El impacto que pueden traer en el turismo las olas de calor

Ola de calor Roma
La gente se refresca antes de entrar al Coliseo durante una ola de calor en Italia, 17 de julio de 2023. Foto: Reuters

Julio de 2023, que se ha convertido en el mes más caluroso desde que se tenga registro, fue testigo de una serie de fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo debido al calentamiento global.


Quemaduras en el pie, por caminar unos minutos en el cemento sin zapatos, o en la mano luego de tocar la manilla de una puerta que está expuesta al sol, son algunas de las consecuencias que han experimentado los residentes en Estados Unidos y Europa producto de la ola de calor que los ha afectado este verano. Incluso, muchos en el continente han escapado hacia el antes despreciado verano británico para tener justamente más bajas temperaturas y lluvias. Porque las temperaturas extremas están modificando el comportamiento de los turistas.

Julio de 2023, que se ha convertido en el mes más caluroso desde que se tenga registro, fue testigo de una serie de fenómenos meteorológicos extremos en todo el mundo debido al calentamiento global. El 6 de ese mes, la temperatura media mundial se elevó a 17,08 grados centígrados, según los datos de Copernicus, superando el récord anterior de 16,8 grados centígrados establecido en agosto de 2016.

Según un análisis de la Universidad de Leipzig, Alemania, en julio de 2023 se batieron récords de calor, con una temperatura promedio mundial que se situó aproximadamente 1,5°C por encima del promedio preindustrial.

Ola de calor en Italia
La gente se refresca cerca de la Plaza España, durante una ola de calor en Italia, ya que se espera que las temperaturas aumenten aún más en los próximos días, en Roma, Italia, 18 de julio de 2023. Foto: Reuters

Este verano (boreal), los incendios forestales han devastado algunos de los destinos vacacionales más importantes del mundo, desde Rodas, Corfú y Atenas, en Grecia, hasta partes de Italia, España y el sur de Turquía, lo que ha afectado gravemente al turismo en estas regiones. Solo en Rodas, más de 19.000 personas fueron evacuadas cuando los incendios se descontrolaron.

Figueres, una ciudad en la región española de Cataluña, registró un nuevo récord de temperatura de 45,4 grados Celsius el 18 de julio, mientras que una estación en la isla italiana de Cerdeña registró 48,2°C el 24 de julio, según World Datos de la Organización Meteorológica (OMM).

Así, ante un pronóstico de alcanzar los 42°C, la Acrópolis de Atenas, la principal atracción turística de Grecia, tuvo que cerrar un día el mes pasado para hacer frente a la ola de calor.

Según todos los informes, los efectos del calentamiento global empeorarán en los próximos años, con más probabilidades de que las temperaturas suban y las olas de calor sean cada vez más frecuentes.

“Estas olas de calor se han hecho mucho más probables debido al cambio climático. Como señala World Weather Attribution, estas olas de calor habrían sido prácticamente imposibles sin el cambio climático. El reciente informe IPCC AR6 WGII deja en claro que podemos esperar que las olas de calor ocurran con más frecuencia, duren más y sean más severas. Reducir las emisiones es la única forma de evitar que empeoren”, dijo a La Tercera Rebecca Carter, quien dirige el trabajo de adaptación climática en el Instituto de Recursos Mundiales.

Ola de calor Grecia
Un hombre sostiene un paraguas mientras él y otros turistas ingresan a la antigua Acrópolis durante una ola de calor, en Atenas, Grecia, el 13 de julio de 2023. Foto: AP

En este contexto, para los expertos el impacto de estos eventos climáticos extremos en el sector turístico es casi inevitable. “A medida que las temperaturas continúan aumentando, los viajeros pueden reconsiderar visitar destinos propensos a incendios forestales o experimentar olas de calor prolongadas durante los meses pico de verano”, dijo a la agencia Anadolu, Bulut Bagci, presidente del World Tourism Forum Institute (WTFI), con sede en Londres.

“En cambio, los turistas tienden a buscar regiones más frescas y menos afectadas por el calor para sus vacaciones de verano. Los destinos costeros o los refugios de montaña que ofrecen alivio del calor extremo podrían volverse más atractivos para los viajeros”.

Bagci enfatizó que las condiciones desafiantes provocadas por las olas de calor y los eventos relacionados con el clima podrían tener efectos a largo plazo en el sector turístico.

“Los destinos vulnerables a incendios forestales o temperaturas extremas pueden experimentar una disminución del tráfico turístico, lo que resulta en pérdidas económicas para las empresas locales y las comunidades que dependen en gran medida de la industria”, dijo.

Carter agregó que el cambio climático seguirá presentándose en forma de olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos, muchos de los cuales interrumpirán la logística de los viajes. “Cambiar las temporadas de vacaciones ciertamente puede ser útil. Además, las ciudades calurosas, como Phoenix, Arizona, en Estados Unidos encuentran útil, por ejemplo, cambiar las horas de trabajo para los trabajadores de la construcción vulnerables a la noche o temprano en la mañana para que esos trabajadores puedan evitar el calor”, añadió.

“Además de eso, es posible que las personas también deseen considerar la posibilidad del calor extremo al decidir a dónde viajarán y elegir lugares más frescos si pueden. También pueden optar por evitar las actividades al aire libre durante las horas más calurosas, y las empresas podrían cambiar sus horarios a horarios más frescos, incluidas las noches y las madrugadas. Las personas también pueden ser más conscientes de los síntomas de las enfermedades relacionadas con el calor y cómo evitarlos, y aprender dónde y cómo obtener atención médica rápidamente si la necesitan”, sostuvo.

Ola de calor en España
Personas se protegen del sol con abanicos mientras esperan para entrar al Palacio Real durante la tercera ola de calor del verano en Madrid, España, el 8 de agosto de 2023. Foto: Reuters

La Asociación de Principales Atracciones para Visitantes en Reino Unido dijo a Sky News que los turistas ahora vienen a Reino Unido para “escapar”. “Hemos visto un verdadero auge de visitantes de España, Italia, Grecia, Turquía, a Londres, en particular, durante las últimas tres semanas”, comentó al canal el director de la organización, Bernard Donoghue.

Para Helen Kouyoumdjian, presidenta ejecutiva de la Federación de Empresas de Turismo de Chile, “el impacto de la ola de calor en los países del hemisferio norte durante el verano puede tener efectos en el comportamiento de los turistas de esa parte del mundo”. “Como cada año son más intensas las temperaturas estivales, los habitantes de esas regiones seguramente buscarán alternativas y destinos más templados donde vacacionar, siendo lugares del hemisferio sur, como Chile, una opción para capear el calor, especialmente con el turismo de naturaleza y la temporada de nieve que tenemos acá, lo que es muy atractivo para visitantes de mercados lejanos, como el europeo y norteamericano”, dijo a La Tercera.

A juicio de Tom Jenkins, director de la Asociación Europea de Turismo, que fue consultado por la agencia turca Anadolu, el impacto en el sector no ha sido tan perjudicial como se temía. “Si todo esto impacta en la dinámica del sector turístico, tomará una cantidad considerable de tiempo para que se produzcan cambios notables”, indicó.

“Se debe establecer un patrón cuando las personas esperan que haga un calor incómodo, en lugar de solo calor. Va a ser un gran cambio para la gente sacar el Mediterráneo de sus vacaciones”, dijo.

Medidas de los gobiernos

Algunos cambios ya se han observado en Estados Unidos. Según la revista The Atlantic, en los últimos años, más campamentos de verano se han mudado al interior y los parques han cerrado durante las olas de calor. Incluso, los viajes están cambiando: los aviones han estado en tierra cuando el calor dificulta el despegue, y los expertos en turismo advierten que destinos como Grecia y las Islas Canarias recibirán menos visitantes durante la temporada alta de turismo.

Para Carter existen países que están más preparados que otros y, como era de esperar, los países más ricos suelen tener más recursos en este sentido. Por ejemplo, se estima que 15.000 personas en Francia murieron debido a una ola de calor en 2003, pero desde entonces el país ha implementado muchas medidas para reducir los riesgos que enfrentan las personas debido al calor extremo.

Spain braces for third heatwave of the summer
La gente hace fila en la sombra para evitar el fuerte sol mientras esperan para entrar en un bar junto a un termómetro que marca más de 33 grados centígrados en Ronda, España, 7 de agosto de 2023. Foto: Reuters

El país experimentó un 90% menos de muertes por una ola de calor similar en 2019 al implementar mejores sistemas de alerta, mejorar las respuestas médicas a enfermedades relacionadas con el calor, prestar especial atención a las necesidades de grupos vulnerables como los ancianos, etc. “Algunos países menos ricos que se enfrentan el calor extremo no tienen los recursos que necesitan para instituir medidas similares”, indicó Carter.

“Los sistemas de advertencia efectivos que informan a las personas sobre las olas de calor y les aconsejan que tomen medidas como evitar la actividad extenuante en el calor y beber mucha agua son útiles. Es especialmente importante prestar especial atención a las necesidades de colectivos más vulnerables, como las personas mayores, las personas sin hogar y las que trabajan al aire libre. Establecer centros de enfriamiento donde las personas puedan salir del calor y mantenerse hidratadas también puede ayudar”, advirtió Carter.

El Presidente Joe Biden anunció el mes pasado nuevas medidas para proteger a los trabajadores -incluyendo una alerta que notifica a los empleadores y empleados sobre las formas de mantenerse protegidos contra el calor extremo-, así como medidas para mejorar los pronósticos meteorológicos y hacer que el agua potable sea más accesible.

Asimismo, el gobierno de Biden destinará US$ 7 millones para desarrollar predicciones climáticas más detalladas y anticipar fenómenos extremos como olas de calor, y otros US$ 152 millones para mejorar infraestructura de agua potable y la resistencia climática en California, Colorado y Washington.

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