Es poco usual que un primer ministro británico dimita producto de una investigación interna. Pero Sue Gray, la veterana funcionaria que indaga las fiestas en Downing Street, tiene fama de haber contribuido otras veces a terminar con la carrera de varios cargos gubernamentales en Reino Unido. Así, el futuro de Boris Johnson hoy parece estar en manos de la segunda secretaria permanente de la oficina del gabinete británico, el departamento responsable de garantizar el buen funcionamiento del gobierno.
El premier admitió el 12 de enero, en la Cámara de los Comunes, haber asistido a la fiesta en Downing Street el 20 de mayo de 2020 mientras Reino Unido estaba confinado producto de la pandemia. Aunque aseguró que creía que la fiesta era en realidad una reunión de trabajo y se disculpó, los ciudadanos califican el hecho como algo intolerable e incluso diputados del propio Partido Conservador piden su dimisión. Pero para apaciguar la situación, Johnson menciona a Gray y su investigación en curso.
En diciembre pasado se le asignó a Gray la investigación interna de las fiestas de despedida, la cena navideña y otros eventos celebrados por Downing Street en mayo, noviembre y diciembre de 2020. En un comienzo, Simon Case iba a ser el encargado de dirigir la investigación, pero luego de que se conociera que su oficina tuvo una celebración en pleno confinamiento, debió renunciar a la tarea de investigar los escándalos.
De la vida de Gray se conoce poco. Tiene 64 años y está casada con Bill Conlon, un cantante de música country del condado de Down, en Irlanda del Norte. Entre 2012 y 2018 trabajó en el equipo de Honestidad y Ética de la oficina del gabinete, encargado de vigilar que se cumplan los códigos de conducta dentro de los ministerios. Entre 2018 y 2021 se convirtió en secretaria del Departamento de Finanzas de Irlanda del Norte, hasta que el año pasado regresó a la Oficina del Gabinete como segunda secretaria.
Su rectitud al frente del puesto demostrada en anteriores investigaciones le han hecho ganarse varios apodos, como el de “inquisidora en jefe”, “diosa adjunta” o “la persona más poderosa de Reino Unido de la que nunca has oído hablar”, como explicó la BBC en 2015.
No es la primera vez que investiga escándalos del gobierno. En 2017, cuando Theresa May era primera ministra, Gray fue la encargada de la investigación que llevó al ministro Damian Green a renunciar de su cargo. El diputado conservador había mentido después de que se descubriera que tenía imágenes pornográficas en el computador del trabajo.
La misma suerte corrió Andrew Mitchell. Mientras se encargaba de mantener la disciplina del partido del gobierno conservador en 2017, bajo el mandato de David Cameron, insultó a unos agentes de policía y se vio obligado a renunciar tras una investigación encabezada por Gray.
También dirigió la investigación “plebgate” sobre las afirmaciones del responsable de la disciplina del grupo conservador en la Cámara de los Comunes, Andrew Mitchell, en las que llamó “chusma” a agentes de policía en Downing Street.
Nuevas denuncias
La investigación es interna y Gray cuenta con el apoyo de abogados del departamento legal del gobierno. Se ha pedido a todos los ministros, asesores especiales y funcionarios públicos que cooperen.
Gray ha tenido acceso a todos los registros relevantes, que probablemente incluyan correos electrónicos internos, invitaciones de calendario y registros de entrada y salida de Downing Street, y ha estado entrevistando al personal. Se informó el viernes que su equipo pidió a algunos funcionarios que entregaran sus teléfonos móviles.
En realidad, Gray solo tiene que establecer si los hechos denunciados ocurrieron y si violaron el código de conducta de Downing Street. Una vez que haya informado, dependerá del primer ministro, otros ministros y parlamentarios determinar qué sucederá a continuación con Boris Johnson.
“Si Boris Johnson sigue siendo el primer ministro al final de la semana, me sorprendería mucho”, comentó una fuente anónima a The Daily Telegraph.
Medios británicos creen que Gray podría concluir su informe esta semana. Sin embargo, nuevas acusaciones contra Johnson podrían demorar la investigación. Ayer la cadena ITV afirmó que el primer ministro británico celebró su cumpleaños con varios allegados en pleno confinamiento.
Según el medio británico, Johnson participó en una fiesta de cumpleaños organizada por su esposa el 19 de junio de 2020 por la tarde, durante el primer confinamiento, pese a que ese tipo de reuniones estaban prohibidas. A la fiesta habrían asistido hasta 30 personas, incluida la arquitecta de interiores Lulu Lytle, que llevó a cabo la costosa reforma del departamento de Johnson en Downing Street, cuyo financiamiento causó controversia.
Una portavoz de Downing Street aseguró que Johnson habría permanecido “menos de 10 minutos” en esa reunión.
ITV News indicó que varios amigos de la familia Johnson habrían participado en otro evento organizado la noche del 19 de junio, algo que la oficina del primer ministro desmintió. “Eso es algo completamente falso. Siguiendo las reglas de aquel entonces, el primer ministro acogió a un pequeño número de familiares, en el exterior, esa noche”, dijo Downing Street.