Haití vivió un nuevo capítulo de violencia asociada a las pandillas. Miembros de la coalición criminal Viv Ansanm (que significa “viviendo juntos”, en lengua criolla haitiana) atacó el barrio de Kenscoff en Puerto Príncipe, la capital, donde reside la mayor parte de los miembros de la élite del país caribeño, que hasta el momento no había sufrido hechos de violencia vinculados a la ola de ataques por parte de grupos armados.
Según autoridades locales, este hecho ha dejado 40 personas muertas, entre las que habría niños, aunque se espera que este número crezca, porque las fuerzas de seguridad no han llegado a todos los sectores del barrio, donde residen varios políticos y líderes empresariales.
Sin embargo, muchas de las víctimas también son gente de clase trabajadora, sobre todo agricultores y ganaderos que tenían sus cultivos y animales en las laderas de la montaña donde se ubica el barrio.
El ataque a Kenscoff se da días después de que la policía y las autoridades de gobierno alertaran sobre amenazas de inminentes ataques a sectores de Puerto Príncipe, aunque no se especificó el sector que sería blanco de los hechos.
A las víctimas fatales del ataque se suman 1.600 personas que huyeron de sus hogares en el barrio por miedo a nuevos hechos de violencia o que se vieron forzadas a irse porque las pandillas quemaron sus casas. Ellos ya forman parte de las más de un millón de personas que han sido desplazadas por la violencia en Haití, cifra que preocupa a Naciones Unidas que ha alertado de los graves peligros a los que se expone la población que está sin hogar.
Se estima que las pandillas controlan el 85% de la capital haitiana. Ante este escenario, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió el mes pasado que estos grupos podrían tomar el control completo de Puerto Príncipe, lo que llevaría a un colapso completo de la autoridad gubernamental si no se intensifica el apoyo internacional a la policía nacional.
Según los datos entregados por la Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el año 2024 unas 5.600 personas fueron asesinadas en Haití a causa de la violencia de las bandas criminales, lo que representa mil muertes más en comparación con el año 2023. A esta cifra hay que sumar las 2.212 personas que resultaron heridas durante hechos violentos vinculados al crimen, además de 1.494 secuestrados.
Alianza de pandillas
Desde el magnicidio del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021, la crisis de inseguridad ha aumentado a niveles altamente peligrosos en Haití. Informes aseguran que en su gobierno ya se había registrado un aumento de la violencia vinculada a las pandillas, pero tras su muerte estas proliferaron y se expandieron.
Las ultimas demostraciones de fuerza ocurridas en Haití muestran el poder que ha conseguido en las calles Viv Ansanm, una gran alianza de pandillas haitianas comandadas por el temido Jimmy Chérizier, conocido con el apodo de “Barbecue”.
Esta alianza se fundó en 2023 tras la unión entre la federación de Chérizier G-9 y otra poderosa pandilla conocida como G-Pep. Ambos tenían como objetivo principal derrocar al gobierno de Ariel Henry, que se desempeñó como primer ministro interino de Haití después del asesinato de Jovenel Moïse. Pero tras su renuncia en abril del año pasado, la alianza está enfocada en tomar el control de las zonas de la capital que no han logrado dominar.
Entre 2021 y 2022, la violencia entre bandas aumentó un 79%, con más de 500 muertes reportadas en 2022, una cifra que se mantuvo en un nivel alto durante el año siguiente. A pesar de este contexto volátil, la formación de Viv Ansanm marcó el comienzo de una tregua entre las facciones rivales que tenía como objetivo reducir las hostilidades y consolidar el poder entre las bandas.
La actividad de las pandillas en Haití se ha concentrado principalmente en la región Oeste, particularmente dentro del área metropolitana de Puerto Príncipe. Aprovechando la inestabilidad política en curso, las pandillas han expandido constantemente el control territorial. La consolidación de la alianza Viv Ansanm ha permitido a las pandillas concentrar sus recursos en actividades delictivas y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, en lugar de involucrarse en luchas internas.
Este cambio también les ha permitido extender sus operaciones a una gama más amplia de barrios. Entre marzo y agosto de 2024, la violencia de pandillas ocurrió en casi 100 barrios en todo el distrito de Puerto Príncipe, lo que representa un aumento del 20% en comparación con los seis meses anteriores, cuando la actividad violenta de pandillas tuvo lugar en al menos 80 barrios.
Frente a este escenario, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó en octubre de 2023 enviar a Haití una fuerza de intervención liderada por Kenia. El primer contingente de 400 policías kenianos llegó en junio de 2024. A ellos se sumaron en enero pasado fuerzas militares de Guatemala y equipos de inteligencia de El Salvador, pero hasta el momento no se han tenido grandes avances en el combate a las pandillas.
De hecho, desde la llegada de la fuerza de intervención los enfrentamientos entre agentes del Estado y pandillas han aumentado considerablemente.
Un reporte de ACLED, una organización estadounidense sin fines de lucro que recaba datos sobre conflictos en todo el mundo, advierte que “a pesar de las volátiles relaciones entre los pandilleros, Viv Ansanm probablemente perdurará mientras siga enfrentando la amenaza compartida de una fuerza internacional de seguridad”.
Este martes, Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la ONU, informó que el gobierno de Estados Unidos, liderado por el presidente Donald Trump, ordenó suspender su contribución económica a la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad para Haití, liderada por Kenia y que cuenta con el respaldo de Naciones Unidas.