Comparten la isla de La Española, pero ambos países llevan destinos casi opuestos: mientras Haití viene profundizando su crisis política y de seguridad, con pandillas controlando el 80% de la capital y el primer ministro recién renunciado, República Dominicana ha visto su turismo crecer en los últimos años. Con los disturbios de estas últimas dos semanas, que terminaron con la dimisión de Ariel Henry al gobierno haitiano, el país vecino ha asegurado que hará todo lo posible para mantener su seguridad.
El presidente dominicano, Luis Abinader, afirmó en una conferencia de prensa que tomará las medidas que sean necesarias para proteger a su país de lo que ocurre al otro lado de la frontera. Con la inestabilidad política de un país que no ha visto elecciones desde 2016, y cuyo último presidente fue asesinado en 2021, Abinader pidió que la comunidad internacional hiciera algo por Haití, porque de no actuar, “después no se quejen”.
“Nosotros no podemos hacer más. A mí lo único que me toca, y es lo que estoy haciendo, es proteger a República Dominicana, y la estamos protegiendo y la vamos a seguir protegiendo y vamos a tomar las medidas que sean para protegerla más. Y si la comunidad internacional no actúa, nosotros vamos a tener que también seguir poniendo y haciendo posiciones que después no se quejen de las acciones que vamos a tener que hacer”, dijo Abinader, mostrando la actitud que ha tenido con el vecino Haití.
De hecho, y para evitar más problemas aún, Abinader llegó a negar, el sábado pasado, la entrada a su país de Ariel Henry, el entonces primer ministro de Haití. En un momento en que las pandillas pedían la renuncia del gobernante en Puerto Príncipe, y bloqueaban el aeropuerto para no dejarlo volver de Kenia, el avión de Henry se vio en la necesidad de buscar otro lugar donde aterrizar, y la respuesta de Abinader fue clara: Henry “no es bienvenido”.
Esto lo dijo asegurando que la situación haitiana es “insostenible”, y que la suya era una “postura firme” de su país para salvaguardad su seguridad y estabilidad nacional. República Dominicana ha ido viendo con alarma el aumento de la violencia en Haití, al borde de convertirse en un Estado fallido.
La alianza de bandas “Viv anssan” (“Vivir juntos”, en creole), liderada por Jimmy “Barbecue” Chérizier, buscaba sacar del mando a Ariel Henry. Desde el comienzo del año, los grupos criminales ya han asesinado a 1.100 personas, y Chérizier llegó a amenazar con “una guerra civil que conducirá al genocidio” si Henry no dimitía.
Frente a ese panorama, una de las primeras respuestas de Santo Domingo fue la de cerrar la frontera con Haití en septiembre del año pasado, no permitiendo el ingreso de nadie. A eso, se le sumó este lunes un “nivel extremo de seguridad” en la frontera, sobre todo luego de que el ataque y toma de la principal cárcel haitiana llevara a la fuga de más de 3 mil presos.
En una conferencia de prensa, Abinader advirtió que cualquier reo haitiano fugado que fuera encontrado en República Dominicana tendría una “respuesta drástica”, aunque aseguró que si las pandillas haitianas no han pasado a Haití, es “porque ellos saben lo que les puede pasar si cruzan aquí”.
Desde octubre, República Dominicana tampoco ha estado extendiendo visas en Haití, y Abinader recalcó que, si la ONU llegara a solicitarlo, su país no aceptará la creación de campos de refugiados en su territorio. De todos modos, la vicepresidenta Raquel Peña aseguró de que “si existe inmediatamente un plan” internacional para ayudar a Haití, su país estará “con mucho gusto ahí para ver si hay una solución para el vecino país”.
El único lugar de contacto actual entre República Dominicana y Haití, luego de 6 meses de fronteras cerradas, es el mercado binacional de Dajabón, a 220 kilómetros de Puerto Príncipe. Ahí, dos veces por semana, cientos de ciudadanos haitianos van a realizar compras: en el lugar, se comercializan alimentos, ropa, juguetes y hasta electrodomésticos usados.
Reportes de AFP aseguran que la situación es de “normalidad” en el mercado, aunque los comerciantes verían con preocupación los hechos en la capital haitiana. “El mercado ha tenido una merma” en el último mes, porque los clientes “tienen miedo de comprar un gran volumen de mercancías” y perderlas en la carretera, dijo a la agencia Noel Fernández, presidenta de la asociación de comerciantes. Normalmente, las bandas haitianas asaltan camiones.
Entre las medidas de control aplicadas recientemente en el mercado binacional, hay corredores separados para hombres y mujeres, además de un sistema biométrico que verifica la identidad de los haitianos que ingresan al recinto. El teniente Morlin Fabian Tolentino, que trabaja en la seguridad fronteriza, indica que estas medidas “se han implementado debido a un perfil que se persigue con respecto a un tema que vive actualmente nuestro vecino país”.
Los vuelos comerciales a Haití, en tanto, se han mantenido cancelados por parte de República Dominicana, y el coordinador dominicano de las Mesas para las Migraciones, William Charpentier, solicitó a los haitianos no viajar a su país de origen. “Las aerolíneas Sunrise Airways y Air Century que mantienen vuelos diarios entre ambas naciones han cancelado sus operaciones, en cumplimiento con la resolución que emitió la Junta de Aviación Civil, estableciendo una suspensión en todas las operaciones de pasajeros y cargas hasta tanto mejore la situación de seguridad y se controlen los disturbios que han estado afectando a ese vecino país”, aseguró el vocero de Aeropuertos Dominicanos Siglo XXI, Luis José López.
Por su parte, Jamaica también siguió medidas en línea con el gobierno dominicano, declarando el viernes que, para evitar una avalancha de haitianos en su territorio, solo acogerá a refugiados puntuales, como niños en un orfanato.
En conversación con el diario La Nación, el investigador del crimen organizado Chris Dalby aseguró: “República Dominicana teme que las pandillas puedan ingresar en su territorio o que entren armas o droga. Hasta la fecha, esto no ha ocurrido tanto. Es un país sumamente más pacífico que Haití. Tiene retos criminales como cualquier otro país de la región, pero no está al punto de caer en la realidad de Haití. República Dominicana tiene muy claro que su prioridad es su país y asegura que no es su carga asumir el peso de la crisis en Haití”.
El turismo, una industria clave en República Dominicana, no ha visto de momento cambios con la violencia en el país vecino. Con un destino como Punta Cana en su territorio, las cifras del Ministerio del Turismo señalan que el país sigue recuperándose, con un crecimiento superior al 36% en comparación con 2019: más de 10 millones de visitantes.
El mes pasado, el ministro de Turismo, David Collado, había dicho: “El tema haitiano, hasta el momento, no representa ninguna amenaza al sector del turismo. No tenemos ninguna señal, ni baja, que de algún tipo de preocupación para el turismo en República Dominicana. El turismo sigue fuerte, sigue firme, acabamos de presentar los números de enero como el mejor enero de la historia del turismo en el país, y el mes de febrero ya va como el mejor mes de febrero de la historia”.