Después de semanas de incertidumbre sobre su suerte tras el breve motín encabezado por los mercenarios del Grupo Wagner de Yevgeni Prigozhin contra la cúpula del Ejército ruso, el Presidente Vladimir Putin destituyó a Sergei Surovikin, apodado el “General Armagedón”, como jefe de las Fuerzas Aeroespaciales, según informaron el miércoles dos medios de comunicación rusos.
Surovikin, de 56 años, quien en su momento fue el comandante del esfuerzo bélico general de Rusia en Ucrania, alabado por expertos militares rusos y occidentales como uno de sus operadores más eficaces, aún no fue despedido públicamente, destacó Reuters.
Sin embargo, la agencia estatal RIA Novosti, citando una fuente “informada” de los movimientos internos en el Ejército ruso informó que “el exjefe de las Fuerzas Aéreas y Espaciales rusas Sergei Surovikin ha sido relevado de su cargo, mientras que el coronel general Viktor Afzalov, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas, actúa temporalmente como comandante en jefe de las Fuerzas Aéreas”. Fuentes a la agencia de noticias estatal Sputnik confirmaron que Surovikin, que no ha aparecido en público desde la fallida rebelión perpetrada por el grupo de mercenarios, fue reemplazado “temporalmente” por su adjunto.
El medio de comunicación RBC, citando a dos fuentes anónimas familiarizadas con la situación, también informó que Surovikin había sido destituido de su cargo. RBC consignó a las fuentes diciendo que había sido reasignado a un puesto diferente, que estaba actualmente de baja, y que también había perdido su papel como comandante adjunto de las fuerzas rusas en Ucrania.
El diario ruso RBK y el exredactor jefe de la clausurada radio Eco de Moscú, Alexei Venediktov, anunciaron también el cese de Surovikin, al igual que Rybar, un influyente blog militar que cubre los combates en Ucrania. En su perfil de Telegram, Venediktov aseguró que el general había sido cesado, pero seguiría trabajando para el Ministerio de Defensa.
Según Rybar, la destitución de Surovikin se produjo de facto “inmediatamente después” de la rebelión de Wagner, pero esto “no es necesariamente una condena, sino quizá sólo una medida temporal”.
Surovikin, galardonado con la máxima condecoración militar rusa, es el soldado de mayor alto rango que pierde su puesto por el motín ocurrido del 23 al 34 de junio, que, según el Presidente Putin, podría haber llevado a Rusia a una guerra civil.
El jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, que encabezó la revuelta, sigue en libertad y el lunes publicó un video que, según sugirió, fue grabado en África. Los dos hombres a los que Prigozhin quería derrocar -el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe del Estado Mayor, Valery Gerasimov- siguen en sus puestos.
Afzalov fue anteriormente adjunto de Surovikin y ha sido jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Aeroespaciales durante al menos cuatro años, según la inteligencia militar británica. Ucrania dice que desempeñó un papel directo en la planificación y el enjuiciamiento del ataque de Rusia en su contra.
Durante la ausencia de Surovikin de la vista pública, Afzalov apareció en televisión informando a Gerasimov el mes pasado.
Distintas versiones
La noticia de la destitución de Surovikin y el nombramiento de un sucesor en funciones sugiere que las autoridades encontraron culpable su comportamiento durante la revuelta, y parece formar parte de una campaña para destituir o marginar a cualquiera que se considere demasiado cercano a Wagner, destacó Reuters.
Funcionarios estadounidenses declararon a la agencia en junio que Surovikin había apoyado a Prigozhin, pero que los servicios de inteligencia occidentales no sabían con certeza si había ayudado de algún modo a la rebelión.
Tras el motín perpetrado por Wagner, fuentes de la Inteligencia estadounidense citadas por The New York Times apuntaron a que el general ruso Surovikin -que entre octubre y enero comandó la ofensiva en Ucrania- estaba al tanto de la revuelta y tenía conocimiento sobre los planes del grupo de mercenarios.
Asimismo, varios medios opositores, como The Moscow Times, señalaron a que el general ruso se encontraba detenido, mientras que el Kremlin se negó a confirmar su paradero ni a entrar en “especulaciones” sobre su posible arresto.
Los servicios de Inteligencia de Reino Unido ya afirmaron a mediados de julio que las constantes apariciones en público del jefe adjunto de las Fuerzas Aeroespaciales, Viktor Afzalov, reforzaban la tesis de que el comandante fue “apartado” tras la rebelión.
Además, a mediados de julio, The Wall Street Journal escribió, citando fuentes anónimas conocedoras de los hechos, que Surovikin y otros mandos del Ejército ruso serían detenidos por su implicación en el fallido levantamiento. Según el periódico, además de Surovikin, también fueron detenidos su adjunto, Andrey Yudin, y el comandante adjunto de la inteligencia militar rusa, Vladimir Alexeyev, pero posteriormente fueron puestos en libertad y en observación. También fue detenido Mikhail Mizintsev, exviceministro de Defensa que se había unido al grupo Wagner en abril.
El Kremlin nunca llegó a confirmar el arresto del general por apoyar el motín, lo que también fue refutado por su propia hija.
Impacto en la guerra
Dada la supuesta competencia de Surovikin, algunos expertos militares occidentales han sugerido que su retirada de las operaciones en el campo de batalla podría perjudicar la campaña de Rusia en Ucrania, que Moscú denomina “una operación militar especial”.
La última aparición pública de Surovikin fue el 24 de junio, el segundo y último día del motín, cuando apareció en lo que parecía un video cuidadosamente preparado. Visiblemente tenso, sin insignias y sosteniendo un arma automática, instó a Prigozhin a abandonar su marcha sobre Moscú.
“Me dirijo a los combatientes y dirigentes del grupo Wagner (...) Somos de la misma sangre, somos guerreros. Pido que se detengan”, dijo lentamente, con el rostro sin afeitar, mirando fijamente a la cámara. “Antes de que sea demasiado tarde”, insistió.
Desde el motín, que terminó mediante negociaciones y un acuerdo con el Kremlin, algunos medios y fuentes de noticias rusos han dicho que Surovikin, quien a menudo fue elogiado públicamente por Prigozhin en el período previo a la revuelta, estaba siendo investigado por posible complicidad en ella y que permanecía bajo arresto domiciliario.
Fue puesto a cargo de las operaciones militares rusas en Ucrania en octubre de 2022. En noviembre, bajo las órdenes de Surovikin, las tropas rusas se vieron obligadas a retirarse de la ciudad de Kherson y de la margen derecha del Dniéper, en el sur de Ucrania. Una clara derrota para Moscú. El general dirigió entonces una campaña de bombardeos en otoño e invierno contra las infraestructuras energéticas de Ucrania, que debía poner al país de rodillas, pero fracasó.
Así, en enero su rol en Ucrania pasó al general Valery Gerasimov, jefe del Estado Mayor, y Surovikin fue nombrado adjunto de Gerasimov.
Tras ser reemplazado por Gerasimov, Surovikin se mantuvo en el círculo de comandantes con su dura imagen de veterano de la guerra soviética en Afganistán, de la segunda guerra de Chechenia en los 2000 y de la brutal intervención militar rusa en Siria iniciada en 2015 en la que ganó el apodo de “Carnicero sirio” y “General Armagedón” por las despiadadas tácticas de bombardeo que empleó allí. La ONG Human Rights Watch lo acusó en 2020 de ser uno de los que “pudieron asumir la responsabilidad” de ataques ordenados sobre zonas residenciales, escuelas y hospitales.
“Es una persona muy conocida, los militares hablan mucho de él. Tiene la reputación de ser un comandante demente (...) y despiadado”, reveló a AFP un experto militar ruso reconocido en otoño, pidiendo conservar su anonimato.
Surovikin dirigió, con la excepción de unos pocos meses, el contingente militar ruso en Siria entre 2017 y 2019, por lo que Putin le concedió personalmente el galardón de Héroe de Rusia.
En Rusia, Surovikin, quien es oriundo de Siberia, es sobre todo conocido por su participación en el intento de golpe de Estado fallido de 1991, que firmó la sentencia de muerte de la Unión Soviética. Encarcelado después de que las tropas que dirigía mataran a tres manifestantes prodemocracia, Surovikin fue liberado unos meses más tarde.