El Partido Republicano de EEUU comienza este lunes en Milwaukee (Wisconsin) una convención nacional que certificará la candidatura de Donald Trump a la Casa Blanca en el mejor momento de la campaña electoral del magnate.
A la ventaja que mantenía en las encuestas frente al presidente, Joe Biden, incrementada tras el debate de finales de mes, ahora ve cómo su figura ha adquirido una dimensión heroica a los ojos de sus simpatizantes tras sobrevivir al intento de asesinato de este pasado sábado durante un mítin en Pensilvania.
Solo horas después del atentado fallido, Trump aseguró que estará presente en persona -entre extraordinarias medidas de seguridad- para recibir la nominación final del partido a las elecciones de noviembre. Lo hará con una imagen icónica a sus espaldas: en pie, con el puño en alto y sangre en el rostro, tal y como le captaron las cámaras instantes después de que Thomas Matthew Crooks abriera fuego contra él con un fusil de asalto semiautomático mientras Trump arengaba a sus seguidores desde el podio.
“Trump se encuentra bien y desea verlos a todos en Milwaukee”, hizo saber un comunicado de su campaña poco después del tiroteo que acabó causando heridas leves al expresidente, pero que costó la vida a uno de los asistentes y dejó a dos en estado crítico. Crooks, de 20 años, fue abatido segundos después por un francotirador del Servicio Secreto en el tejado desde el que efectuó los disparos, a unos 120 metros del podio donde el mandatario arengaba a sus seguidores.
El Fiserv Forum será el escenario de cuatro días de eventos que comenzarán con un plato fuerte como es el anuncio, posiblemente ese mismo lunes, del acompañante de Trump como nominado a la vicepresidencia del país. Suenan como candidatos serios el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum; el senador por Ohio J.D.Vance y el senador por Florida Marco Rubio. Respecto a la candidatura de Trump, su nominación ya era una formalidad absoluta en marzo, cuando consiguió los 1.125 delegados necesarios para certificar una candidatura en la que no ha tenido rival alguno.
El Comité Nacional Republicano partía con la idea de centrar la convención en una temática dedicada “A los hombres y mujeres olvidados de Estados Unidos” marcada por cierta relajación de su posición contra el aborto -en línea con la postura de Trump, enfrentado en este ámbito a las radicales doctrinas de grupos ultraconservadores- pero todo ha pasado a un segundo plano tras lo ocurrido en Pensilvania. Trump y su figura ocuparán ahora toda la atención.
Lo hará en medio de extraordinarias medidas de seguridad, cuyo incremento ha sido determinado este fin de semana tras una evaluación conjunta de amenazas creada por el FBI, el Servicio Secreto, el Departamento de Policía de Milwaukee y el Centro de Análisis de Amenazas del estado, que ya ha sido enviada a los organizadores, para pedir todavía más atención ante una posible amenaza, aunque de momento no se teme ningún peligro específico, según fuentes policiales a CBS News.
Biden, debilitado y en segundo plano
Mientras tanto, el presidente Biden atraviesa uno de sus peores momentos en las encuestas. Trump le saca ahora mismo tres puntos porcentuales según la media de sondeos recogida por RealClearPolitics, la misma distancia que mantiene desde el debate entre ambos en Atlanta del pasado 27 de junio, una de las peores noches del mandatario, según reconoció él mismo sobre su errático comportamiento durante el careo.
El sábado, Biden y Trump mantuvieron una conversación “breve y cortés”, según fuentes de la Casa Blanca a medios estadounidenses, donde el presidente trasladó su apoyo a su predecesor y rival, mientras la campaña del líder demócrata anunciaba la suspensión de actos en gesto de respeto.
La convención republicana dominará todo el escenario mediático durante los próximos días y sus participantes no se olvidarán de asegurar a los asistentes y espectadores que Biden, a quien una veintena de representantes demócratas han pedido que se retire en favor de un candidato más capacitado, no está en condiciones de seguir gobernando el país; un mensaje que, combinado con las dimensiones que alcanzará Trump durante el evento, podría complicar todavía más sus opciones a la reelección, aunque todavía queden más de tres meses para una crucial cita con las urnas.