 de la ONU o los objetivos de la entidad, lo que contraviene todo lo proyectado por Lula.

Según Folha, parte del gobierno brasileño minimiza la posibilidad de que Argentina efectivamente se reste por completo de la declaración, ya que argumentan que es difícil que el país trasandino se muestre en desacuerdo con todo el G7, pero no todos lo descartan.

De hecho, Federico Pinedo, jefe de la delegación argentina, dijo a AFP que su país no tiene por qué “necesariamente” firmar el documento, sin detallar los puntos de discordia.

Bloomberg, periódico especializado en finanzas, añadió que varios de los homólogos del mandatario argentino se han sentido frustrados por la forma de enfrentar la política internacional de Milei. El poco aprecio de este por las instancias internacionales como el G20, sumado a los nulos reparos que muestra a la hora de criticar a los líderes mundiales con los que no está de acuerdo, llevaron a algunos diplomáticos “a murmurar que Milei estaba convirtiendo el G20 en un G19, al tiempo que argumentaban que su enfoque de la política exterior ha dejado a la nación sudamericana cada vez más aislada en Río”.

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