Casi 400 millones menores de 5 años en todo el mundo (seis de cada 10 niños de ese grupo de edad) sufren regularmente agresiones psicológicas o castigos físicos en el hogar, según nuevas estimaciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). De ellos, unos 330 millones son castigados por medios físicos.
Las nuevas estimaciones sobre la disciplina violenta están basadas en una muestra de 100 países que cuentan con datos internacionalmente comparables recopilados entre 2010 y 2023 y que abarcan al 52% de la población mundial de niños y niñas menores de 5 años.
Las estimaciones de las actitudes respecto al castigo corporal se basan en una muestra de 93 países que cuentan con datos internacionalmente comparables recopilados en el período 2008-2023 y que abarcan alrededor del 50% de la población mundial de mujeres de 15 a 49 años.
Los hallazgos también destacan la importancia del juego para el desarrollo infantil y la salud mental de niños y niñas, sus progenitores y cuidadores, frente a unos datos que ponen de relieve la prevalencia de unos cuidados inadecuados y de una falta de estimulación e interacción en el hogar.
“El sometimiento de los niños y las niñas a abusos físicos o verbales en casa o la falta de atención social y emocional por parte de sus seres queridos pueden socavar su autoestima y poner en peligro su desarrollo”, explica la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell.
Y agrega: “Una crianza afectuosa y lúdica aporta alegría y contribuye también a que los niños y las niñas se sientan seguros, aprendan, desarrollen habilidades y exploren el mundo que los rodea”.
Según Unicef, cada vez son más los países que prohíben los castigos corporales contra la infancia en el hogar. Sin embargo, pese a que más de la mitad de los 66 países que han prohibido esta práctica han promulgado leyes al respecto en los últimos 15 años, sigue habiendo alrededor de 500 millones de niños y niñas menores de 5 años sin protección jurídica adecuada.
En todo el mundo, sostiene el organismo, persisten normas sociales perniciosas que sustentan unos métodos de crianza violentos. De hecho, según los datos, algo más de 1 de cada 4 madres o cuidadores principales afirman que el castigo corporal es necesario para criar y educar adecuadamente a los niños y las niñas.
Los datos, que se publican en el primer Día Internacional del Juego, que se conmemora este martes 11 de junio, también subrayan las disparidades en cuanto a las prácticas relacionadas con los cuidados y el acceso a oportunidades de juego.
Así, las nuevas estimaciones muestran que aproximadamente 4 de cada 10 niños y niñas de entre dos y cuatro años no reciben una estimulación o interacción receptiva suficiente en el hogar, lo que significa que pueden sufrir abandono emocional y sensaciones de desapego, inseguridad y problemas de conducta que en ocasiones persisten hasta la edad adulta.
Por otra parte, 1 de cada 10 de estos niños y niñas no disfruta de actividades con sus cuidadores que son cruciales para fomentar el desarrollo cognitivo, social y emocional, tales como leer, contar historias, cantar o dibujar.
Además, los datos revelan que alrededor de 1 de cada 5 niños y niñas de entre dos y cuatro años no juega con sus cuidadores en casa, mientras que aproximadamente 1 de cada 8 menores de cinco años no tiene juguetes ni dispositivos de juego en casa.
Los estudios, por otro lado, demuestran que los programas de crianza basados en pruebas mejoran los cuidados, reducen la violencia familiar y el maltrato y favorecen la salud mental de los niños y las niñas y de sus progenitores.
Así, para garantizar que todos los niños y niñas crezcan sintiéndose seguros y queridos, la Unicef pide a los gobiernos que redoblen sus esfuerzos e inversiones en las áreas de protección, apoyo a la crianza y aprendizaje a través del juego.
“En el primer Día Internacional del Juego, debemos permanecer unidos y renovar nuestro compromiso para acabar con la violencia contra los niños y las niñas y fomentar unos cuidados positivos, afectuosos y lúdicos”, concluyó Russell.