Durante el último tiempo, miles de estadounidenses, sobre todo jubilados, han sido víctimas de un plan de estafa realizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los más violentos de México. En el negocio de los tiempos compartidos -el arriendo de propiedades turísticas por un período prolongado- el cartel encontró una nueva economía criminal, cuyas ganancias rivalizan con las del tráfico de drogas, su actividad más conocida.
La estafa funciona de manera muy simple: con un guión convincente y un teléfono, los empleados del cartel se hacen pasar por representantes de ventas y llaman a los propietarios de tiempo compartido para ofrecerles recomprar sus inversiones por sumas generosas. Luego exigen pagos por adelantado para cualquier cosa, desde publicar anuncios hasta pagar multas gubernamentales, detalla The New York Times.
Así, persuaden a sus víctimas para que transfieran grandes cantidades de dinero a México (a veces hasta cientos de miles de dólares). Cuando los propietarios pagan, los delincuentes desaparecen dejando a las víctimas sin comprador y sin dinero, según explicó el Departamento del Tesoro en un comunicado publicado el 2 de marzo, cuando anunciaron que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de la entidad sancionó a ocho empresas mexicanas vinculadas con el fraude en nombre del cartel.
El CJNG también hizo uso de testaferros, personas que recibían pagos por usar su identificación oficial o testaferros que prestaran su nombre para registrar empresas para realizar las estafas, según documentos obtenidos por el medio estadounidense VICE. En algunos casos, los nombres de esos delegados correspondían a personas muertas o que no tenían idea de que se usara su identidad para actividades ilícitas.
Las empresas también se registraron utilizando una combinación de nombres de personas y las funciones administrativas de las empresas se transfirieron a diferentes abogados, según Alván Romero, un exagente especial del IRS (Servicio de Impuestos Internos de EE.UU.) que habló con VICE World News y tiene experiencia encubierta dentro del lavado de dinero y operaciones de fraude financiero de los cárteles de la droga en América Latina.
En otro timo, firmas de desarrollo inmobiliario vendían unidades en proyectos de tiempo compartido que nunca se construyeron, tanto porque esas empresas simplemente se esfumaban, o porque los proyectos se planearon a propósito en zonas de reserva natural y posteriormente eran canceladas, como le explicó a InSight Crime un experto en actividades criminales radicado en Puerto Vallarta, quien pidió no ser identificado por motivos de seguridad. El dinero de los inversionistas nunca se reembolsaba.
Esta nueva actividad delictiva le ha generado al cártel Jalisco Nueva Generación cientos de millones de dólares durante la última década, con llamadas desde call centers que apuntan a propietarios de tiempo compartido en su mayoría de nacionalidad estadounidense y canadiense. El cártel contrata trabajadores de centros de llamadas que hablan un inglés perfecto y les enseña a engañar a los jubilados norteamericanos desprevenidos.
Así, les hacen creer que están a pasos de liberarse de sus tiempos compartidos, que a menudo cobran tarifas de mantenimiento que los propietarios ya no quieren pagar. “Se aprovechan del hecho de que esas son por lo general personas mayores que tienden a ser confiadas y no siguen medidas de seguridad básicas, como solicitar referencias o verificar información pública sobre la propiedad”, puntualizó la fuente anónima de InSight Crime.
En septiembre de 2020, el gobierno de Estados Unidos emitió una alerta a su ciudadanía debido al incremento de casos de fraudes vinculados a tiempos compartidos establecidos en México. Casi tres años después, el Departamento del Tesoro reveló que detrás de este esquema de estafas se encontraba el CJNG. La mayoría de las empresas vinculadas al cártel han estado operando desde al menos 2013, según documentos revisados por VICE World News.
El cártel mexicano comenzó su negocio de fraude de tiempo compartido en Puerto Vallarta, un importante destino turístico en la costa del Pacífico en México y ahora también se ha apoderado en gran medida del mercado de tiempo compartido de Cancún. Ha ampliado la red de fraude a, al menos, dos docenas de call centers que contactan a propietarios estadounidenses de propiedades en esas dos localidades, así como en otras áreas populares entre los jubilados norteamericanos, incluida Acapulco. Tres de las empresas tienen su sede en Puerto Vallarta, estado de Jalisco; dos tienen su sede en la cercana ciudad turística de Bucerías, estado de Nayarit; y otros tres están ubicados en Guadalajara, la capital del estado de Jalisco, según la Secretaría de Hacienda.
El gobierno de Estados Unidos identificó a tres de los principales miembros del CJNG detrás del plan de tiempo compartido: Carlos Andrés Rivera Varela, conocido como “La Firma”; Francisco Javier Gudino Haro, alias “La Gallina”, y Julio César Montero Pinzón, apodado como “El Tarjetas”.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha sancionado a 40 empresas mexicanas asociadas con el Cártel Jalisco Nueva Generación y su estafa de telemarketing, pero pocas personas han sido arrestadas, de acuerdo con la investigación del diario USA Today. El Negociado Federal de Investigaciones ha recibido un promedio de 1.400 quejas por año relacionadas con fraude de tiempo compartido en México durante los últimos cinco años.