El rey Carlos III ha sido diagnosticado con cáncer, dijo el lunes el Palacio de Buckingham, y pospondrá sus compromisos públicos mientras recibe tratamiento.
El monarca británico, de 75 años, “se muestra totalmente positivo acerca del tratamiento recibido”, dijo el palacio en un comunicado. El cáncer fue detectado después de que el rey se sometiera a un procedimiento separado por agrandamiento de la próstata. Un funcionario de palacio se negó a comentar sobre qué tipo de cáncer padecía Carlos, pero confirmó que no era cáncer de próstata.
“Durante este período, Su Majestad continuará realizando los asuntos estatales y los trámites oficiales como de costumbre”, dijo el palacio. Añadió que esperaba reanudar los compromisos reales lo antes posible.
En los últimos días, se vio a Carlos asistiendo a la iglesia, saludando a los simpatizantes y saliendo del hospital después de su tratamiento de próstata. El palacio dijo que estaba revelando su diagnóstico para “ayudar a la comprensión pública de todos aquellos en todo el mundo afectados por el cáncer”.
El palacio normalmente mantiene las actualizaciones médicas reales al mínimo, para proteger la privacidad de la familia real.
El diagnóstico de Carlos deja al margen al miembro más trabajador y destacado de la familia, justo cuando la institución se estaba recuperando tras la muerte de la reina Isabel II en 2022. La enfermedad también llega en un momento delicado para la Casa de Windsor, que ha estado tratando de reducir sus filas para acotar la carga sobre el erario público y crear una institución más ágil.
Otros miembros de la familia real padecen problemas de salud. Su nuera Catalina, princesa de Gales, está convaleciente hasta después de Semana Santa de una operación abdominal. El príncipe Guillermo, heredero al trono, volvió a trabajar el lunes después de tomarse un tiempo libre para cuidar de su esposa y sus tres hijos. La hermana del rey Carlos, la princesa Ana, su hermano, el príncipe Eduardo, y su esposa, la reina Camilla, han estado haciendo gran parte del trabajo pesado en las últimas semanas, asistiendo a varios compromisos reales.
Se espera que el rey, que es el miembro de la realeza de mayor edad en acceder al trono, continúe con su papel constitucional de aprobar leyes y otros asuntos gubernamentales mientras recibe tratamiento, por lo que no debería haber un impacto en el funcionamiento diario del gobierno británico. El diagnóstico, sin embargo, muestra el riesgo inherente de depender sólo de un pequeño número de miembros de la realeza para encabezar la franquicia, han advertido los observadores reales. Se citó a la reina Isabel diciendo que la monarquía necesitaba ser “vista para ser creída”. Para ella, eso significó asistir a miles de eventos cada año tanto en Gran Bretaña como en el extranjero. Carlos es el jefe de Estado en 14 naciones.
Reino Unido tiene un elaborado sistema para garantizar que un representante real asuma deberes constitucionales si el monarca está enfermo o en el extranjero. Si un monarca está en el extranjero o está enfermo, dos de sus herederos adultos inmediatos intervienen para representar a la corona como Consejeros de Estado. Recientemente se tuvo que aprobar una ley del Parlamento para agregar a la princesa Ana y a su hermano, el príncipe Eduardo, a la lista.
“No tengo ninguna duda de que recuperará todas sus fuerzas en poco tiempo y sé que todo el país le deseará lo mejor”, dijo el primer ministro Rishi Sunak en un comunicado.
La reina Isabel, debido a su avanzada edad, hacía años que no podía viajar al extranjero y tenía que asistir a menos eventos públicos. Carlos realizó visitas oficiales a Francia y otras naciones mientras el gobierno buscaba desplegar al monarca como un juego de poder blando. No es la primera vez que un monarca sufre cáncer. El abuelo de Carlos, el rey Jorge VI, padecía cáncer de pulmón, cuyo diagnóstico no se reveló ni al propio monarca ni al público. Murió repentinamente.