Cuando el gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella, envió a la legislatura local el acuerdo alcanzado con Shaanxi Chemical Industry Group Co., se encendieron las alarmas en el resto de Argentina. El “memorándum de entendimiento” tenía que ver con la construcción, con capitales chinos, de un puerto y un polo petroquímico en la austral provincia.
El monto a desembolsar por Shaanxi era de US$ 1.250 millones, y con eso se harían ambas infraestructuras, además de una central eléctrica. Pero el interés chino en el estratégico lugar, tan cercano a la Antártica, es visto con desconfianza en Buenos Aires y Estados Unidos.
Por eso, en el Ministerio de Economía argentino negaron que las inversiones chinas fueran a ocurrir, dejándole el problema a Gustavo Melella. Si el fueguino había ido a reunirse con Sergio Massa, el ministro de Economía, y discutir la situación de las infraestructuras, desde la misma cartera aseguran que el encuentro no se efectuó.
Estados Unidos ya se venía mostrando en contra del acercamiento chino a Argentina, y el embajador norteamericano, Marc Stanley, se lo venía advirtiendo de antes a Melella. De hecho, viajó directamente a Tierra del Fuego para convencer al gobernador de que diera marcha atrás.
Según indica el diario La Nación, la respuesta del fueguino fue que recibiría encantado la llegada de los mismos capitales, pero norteamericanos, y el diplomático le dijo que en general esos emprendimientos en América Latina no interesaban a la Casa Blanca.
Pero donde Washington falla, Beijing se apura a dejar su huella, y es que, según indican los expertos, China necesitaría un “punto estratégico bioceánico” que uniera el Atlántico y el Pacífico. Esto, en el hipotético caso de que se decida bloquear el Canal de Panamá, y los barcos chinos tengan problemas para llegar al otro lado del continente.
Lo otro que valoran los chinos sería la cercanía con la Antártica, ya que Río Grande, ciudad fueguina, queda a solo 1.000 kilómetros del continente blanco, mientras que Auckland, otro puerto relevante del hemisferio sur, queda a 3.000 kilómetros.
Después del “no” de Economía, fue el mismo jefe de gabinete argentino, Agustín Rossi, quien volvió a darle la espalda a Melella, asegurando que no se construiría ningún puerto multipropósito chino en la provincia de Tierra del Fuego.
El acuerdo que había firmado Melella, y que se ratificó por el “decreto provincial 3312/22″, terminó sirviéndoles a los diputados de la oposición en el Congreso local, específicamente a Coalición Cívica, para denunciar penalmente al gobernador, por considerarlo responsable de delitos “contra seguridad de la nación”, “violación de los deberes de funcionarios públicos” e incluso “abuso de autoridad”.
Los opositores precisaron en su denuncia: “Desde un tiempo a esta parte se verifican acciones de polarización entre los dos principales contendientes: China por un lado y, EE.UU. y la OTAN por el otro. Por los hechos, es posible advertir que los contendientes encontraron un espacio de disputa de poder regional y que las facilidades que ofrece Argentina a China en materia de consolidación local a través de su intervención en todos los mercados de recursos valiosos generan una mirada de sospecha de su principal oponente”.
Los detalles del puerto no eran menores: en la parte “petroquímica” de la instalación, se tenía que alcanzar una producción anual de 900 mil toneladas de urea, 600 mil de amoníaco sintético y 100 mil de glifosato. Asimismo, los inversores chinos se habrían encargado de la terminal portuaria multipropósito que, hace mucho tiempo, vienen reclamando en la ciudad de Río Grande.
De todos modos, el secretario de Asuntos Internacionales de Tierra del Fuego, Andrés Darchary, señaló: “El memorándum no genera obligaciones directas y se está trabajando para que no incluya la construcción de un puerto”.
Esta inversión no es la primera con la que China viene instalando sus capitales en el país sudamericano. Uno de los grandes proyectos en los que el grupo China Communications Construction Company, Ltd. (CCCC) ya estaba intentando involucrarse tiene que ver con la Vía Navegable Troncal, conocida como Hidrovía, y que consiste en el dragado y balizamiento de los ríos Paraná y Paraguay, con el fin de transportar mercancías.
Asimismo, China sigue negociando las condiciones para la central nuclear Atucha III, que sería la cuarta de esas características en el país trasandino. Ya en construcción, están ahora mismo haciéndose las represas en el Río Gallegos, que habrían sido parte de un compromiso entre Beijing y Buenos Aires, donde los primeros se comprometían a cubrir la deuda de los segundos.
A ello se suma la Estación de Espacio Lejano en Neuquén, que pertenece a la Administración Espacial Nacional China, más iniciativas de explotación de litio en el norte y decenas de obras de infraestructura, con las cuales los capitales asiáticos están más que presentes en el país vecino.
A pesar de todo esto, Tierra del Fuego es vista como un punto tan estratégico, a causa de su cualidad biomecánica, que hay legisladores argentinos que ven una línea roja en que China invierta ahí. “No importa si son chinos, estadounidenses o brasileños, es tan estratégico el desarrollo del puerto petroquímico y la operación portuaria que no puede estar en manos de ninguna potencia extranjera”, indicó el diputado Rogelio Frigerio.