La media sanción de la Cámara de Diputados sobre un proyecto que establece una nueva fórmula para asignar los montos de las jubilaciones -y, en la práctica, aumentarlos- desató una tormenta en la política de Argentina. La propuesta, votada por la oposición dura del kirchnerismo en conjunto con la “dialogante” del radicalismo, significó una inesperada derrota para el oficialismo que vio, durante la madrugada del miércoles, cómo se aprobaba una ley que no era bien vista por ellos.
Fue gracias a un acuerdo entre los bloques de la Unión Cívica Radical (UCR), Hacemos Coalición Federal y el kirchnerismo agrupado en Unión por la Patria que, de aprobarse en el Senado, las jubilaciones subirían un 7,2%, además de adelantar la posibilidad de que en marzo de 2025 se entregue un aumento adicional equivalente al reajuste por inflación mensual. Esto tendría un costo fiscal del 0,43 sobre el PIB, detalló la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), y plantea una fórmula distinta a la dictada por el Ejecutivo en marzo de este año mediante el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 274/2024.
Y el enojo se hizo evidente en las palabras del presidente de Argentina, Javier Milei. Fue durante una reunión con empresarios en el Latam Economic Forum 2024 que el mandatario disparó sin filtros contra el Congreso, señalando que le importa “tres carajos” vetar la propuesta en caso de que el Senado la apruebe, ya que su aplicación atenta contra su plan de equilibrar el déficit fiscal.
Aquel fue también el momento en que adelantó que seguiría con su política del ajuste duro y que echaría a 50.000 empleados públicos más, consignó La Nación. Además, su molestia respondía al eventual aumento de sueldo de la cámara baja puesto que, reclaman, tienen sus salarios congelados respecto a la inflación desde diciembre, además de cobrar un tercio que los senadores.
Pero esto no es excusa para Milei. De hecho, adelantó que renunciaría a su jubilación que le corresponderá eventualmente en su calidad de expresidente de la República. “Ayer (por el martes) un diputado se puso a defender las jubilaciones de privilegio. Algo a lo que vamos a renunciar es a eso. Yo puedo estar cuatro u ocho años. Pero después, ¿qué hago? Voy a tener que salir a laburar. Como tengo que hacer eso, me tengo que ocupar activamente de hacer cosas que están bien, porque si no, el día después me quedo sin laburo y me cago de hambre”, planteó.
“Eliminar las jubilaciones de privilegio es un incentivo para hacer las cosas bien. Se les terminó el seguro. Si hacen las cosas mal, que se caguen de hambre por ser una mierda”, añadió, luego de que el Congreso se negara a eliminar esa figura.
Luego, y mediante un comunicado oficial, aseguró que los parlamentarios habían caído en “una trampa legislativa de Máximo Kirchner” en la aprobación de la ley que reajustará los ingresos de los jubilados trasandinos, uno de los ítems que más se achicaron en la política del ajuste libertario.
“Este gobierno tiene el mandato de rescatar al país de la miseria a la que ha sido relegado como consecuencia de la irresponsabilidad fiscal de aquellos que, paradójicamente, proclaman defender a los jubilados mientras sostienen jubilaciones de privilegio multimillonarias”, se lee en el documento publicado bajo el sello de la Oficina de la presidencia.
Y añade: “Esta administración lamenta que diputados bien intencionados participaran de la trampa legislativa de Máximo Kirchner, y reitera su decisión inquebrantable de mantener el equilibrio fiscal utilizando todas las herramientas que proporciona la Constitución Nacional, incluyendo el veto, de ser necesario”.
La postura aunada del radicalismo y el kirchnerismo, muchas veces enemigos políticos, responde a, según su postura, la responsabilidad de la Casa Rosada en el deterioro de los ingresos de jubilaciones. De hecho, acusan que el celebrado superávit fiscal alcanzado por la gestión de Javier Milei se debe precisamente a la licuación aplicada en las jubilaciones y pensiones por efecto de la inflación.
Una primera instancia, impulsada por los diputados K, contó con 135 votos negativos frente a 99 afirmativos y 7 abstenciones. Esto dio paso a la votación del primer dictamen de minoría, presentado por la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal, el que incluía un impacto fiscal más moderado, siendo aprobado por 160 votos positivos, 72 negativos y 8 abstenciones.
Datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso citados por La Nación señalan que, para el cierre del primer cuatrimestre, las jubilaciones habían sufrido una caída del 28,5% interanual en términos reales al cierre del primer cuatrimestre 2024.
El PRO, ahora aliado casi en su totalidad con el libertarismo en el Congreso, rechazó la propuesta acusando a la administración pasada, de Alberto Fernández, de la caída en las jubilaciones. “No nos prestamos a este show que el radicalismo, junto con su nuevo socio, el kirchnerismo, quieren hacer en este recinto. Vengo escuchando discursos para desligarse de culpas, dicen que quieren ayudar (al gobierno) pero lo están cagando”, señaló Cristian Ritondo, jefe del partido del expresidente Mauricio Macri y de la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“Hoy no recuerdan que de diciembre de 2019 a diciembre de 2023 los jubilados perdieron poder de compra un 32,4%. Son unos caraduras”, añadió.
La respuesta apuntó, justamente, a la licuación de jubilaciones para alcanzar el equilibrio fiscal defendido a rajatabla por Milei. “Licuar es fácil, gestionar es más difícil”, argumentó el jefe del bloque radical, Rodrigo de Loredo.
Además de criticar que el libertarismo todavía no anuncia una reforma previsional de fondo, añadió que la propuesta de su partido “es de una sensatez y un equilibrio fiscal absoluto y total. Lo ha dicho la Oficina del Presupuesto del Congreso de la Nación, que tiene un vasto prestigio: solamente afecta un 0,4% del PIB. La propuesta del gobierno, Naranja Fanta, se sigue ajustando a los jubilados. La propuesta original del peronismo, Disneyland, hacer todo lo que no hicieron ellos cuando gobernaron, era más de 2 puntos del PIB. Nuestra propuesta es de razonabilidad”.
Vientos de tormenta
En el gobierno aseguran que el Ejecutivo ya “demostró de sobremanera la voluntad de cooperar con la dirigencia política recurriendo al Congreso de la Nación en búsqueda de las herramientas necesarias para salir de la crisis”, plantearon en el documento publicado por la Oficina de la presidencia.
Pero, posterior a eso, tocaron un punto vital de cara al Senado: la misma cámara alta que tramitará la reestructuración de las jubilaciones, también debe tratar la “Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”, más conocida simplemente como la “Ley Bases”.
“Han dilatado el tratamiento de la Ley Bases, han agredido sistemáticamente al gobierno nacional, y todas las semanas proponen una nueva agenda legislativa dedicada a entorpecer el programa económico de este gobierno. Algunos actores quieren que la Argentina siga por el mismo rumbo que nos ha condenado al fracaso”, dijeron desde la administración Milei.
Además de la amenaza del eventual veto presidencial, el recientemente nombrado jefe de gabinete, Guillermo Francos, adelantó lo que harán si el Congreso insiste en el proyecto, incluso una vez vetada por el mandatario, considerando que el órgano legislativo aún podría aprobarlo si consiguen un apoyo de dos tercios en ambas cámaras.
“Si esto finalmente sucediera, insistir con 2/3 ante un veto del presidente, lo que va a hacer el gobierno es cortar otras partidas para poder financiar lo que salga en esa ley”, dijo en diálogo con LN+.
Según La Política Online, las amenazas libertarias amenazan al mismo tiempo la aprobación de la “Ley Bases” en el Senado. “Tengo dudas que el Senado apruebe la ley Bases”, dijo el peronista formoseño José Mayans durante una entrevista.
Si bien los radicales afirman que lo que sea que diga el Presidente no afecta su trabajo legislativo, el medio especializado aseguró que un miembro de la UCR admitió que sin aumento en las jubilaciones, no habrá Bases. “Hasta que la fórmula previsional no pase por el Senado, salga aprobada y estemos seguros de que Milei no la va a vetar, no voy a bajar al recinto a tratarle la ley”.
En una columna para La Nación, el periodista y analista político Carlos Pagni señaló que lo preocupante para Milei es que, “por primera vez, un grupo numeroso de legisladores tomó la iniciativa en un sentido contrario al que se impulsa desde la Casa Rosada. Es decir, se abre una duda acerca de quién es el titular de la política económica”.
Y añadió que el otro factor es que “esta novedad irrumpe en un momento en que el gabinete está sacudido por una inquietante crisis de gestión, originada en sus propias torpezas. Para un plan cuyo corazón se asienta en lo fiscal, se trata de problemas relevantes. Porque la tormenta es política y la política es el reino al que pertenece lo fiscal”.