La seria filtración de una conversación entre oficiales de alto rango de la Fuerza Aérea de Alemania ha puesto en duda no solo los niveles de seguridad del poderoso país europeo en plena época de guerra, sino que también dejó en evidencia la palabra del Canciller federal, Olaf Scholz.
Una, abre un foco interno, con críticas de la oposición al líder nacional, pero, al mismo tiempo, un frente externo se alza ante Scholz. No mucho tiempo atrás había asegurado que Berlín no entregaría misiles de crucero Taurus a Ucrania, pese a que estos últimos los han solicitado desde mayo de 2023 debido al gran alcance que poseen. Según el socialdemócrata, entregarlos significaría que Alemania se vea arrastrada a una guerra directa con Rusia, ya que requeriría de enviar soldados propios para operar el nuevo equipo.
A diferencia de los misiles SCALP o Storm Shadow, entregados a Kiev por Francia y Gran Bretaña y con un alcance de 250 kilómetros, los Taurus pueden cruzar hasta 500 kilómetros y dispararse contra objetivos de alto valor, como búnkeres, puestos de mando u objetivos protegidos, debido a su habilidad para penetrar varios muros de hormigón armado. Dichas características, argumentaba Scholz, no permitían el envío al país invadido por Rusia durante ya dos años.
Pero el audio difundido en el que se escucha una conversación entre oficiales de la Bundeswehr, las fuerzas armadas alemanas, desacreditó la versión, asegurando que basta con una instrucción a soldados ucranianos para que los hagan funcionar. Más aun, deslizan que podrían utilizarlos para derribar el puente de Kerch, que une a Crimea con Rusia. Desde este último país, algunos incluso hablan de una incitación a una guerra directa.
Los aliados de Occidente de Alemania, que ya ven con preocupación la distancia tomada en los últimos meses por parte de la población y los políticos estadounidenses sobre el apoyo a Ucrania, han cuestionado la calidad del soporte que el país está brindando a la nación invadida, pero también el hecho de que se dé una filtración de este tipo con un país cercano en guerra. Un portavoz del Ministerio de Defensa alemán confirmó a la cadena CNN que la grabación era auténtica.
¿Qué se filtró?
La grabación de 38 minutos fue publicada en Telegram por la directora del canal ruso RT (Russia Today), Margarita Simonyan, medio financiado por el Kremlin, y se trata de una conversación entre el jefe de la Fuerza Aérea alemana, el teniente general Ingo Gerhartz, y sus oficiales.
Dos temas conversados en el audio han tomado especial relevancia en los últimos días. La posibilidad del uso de los misiles Taurus por parte de los soldados ucranianos, solo tras un entrenamiento conducido por las fuerzas alemanas, en primer lugar, y el posible objetivo si se llegaran a utilizar.
Sobre esto último, en un pasaje del audio se escucha a Gerhartz y sus oficiales, señaló el viernes pasado Simonyan, donde un oficial le dice a su superior: “El puente del este es difícil de alcanzar, es un objetivo bastante pequeño, pero los misiles Taurus (de fabricación alemana) pueden hacerlo, también pueden alcanzar los depósitos de municiones”. Hablaba del puente de Kerch, el encaje de acero y hormigón de 19 km de longitud que se convirtió en símbolo de la anexión de Crimea a Rusia, en 2014, y que ya había sido atacado en 2023.
En cuanto al primer punto, recién la semana pasada Scholz había sido contundente al respecto luego de guardar silencio por meses sobre por qué no entregaba los misiles a Ucrania -en un hecho similar a lo que ocurrió con los tanques Leopard alemanes-.
Su política de evitar que Alemania entre en conflicto directo con Rusia, señaló, le hacía evitar enviar las armas. “Los soldados alemanes no deben estar relacionados en ningún momento con los objetivos que alcance este sistema”, afirmó. Pero en el audio se detalla que se puede enseñar sin “botas sobre el terreno”.
Scholz calificó el hecho como un “asunto muy serio”, el sábado prometió una investigación “muy intensiva y muy rápida”.
Para el martes, el ministro de Defensa, Boris Pistorius, aseguró que la filtración se trató de un “error individual”, descartando la tesis de un espía. Dicho error habría consistido en una llamada a través de una línea no segura, lo que permitió a Rusia interceptarla. Sin embargo, desechó un castigo severo por ello.
“Por el momento, las consecuencias personales no están en el orden del día. No sacrificaré a mis mejores oficiales por los juegos de (el Presidente ruso Vladimir) Putin”, consignó BBC.
Problema doméstico
En Alemania, en sectores de la oposición no cayó nada bien la revelación. “La filtración es la confirmación oficial de que el canciller no decía la verdad” sobre la necesidad de involucrarse enviando soldados alemanes, dijo al medio Financial Times el diputado de la oposición democristiana y miembro de la comisión de Asuntos Exteriores del Bundestag (parlamento federal alemán) Norbert Röttgen. “Daña enormemente su credibilidad”, añadió.
Si bien Scholz asegura que su país está liderando la ayuda europea a Ucrania, lo que es cierto en cifras absolutas, no es así si se calcula basándose en el PIB de cada nación. De hecho, tanto Francia como Reino Unido han entregado misiles de crucero, a diferencia de Alemania.
Mientras, la oposición democratacristiana parece dispuesta a solicitar una investigación especial al respecto, señaló el medio Deutsche Welle. Pero los socialdemócratas de centro-izquierda (SPD), que dirigen el gobierno junto a Olaf Scholz, no han respaldado la idea.
“La oposición tiene todo el derecho a pedir comisiones de investigación. Sin embargo, primero deberíamos esperar las investigaciones y explicaciones de la Fiscalía, la Bundeswehr y sus servicios”, dijo a la agencia de noticias DPA el domingo Rolf Mützenich, quien dirige el grupo parlamentario del SPD.
También defendió al Canciller, señalando que el envío de misiles Taurus a Ucrania siempre fue “una zona gris política y jurídica en la que yo mismo no querría poner los pies”, dijo el domingo a la cadena de televisión ARD. “Por eso, la decisión (de Scholz) es política y jurídicamente razonable”, cerró.
Críticas internacionales
No solo el Kremlin salió a asegurar que Alemania quería iniciar una guerra. Entre los aliados de Occidente también surgieron críticas. Según Tobias Ellwood, expresidente de la Comisión de Defensa del Parlamento británico, la filtración “también reveló una tensión, creo, entre los militares alemanes de alto rango, que quieren ver el envío de Taurus, y el Canciller alemán, que parece cada vez más centrado en su supervivencia política en lugar de en lo que es mejor para el continente”, dijo el lunes a BBC Radio.
Previo a la filtración, pero en un tono similar, el exsecretario de Defensa británico hasta el año pasado, Ben Wallace, argumentó ante el diario británico The Standard que “el comportamiento de Scholz ha demostrado que, en lo que respecta a la seguridad de Europa, es el hombre equivocado, en el puesto equivocado y en el momento equivocado”.
En Moscú también aprovecharon la situación para disparar sus dardos. Por ejemplo, el mismo viernes la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, escribió en Telegram: “Exigimos explicaciones a Alemania. El gobierno de Berlín debe darlas sin demora. Cualquier intento de evadir responder a las preguntas será visto como una admisión de culpabilidad”.
Luego, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que la llamada interceptada hizo “más que evidente” que los alemanes estaban “discutiendo planes sustanciales y específicos para atacar territorio ruso”, consignó Financial Times. En Berlín, en tanto, descartaron la idea y la calificaron de “absurda e infame propaganda rusa”.
Boris Pistorius, ministro de Defensa alemán, incluso sugirió que se trataba de una “coreografía” del país que en febrero de 2022 inició su invasión contra Ucrania. “Todo el asunto no solo parece, sino que es, una coreografía”, dijo luego de que Dmitri Medvédev, estrecho aliado del Presidente de Rusia, Vladímir Putin, asegurara que la conversa de 38 minutos demostraba que Alemania estaba preparándose para ingresar a la guerra.
“Pocas horas después, creo, de que se publicara esta grabación, nada menos que por uno de los principales propagandistas de Vladimir Putin, surgió este informe (de la reacción de Medvedev)”, dijo a continuación. Y agregó: “Es muy improbable que reaccionaran tan rápidamente, por lo que sin duda estuvo coordinado y coreografiado, y tiene por objeto reforzar el mito de que estamos trabajando en una guerra contra Rusia, lo que es completamente absurdo”.