Un gran escándalo por violencia intrafamiliar ha sacudido la política francesa desde la semana pasada, luego de la publicación del diario satírico Le Canard enchaîné que sacaba a la luz un testimonio a la policía de la esposa del diputado Adrien Quatennens, militante y “número dos” de La Francia Insumisa.
Aun cuando la mujer hizo expresa una queja contra la publicación, la noticia llevó a una seguidilla de eventos que terminó con la renuncia del diputado a su puesto de coordinador de legisladores de su partido. En pleno proceso de divorcio, Quatennens admitió haber abofeteado a su esposa.
Este domingo, en un comunicado en redes sociales, el diputado Adrien Quatennens se refirió a los hechos descritos en la constancia publicada, reconociendo haber tenido gestos violentos hacia su esposa. “Sé que ninguna explicación, por lo dura que sea, en ningún contexto, ni por lo compleja que sea la situación, justifica estos comportamientos”, empezaba diciendo Quatennens.
Evocando muchas peleas que tuvo con su esposa, confirmó lo indicado en la constancia: “Pienso que Céline evocó otro hecho, que ocurrió hace un año, cuando, en un contexto de tensión extrema y agresividad mutua, le di una bofetada. Se la di aun cuando aquello no me parece, y no se volvió a producir. He lamentado profundamente ese gesto, y me he disculpado mucho”. En el mismo comunicado, el coordinador de los diputados de La Francia Insumisa anunció que renunciaba a su puesto al interior del partido de izquierda.
Otro de los hechos reconocidos por el diputado fue haber “agarrado de la muñeca” a su esposa, “en el contexto de ruptura de la comunicación entre dos”. En el mismo texto señala estar a disposición de la justicia, y pide que su “derecho a una vida privada” sea respetado.
Luego de ese comunicado, el líder del partido de izquierda, Jean-Luc Mélenchon, respaldó a través de Twitter a su compañero de militancia, indignando a políticos tanto adentro como fuera de su colectividad. “La malicia policíaca, el voyerismo mediático y las redes sociales se invitaron en el divorcio conflictivo de Adrien y Céline Quatennens. Adrien decidió tomar todo sobre él. Saludo su dignidad y su coraje. Le expreso mi confianza y mi afecto”, escribió el excandidato presidencial.
Tres horas después, el líder de la izquierda francesa volvió a referirse a la situación. “Céline y Adrien son los dos amigos míos. Mi afecto por él no quiere decir que Céline me sea indiferente. Ella no quería ser citada. Pero lo digo: una bofetada es inaceptable en todos los casos. Adrien lo asume. Está bien”.
Desde su mismo partido, la diputada Pascale Martin denunció como “insuficiente e inaceptable” la reacción de Mélenchon, apuntando a una “minimización de los hechos cometidos”. En un comunicado de prensa señaló: “Estas reacciones nos son aún más insoportables en cuanto formamos parte de un movimiento político que ha puesto la lucha contra las violencias sexistas y sexuales al corazón de su programa”.
Luego de que Quantennens se retirara de sus funciones como coordinador, la diputada Danièle Obono, de La Francia Insumisa, señaló que el legislador cuestionado también se apartaría de su trabajo parlamentario. La diputada hizo un mea culpa respecto de la gestión del caso por parte de su partido. “Hay dificultades y fracasos en la expresión y sobre todo en cómo respondemos a ella”, señaló en una entrevista televisiva.
Por su parte, la primera ministra francesa, Élisabeth Borne, también se refirió a lo sucedido, indicando que Mélenchon “banaliza las violencias intrafamiliares”, considerando “extremamente chocante” el tuit del líder del partido de izquierda.
Al respecto, el diario Le Monde se refirió a la situación de Mélenchon. “Es un punto de inflexión. Por la primera vez en la historia reciente del movimiento que él mismo creó, Jean-Luc Mélenchon no es seguido por el entero de los ‘insumisos’, y eso se nota”. En la misma dirección, el diario Libération fue más lejos: “En LFI, lo post-Mélenchon debe dejar de ser un tabú. La caída de Adrien Quatennens, hasta el momento delfín potencial del líder de La Francia Insumisa, reabre el debate sobre la sucesión del septuagenario”.