Madrid inauguró este martes un nuevo hospital público, conocido como “el hospital de pandemias”, un gigantesco y controvertido complejo sanitario construido en tres meses por el gobierno regional con un coste de más de 100 millones de euros (120 millones de dólares).
Bajo un sol radiante, el nuevo centro, el “Enfermera Isabel Zendal”, ubicado muy cerca del aeropuerto internacional de la capital española, fue inaugurado por la presidenta de la región de Madrid y promotora del proyecto, Isabel Díaz Ayuso del Partido Popular (PP).
El hospital está aún vacío, y a través de sus inmensas cristaleras podían verse cables colgando del techo, constató una periodista de agencia AFP. Los primeros pacientes se esperan la semana próxima, según las autoridades.
De momento, el gobierno de la región de Madrid, competente en gestión sanitaria, sólo cuenta con 116 voluntarios seleccionados entre los profesionales con contrato en la sanidad pública, y no ha precisado si contratará a más para el funcionamiento corriente del centro.
En el acto de inauguración, las autoridades regionales elogiaron el nuevo hospital, con capacidad para acoger a unos mil pacientes en caso de crisis sanitaria.
Está “adaptado a todas las situaciones que podamos vivir”, como “catástrofes, nuevas epidemias (...) y también para aliviar las listas de espera” de la sanidad pública, enfatizó en un breve discurso Díaz Ayuso, añadiendo que aquí estará la unidad de cuidados intensivos “más avanzada de Madrid”.
La construcción del nuevo hospital, de 80 mil metros cuadrados, ha estado envuelta en polémica desde que se anunciara el proyecto, en una región que en primavera fue el epicentro de la primera ola de la pandemia en España y se vio desbordada por la afluencia de pacientes a los hospitales.
Pese al dispositivo policial, decenas de profesionales sanitarios y de manifestantes hostiles al PP protestaron frente al flamante edificio este martes, para criticar un proyecto en su opinión “inútil”, y cuyo coste final duplicó el presupuesto inicialmente contemplado.
“Se va a inaugurar un hospital que consideramos innecesario. Hay camas sin utilizar en otros hospitales”, y los recursos empleados podrían haberse destinado a “cosas realmente necesarias como rastreadores, personal o material”, dijo Olga Álvarez, técnica de laboratorio del hospital madrileño Gregorio Marañón y militante del sindicato sanitario MATS.
“Un hospital público no puede ser una mala noticia para nadie, a menos que el sectarismo político lo vea así”, dijo a propósito Díaz Ayuso, lamentando de paso la ausencia en el acto del ministro de Sanidad, el socialista Salvador Illa.
El gobierno regional de Madrid dijo querer reforzar con este nuevo hospital el sistema nacional de salud de España, uno de los países de Europa más golpeados por la epidemia con más de 45 mil muertos y 1,6 millones de casos confirmados de coronavirus.