El Papa ha pedido a los gobernantes que “hagan todo lo posible” para lograr un alto el fuego en Gaza un día después de que Estados Unidos, Egipto y Qatar hayan apelado a Israel y al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) a negociar el fin de la guerra sobre la ‘hoja de ruta’ presentada el viernes por el presidente estadounidense, Joe Biden.
El documento de negociación incluye un alto el fuego en Gaza y la liberación de rehenes y detenidos. “Apelo a la sabiduría de los gobernantes para que cese la escalada y se haga todo lo posible en el diálogo y la negociación”, ha señalado el Pontífice tras el rezo del ángelus de este domingo.
Del mismo modo ha instado a los fieles a no olvidarse de rezar por la paz en “la atormentada Ucrania, en Palestina, en Israel y en Myanmar”. Además ha pedido oraciones por la situación en Sudán, “donde la guerra que dura ya más de un año aún no ha encontrado una solución de paz”, ha señalado.
“Que se silencien las armas -ha manifestado -, y con el compromiso de las autoridades locales y de la comunidad internacional, se lleve ayuda a la población, y los numerosos desplazados y refugiados de Sudán puedan encontrar acogida y protección en los países vecinos”.
El Papa iba a trasladarse esta mañana a la basílica de San Juan de Letrán para la celebración del Corpus Christi, pero por la intensa lluvia en Roma ha permanecido en el Palacio Apostólico del Vaticano. Un gesto de cariño catedral de Roma que no hacía desde el año 2017, cuando precisamente estableció trasladar la fiesta al domingo, y no celebrarla tradicionalmente el jueves.
Antes del rezo del ángelus, asomado a la ventana del Palacio Apostólico, el Pontífice ha recordado que la Eucaristía “evoca ante todo la dimensión del don”, porque Jesús “toma el pan no para consumirlo solo, sino para partirlo y darlo a los discípulos, revelando así su identidad y su misión”.
Jesús “entregó” toda su vida, ha dicho el Papa Francisco. Así ha señalado: “celebrar la Eucaristía y comer este Pan, como hacemos especialmente los domingos, no es un acto de culto desvinculado de la vida o un simple momento de consuelo personal. En cambio, con su gesto, Jesús nos hace capaces de convertirnos también en pan partido para los demás, de compartir lo que somos y lo que tenemos”.
Francisco ha subrayado que estamos llamados a ser “eucarísticos”, es decir a ser personas que “ya no viven para sí mismas”, sino que “saben hacer de su vida un don para los demás”. Así ha dicho que “gracias a la Eucaristía” los fieles se convierten “en profetas y constructores de un mundo nuevo”.
Y ha asegurado: “cuando superamos el egoísmo y nos abrimos al amor, cuando cultivamos los lazos de fraternidad, cuando participamos en los sufrimientos de nuestros hermanos y compartimos nuestro pan y nuestros recursos con los necesitados, cuando ponemos nuestros talentos a disposición de todos, entonces partimos el pan de nuestra vida como Jesús”.