Justo antes de embarcar en un vuelo en Aberdeen el viernes, la mañana después de la muerte de su abuela la Reina Isabel II, el príncipe Harry puso su brazo alrededor del hombro de una trabajadora del aeropuerto que le había expresado sus condolencias mientras lo acompañaba en la pista.
Fue un momento de calidez e informalidad característico de Harry, cuya personalidad accesible lo convirtió durante mucho tiempo en uno de los miembros de la realeza más populares, hasta que su decisión de apartarse de las funciones reales provocó un quiebre con la familia que está lejos de resolverse.
Harry fue el último de los parientes más cercanos de la reina en llegar al castillo de Balmoral el jueves para acompañarla en sus últimas horas, y fue el primero en partir el viernes, lo que refleja que ya no forma parte del círculo íntimo de la familia.
En tiempos más felices, Harry y su abuela tuvieron una estrecha y lúdica relación, que el gran público pudo apreciar en 2016 cuando aparecieron juntos en un video cómico, reaccionando a una publicación Barack y Michelle Obama antes de los Juegos Invictus, una competición para veteranos discapacitados que Harry ha promovido.
Fue una coincidencia que Harry haya estado en Reino Unido cuando Isabel murió, y antes de su fallecimiento no se anunciaron planes para que viera a su familia durante su visita desde Estados Unidos, donde vive con su esposa estadounidense Meghan.
Con la desaparición de la matriarca, la dinámica familiar está destinada a evolucionar, y a medida que se desarrolle la pompa y la ceremonia del funeral de Isabel, los observadores estarán atentos a las señales de distensión.
El trato de la realeza para con Harry, Meghan y sus hijos será un asunto clave de la era posisabelina, y uno de los dramas familiares que han hecho de la Casa de Windsor un objeto de fascinación mundial.
Según las normas reales, los nietos del monarca se convierten automáticamente en príncipes o princesas del reino, así que ahora que el padre de Harry, Carlos, es rey, sus hijos, Archie, de tres años, y Lilibet, de uno, reciben esos elevados títulos. Lilibet se llama así por el apodo de la reina en su infancia.
Sin embargo, es poco probable que esa novedad por sí sola restablezca la armonía en las relaciones de Harry con Carlos o con su hermano mayor, el príncipe Guillermo, ahora heredero del trono.
Los hermanos estuvieron unidos durante muchos años tras la muerte de su madre Diana en un accidente de tráfico en 1997, cuando Guillermo tenía 15 años y Harry 12, pero su vínculo se ha tensado desde que Harry y Meghan tomaron distancia en enero de 2020.
“Los recuerdos pueden variar”
Inicialmente, la pareja dijo que planeaba repartir su tiempo entre Gran Bretaña y Estados Unidos y forjar “un nuevo papel progresivo” dentro de la monarquía.
Pero su plan no gustó a Isabel, Carlos o Guillermo, que determinaron que no había espacio en la Firma, como se llama a veces a la familia real, para los que trabajan a tiempo parcial.
En su lugar, la pareja se trasladó a tiempo completo a California y, tras un período de revisión de 12 meses, renunció a sus patrocinios reales y abandonó definitivamente el exclusivo club de quienes son tratados de “Su Alteza Real”.
En marzo de 2021, la pareja concedió una entrevista a Oprah Winfrey en la que Meghan afirmó que su infelicidad durante su etapa como miembro de la realeza la había llevado al borde del suicidio.
Además, dijo que hubo preocupación en la familia cuando estaba embarazada de Archie sobre el color de la piel del bebé. La madre de Meghan es negra y su padre es blanco.
La entrevista, emitida por la CBS en un momento de gran publicidad mundial, generó una gran cantidad de prensa, pero sólo un escueto comunicado del Palacio de Buckingham en el que se afirmaba que “algunos recuerdos pueden variar”, aunque las cuestiones planteadas eran “preocupantes”.
Desde entonces, Harry y Meghan han participado en proyectos como podcasts y programas de televisión, al tiempo que han demandado a los tabloides británicos, algunos de los cuales han mantenido un bombardeo constante de historias contra Meghan.
La editorial Penguin Random House anunció en julio de 2021 que Harry estaba trabajando en un libro “íntimo y sincero” sobre su vida, que se publicaría a finales de 2022, lo que provocó escalofríos en la realeza de Londres.
Dependiendo de su contenido, y sobre todo de la reacción de su padre y su hermano, la publicación del libro de Harry podría ser un momento de sanación o un nuevo agravio para ambas partes.