Fue el viernes pasado, en Nueva York, cuando el mundo se enteró discretamente del deceso de Gustavo Cisneros. Considerado “emblema” de la bonanza de Venezuela, entre los 80 y 90, el millonario fue dueño de canales de televisión, radios y distintas empresas.
Hijo de una familia ya empresaria, su aporte en el clan Cisneros fue el de dirigir al grupo hacia negocios más “mediáticos”, acumulando así influencia en Venezuela. En un principio, una de las jugadas empresariales más exitosas de Diego Cisneros, padre el Gustavo, había sido el obtener la franquicia para Venezuela de la Pepsi Cola. En esos años, la bebida era más consumida que su rival, y con esto los Cisneros pudieron embotellar esas gaseosas y hacerlas populares en el país.
Gustavo Cisneros, que se hizo cargo de la empresa familiar en los 70, amasó su fortuna en las tres últimas décadas del siglo XX, posicionándose como el venezolano más rico entre el 2000 y el 2017. En 2002, con su patrimonio de cerca de 5 mil millones de dólares, obtuvo el puesto 55 del ranking Forbes.
Gustavo Cisneros estudió en Estados Unidos, graduándose en Administración en el Babson College de Massachusetts: de ahí, rápidamente asumió la presidencia de la empresa de su padre, Organización Cisneros, teniendo solo 25 años para 1970. Esa empresa, entre otras cosas, ya contaba con la franquicia de la Pepsi Cola, que había obtenido en 1944, y en los 50 dominaba las dos terceras partes del consumo de gaseosas en el país.
Otro negocio que ya estaba andando, antes de que Gustavo tomase la empresa, era el transporte de materiales, que terminó convirtiéndose en un holding con más franquicias, como Pizza Hut y los automóviles Studebaker. Al entrar, Gustavo comenzó a comprar otras empresas, como All-American Bottling, Spalding y EvenFlow.
Pero el gran paso de Gustavo Cisneros fue comprar la cadena Venevisión, que producía telenovelas y otros programas, incluido el concurso de belleza Miss Venezuela. El cambio de rumbo que implicó su presidencia de la Organización Cisneros estuvo íntimamente relacionado con el entretenimiento y las telecomunicaciones.
Cisneros tuvo presencia en medios internacionales, sobre todo adquiriendo derechos en Chilevisión (Chile), Caribbean Communications Network (Trinidad y Tobago), Pueblo Xtra International (Estados Unidos), MuchMusic (Argentina) y Caracol Televisión (Colombia).
Además, participó en la creación de acuerdos para la conformación de holdings como el grupo Ibero Americana Radio Chile (Chile) o Hughes Electronics Corporation de Galaxy Latin America, que posteriormente se transformó en DIRECTV Latin America. Una de las grandes cadenas en las que Cisneros tuvo participación fue Univisión, hasta que vendió su parte en 2007, al igual que hizo en ese mismo año con DIRECTV.
Uno de los legados más reconocidos de Cisneros en Venezuela fue el desarrollo de los concursos Miss Venezuela: fue en 1972 cuando su empresa adquirió los derechos para producir y transmitir la noche final del concurso. Precisamente en los años siguientes, las concursantes ganadoras triunfarían también en certámenes internacionales, sobre todo en Miss Universo y Miss Mundo.
De hecho, entre 2008 y 2009, la organización Miss Venezuela consiguió un hito en la historia del certamen de belleza, cuando en dos Miss Universo seguidas, la ganadora fue venezolana: Dayana Sabrina Mendoza (2008) y Stefanía Fernández Krupji (2009).
Aunque Venevisión aún produce noticias y compite por los derechos de los deportes en directo en Venezuela, ya no crea telenovelas de gran presupuesto y su plantilla total se ha reducido en un 80%, hasta los 600 empleados. Sin embargo, las inversiones se han recuperado recientemente, con el regreso de los anunciantes tras una década difícil, apunta Bloomberg.
En 2009, sin embargo, Gustavo Cisneros se empezó a retirar del empresariado, cediéndole la presidencia de la Organización Cisneros a Adriana, su hija. En una entrevista reciente, aseguró que una de sus principales obsesiones cuando pequeña, los satélites, se ha convertido hoy en una de sus mayores apuestas empresariales.
Adriana, en ese momento, había señalado: “Mi función es seguir innovando y haciendo crecer a la Organización Cisneros tanto en Venezuela como en el resto del mundo. Mi visión y mi trabajo será lo que se vea reflejado en los próximos 50 años de la empresa’'.
Su padre, en tanto, aseguraba: ‘’Adriana es la tercera generación de la familia y va a tomar las riendas. Lo bueno de esta transición es que estoy lo suficientemente joven como para acompañarla durante esta y que sea buena, al mismo tiempo que puedo no supervisarla y también será muy buena. Todo el apoyo a la juventud’'.
El grupo está invirtiendo en AST SpaceMobile Inc., una empresa fundada por otro venezolano, que pretende ofrecer red celular de banda ancha desde el espacio, llevando sus servicios de telecomunicaciones a zonas rurales.
De todos modos, en un primer momento, la experiencia con AST no ha sido fácil: la empresa ha perdido casi el 70% de su valor, desde el momento en que empezó a cotizar en bolsa en 2021. Aún así, Adriana Cisneros se ve convencida de su apuesta. “Si AST funciona, será más grande que cualquier cosa que yo, que nosotros, hayamos tocado en Cisneros”, aseguró la presidenta del Grupo Cisneros.