El Papa Francisco escogió el sábado a un obispo argentino, un teólogo de su confianza, para ocupar uno de los puestos más poderosos de la Santa Sede, la jefatura de la oficina que supervisa la ortodoxia doctrinaria.

Monseñor Víctor Manuel Fernández, actualmente arzobispo de La Plata, Argentina, encabezará la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El nuevo prefecto se ha ganado el calificativo de “teólogo del Papa”, ya que se cree que le ha ayudado a redactar algunos de sus documentos más importantes.

Una vista de la misa del Domingo de Ramos celebrada por el Papa Francisco en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el 2 de abril de 2023. Foto: AP

La oficina impone la ortodoxia del magisterio de la Iglesia y sanciona a los teólogos a los que considera que se han desviado de la doctrina en sus conferencias o escritos. En las últimas décadas, la oficina ha adquirido mayor importancia para el común de los católicos a medida que el escándalo de los curas pederastas se extiende por el mundo. Uno de los deberes de la congregación es evaluar y procesar las denuncias de abusos sexuales cometidos por el clero.

Se cree que Fernández ha sido uno de los autores principales de algunos de los documentos más influyentes de Francisco, en particular la exhortación Amoris laetitia (La alegría del amor), de 2016, que abrió la puerta a permitir a los católicos divorciados que se vuelven a casar en ceremonias civiles y recibir la comunión. El magisterio católico sostiene que el matrimonio es un sacramento y que los católicos vueltos a casar deben convivir como hermanos y abstenerse de las relaciones sexuales para poder recibir la comunión.

Esa perspectiva -anhelada por los católicos divorciados y vueltos a casar que deploran verse separados de la eucaristía- enfurecería a los conservadores que hay entre la jerarquía y los fieles si llegara a codificarse en el magisterio.

El nuevo prefecto sucede al cardenal español Luis Ladaria Ferrer, jesuita como Francisco, que asumió en 2017 tras la brusca destitución del cardenal conservador alemán Gerhard Müller, quien cumplió un solo período al frente de la congregación doctrinaria. Lo había designado el Papa Benedicto XVI, un favorito de la derecha católica.

El Papa Francisco durante la misa de San Pedro y San Pablo en la Basílica de San Pedro. Foto: Reuters

Fernández, de 60 años, asumirá a mediados de septiembre, según el anuncio vaticano de su nombramiento.

Es un escritor prolífico y experto en la Biblia que goza del apoyo de Francisco, quien antes de llegar al trono pontificio, en 2013, era el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires. Fernández ha dicho que el arzobispo Bergoglio apoyó su postulación a rector de la Universidad Católica Argentina cuando algunos detractores expresaron inquietudes sobre algunas de sus posiciones doctrinarias.

El dicasterio, u oficina, se origina en una comisión del siglo XVI creada para enfrentar la herejía y el cisma. Conocido originalmente como la Santa Inquisición Romana y Universal, el organismo entendía también en asuntos de fe y moral.

En una carta a su nuevo designado, que el Vaticano difundió el sábado, Francisco escribió que la tarea del prefecto tiene como “finalidad central” custodiar la enseñanza que brota de la fe “para dar razón de nuestra esperanza, pero no como enemigos que señalan y condenan”.