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El éxodo de científicos y artistas de Estados Unidos impulsado por el segundo mandato de Trump

Los recortes a los presupuestos universitarios y los ataques a las protestas propalestinas han tensado el ambiente académico norteamericano. Acusando la existencia de un gobierno fascista que impide el desarrollo de las ciencias y que pone a un antivacunas como secretario de Salud, muchos investigadores y celebridades han optado por abandonar Estados Unidos, dirigiéndose a Canadá y Reino Unido, entre otros países.

Vista de una manifestación en la Universidad de Columbia. Foto: Archivo

Desde que Donald Trump ganó la elección, muchos intelectuales norteamericanos empezaron a evaluar la posibilidad de irse de Estados Unidos. Cuando el presidente entró en la Casa Blanca, y empezó a recortar los presupuestos de las universidades, la “evaluación” pasó a ser una necesidad, y hoy, según indica una encuesta de la prestigiosa revista Nature, tres cuartos de los académicos residentes están pensando en abandonar el país.

Los fuertes cambios en la educación superior –incluidos los recortes de presupuesto, eliminación de departamentos de equidad y presiones políticas frente a las protestas por Gaza–, han traído incertidumbre entre los científicos norteamericanos. El estudio muestra que el 80% de los investigadores de postgrado, y el 75% de los doctorantes ya están explorando oportunidades en el extranjero, con países como Canadá, Alemania y Austria en el top de las búsquedas.

El nombramiento de Robert Kennedy Jr., conocido antivacunas, a la cabeza de la Secretaría de Salud, fue solo el inicio de la tónica anti-intelectual de la Casa Blanca: ahora, miles de investigadores están quedando sin trabajo por los recortes en los departamentos universitarios, mientras algunos, como el filósofo Jason Stanley, prefieren abandonar un país que estaría cayendo de manera acelerada en el fascismo. Los campos más afectados por los recortes presupuestarios son los estudios del Sistema Alimentario Global, las ciencias del medio ambiente y el desarrollo internacional.

Protestas contra el cierre de USAID en Washington. Foto: Archivo Kent Nishimura

Los canadienses ya están preparándose para recibir a sus vecinos del sur. Como indicó el medio CBC, “anecdóticamente, los académicos canadienses dicen que escuchan diariamente de colegas estadounidenses buscando por una oportunidad de trabajo” en el país.

Por ejemplo, el Dr. Madhukar Pai, director de los programas de salud global de la Universidad McGill, indicó al medio que espera un número récord de postulantes para un nuevo puesto de titularidad en su departamento, que se abrirá en las próximas semanas. Esto, ya que ese campo de estudios se vio fuertemente afectado por los recortes presupuestarios y por el cierre de USAID, la agencia que lideraba programas de salud en todo el mundo.

Cerca de 10 mil científicos, sobre todo en la investigación contra el cáncer, desarrollo de vacunas, regulaciones del tabaco y drogas, y salud pública en general, ya fueron despedidos. Con esto, los expertos aseguran que estas exoneraciones podrían llegar a tener impactos catastróficos en Estados Unidos y el mundo entero. Tom Frieden, el exdirector del CDC, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, aseguró al respecto: “Algunos de los expertos en salud pública más prestigiosos del mundo están perdiendo sus trabajos”.

Jason Stanley en una videollamada con PBS. Foto: Archivo

No son solo los despidos, sino también razones políticas, las que han llevado a algunos de los científicos norteamericanos a abandonar Estados Unidos. Jason Stanley, un filósofo de la Universidad de Yale famoso por su libro “Cómo funciona el fascismo”, aseguró que abandonará el país debido al clima político y una incipiente dictadura que ve en la administración Trump.

“Creo que ya somos un régimen fascista”, aseguró a la BBC en una entrevista, explicando su decisión de mudarse a Canadá. Al respecto, señala la decisión de la Universidad de Columbia de aceptar exigencias de Trump para mantener su financiamiento fiscal, entre las que estaba “adoptar una definición formal de antisemitismo”, en miras a las protestas por Gaza.

“Es el peor ataque a la libertad de expresión en mi vida, peor que el Macartismo. Intervinieron un departamento académico porque el gobierno federal no estaba de acuerdo con su ideología. Pero el gobierno usa cínicamente la acusación de antisemitismo contra los izquierdistas, hasta el punto de que Columbia obligó a jubilarse a uno de sus profesores más distinguidos. Entonces, ¿quién dice que esto no se extenderá?”, se preguntó Stanley en su entrevista con la cadena británica.

Stanley no es el único en abandonar Yale a causa de Trump: los profesores de historia Timothy Snyder y Marci Shore también anunciaron que se irían a trabajar a la Universidad de Toronto, en Canadá.

Cuestionado sobre la naturaleza del gobierno de Trump, Stanley aseguró: “No puedo hablar de cosas obvias. En esto no se necesitan expertos. ¿Por qué se precisa un experto para decir que el Estado de derecho se ha roto? Están atacando a los medios, a los tribunales y a las universidades. Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, dijo explícitamente: vamos a disolver los tribunales si no están de acuerdo con nosotros”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se prepara para firmar una orden ejecutiva en la Oficina Oval de la Casa Blanca, el 9 de abril de 2025, en Washington. Foto: AFP SAUL LOEB

Este éxodo suma dos factores: el endurecimiento de las restricciones migratorias y los recortes al financiamiento de la investigación en las agencias federales de Estados Unidos. “Los recortes masivos al financiamiento son irracionales y disminuirán considerablemente la capacidad de Estados Unidos para ofrecer investigación de vanguardia a nivel mundial, lo que afectará la salud y la seguridad nacional de nuestro país”, declaró Daniel Cox, distinguido profesor emérito de física de la Universidad de California, en Davis, en declaraciones a la agencia Xinhua.

En materia de inmigración, la administración Trump ha emitido múltiples órdenes ejecutivas que afectan a científicos e ingenieros nacidos en el extranjero. Estas medidas incluyen la restricción de los flujos fronterizos, la limitación de las vías de inmigración legal y el aumento de las deportaciones.

Según un informe de la Radio Pública Nacional (NPR), los trabajadores nacidos en el extranjero representan aproximadamente la mitad de los científicos e ingenieros con doctorado en Estados Unidos. Aun así, la administración Trump se plantea dificultarles la obtención de visas H-1B. Expertos en inmigración advirtieron que la escasez de estas visas podría impulsar a los mejores investigadores extranjeros a buscar oportunidades en otros países.

Protesta propalestina en la Universidad de Columbia. Foto: Archivo Adam Gray

Mientras unos buscan dónde irse, otros se ofrecen para recibirlos. Entre campos de lavanda y buen clima, la Universidad de Aix-Marsella, en el sur de Francia, abrió un programa para atraer académicos en campos atacados por la administración Trump, como el cambio climático.

El programa, denominado “Un lugar seguro para la ciencia”, financiará con 15 millones de euros a 15 investigadores durante tres años.” Se centra, entre otros, en el clima y el medio ambiente, la salud y las ciencias humanas y sociales”, aseguró la portavoz del plantel, Clara Bufi.

Pocos días después de la oferta, la universidad anunció que ya observa un gran interés por parte de científicos de la NASA, Yale, Stanford y otras instituciones y agencias gubernamentales estadounidenses, y que desea expandir el programa a otras instituciones y países europeos para absorber a todos los investigadores que desean abandonar Estados Unidos.

“Estamos presenciando una nueva fuga de cerebros”, declaró Éric Berton, presidente de la Universidad de Aix-Marsella, en un comunicado de prensa. “Haremos todo lo posible para ayudar al mayor número posible de científicos a continuar sus investigaciones. Sin embargo, no podemos satisfacer todas las demandas por nuestra cuenta. El Ministerio de Educación e Investigación nos apoya y asiste plenamente en esta iniciativa, que pretende expandirse tanto a nivel nacional como europeo”.

La cantante Courtney Love aseguró que pediría la ciudadanía británica y se instalaría definitivamente en Londres.

También personajes del mundo de los espectáculos y la música han declarado, muchas veces pública y políticamente, su interés en abandonar Estados Unidos a causa de Trump. La cantante Courtney Love, por ejemplo, aseguró que pediría la ciudadanía británica y se instalaría definitivamente en Londres. “En lo que respecta a Trump y en particular a este grupo... es como el núcleo del emperador. Llevan relojes de un millón de dólares. Es aterrador ahora. Ahora es como el cianuro”, declaró al respecto.

La comediante y actriz Rosie O’Donnell, por su parte, reveló que se había mudado a Irlanda sin planes de volver a su país. “Cuando sea seguro para todos los ciudadanos tener los mismos derechos en Estados Unidos, será cuando consideraremos volver. Ha sido desgarrador ver lo que está ocurriendo políticamente y también ha sido duro para mí personalmente”, explicó en una entrevista.

Por su parte, la actriz Eva Longoria contó a la revista Marie Claire que se sentía privilegiada de poder visitar a su familia en España y en México, feliz de “poder escapar e irme a otro sitio”. “La mayoría de estadounidenses no tienen tanta suerte. Se van a quedar atrapados en este país distópico. Mi ansiedad y mi tristeza es por ellos”, indicó.

Tanto la presentadora Ellen DeGeneres como su esposa Portia de Rossi, así como la actriz de Juego de Tronos Sophie Turner, decidieron mudarse a Reino Unido. Esta última indicó a Harper’s Bazaar UK: “La violencia con armas, el sobreseimiento del caso Roe contra Wade… Todo se fue acumulando. Tras el tiroteo de la escuela de Uvalde, supe que era hora de largarse”.

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