“Una vez más la izquierda salvó la República”, aseguró Jean-Luc Mélenchon, líder del partido de extrema izquierda La Francia Insumisa, apenas conocidos los resultados parciales del balotaje de las elecciones legislativas anticipadas de este domingo en Francia. El también jefe de la coalición del Nuevo Frente Popular (NFP) sabía que el triunfo de su sector, que permitió relegar a un tercer lugar al partido de extrema derecha Agrupación Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella lo dejaba con el suficiente poder para negociar la conformación de un nuevo gobierno con el Presidente Emmanuel Macron.
“Nuestro pueblo ha rechazado claramente el peor escenario posible”, declaró Mélenchon, para quien el NFP, que carece de mayoría absoluta, debe “gobernar”. El líder del ala radical de la coalición rechazó “entablar negociaciones” con la alianza de centroderecha de Macron para alcanzar una mayoría.
“Una mayoría ha hecho otra elección para el país, distinta a la extrema derecha”, agregó Mélenchon, subrayando que “la voluntad del pueblo debe ser confirmada”. “El Presidente debe inclinarse”, ante los resultados de la izquierda, que se convierte en mayoritaria en la Asamblea bajo la bandera de la coalición del Nuevo Frente Popular, declaró.
Poco antes de que Gabriel Attal anunciara que este lunes hará efectiva su dimisión al cargo, ya Mélenchon había llamado a Macron a nombrar un nuevo primer ministro surgido de la alianza de partidos de izquierda: “El primer ministro debe irse (...). El Presidente tiene el deber de llamar al Nuevo Frente Popular a gobernar, y está listo para hacerlo”. Según el líder de La Francia Insumisa, el NFP “aplicará únicamente su programa, pero todo su programa”.
En ese sentido, consideró que el nuevo Ejecutivo tiene que aplicar su programa “por decreto”, con medidas como la derogación de la reforma de las pensiones aprobada el año pasado por Macron, introducir el bloqueo de los precios de algunos productos y subir el salario mínimo.
El NFP, recordó Infobae, se formó el mes pasado después de que Macron convocara a elecciones anticipadas, uniendo a socialistas, verdes, comunistas y la extrema izquierda en un solo bando.
Tres veces candidato presidencial
Jean-Luc Mélenchon, de 72 años, ha sido un miembro habitual de la política de izquierda francesa durante décadas y ocupó cargos ministeriales en gobiernos anteriores, cuando era miembro del Partido Socialista.
Nacido en Tánger, Marruecos, en 1951, este filósofo francés de padres argelinos formó parte del Partido Socialista desde 1976 hasta 2008, cuando decidió emprender su propia aventura política bajo el Frente de Izquierda. En las presidenciales de 2012 obtuvo el 11,1% de los sufragios, mientras que, en 2017, ya representando a Francia Insumisa, se hizo con el 19,58% de los votos y se convirtió en diputado en la Asamblea Nacional por el grupo Francia Insumisa.
En 2022 se celebraron elecciones presidenciales en Francia, y con una izquierda fragmentada en hasta seis partidos, Mélenchon se erigió como la candidatura más fuerte a la izquierda de Macron. En aquellas votaciones alcanzó el 21,95% de los votos quedando en tercera posición.
Mélenchon, un orador apasionado, es una de las figuras más divisivas de la política francesa, según destaca Reuters. Entusiasma a algunos votantes y horroriza a otros con sus desenfrenadas propuestas de impuestos y gastos, su retórica de guerra de clases y sus posiciones controvertidas en política exterior, especialmente en Gaza. Los críticos lo acusan de antisemitismo, lo que él niega.
En las elecciones de 2022, Mélenchon presentó propuestas como adelantar la jubilación a los 60 años, limitar el precio del petróleo a 1,40 euros por litro, subir las pensiones y el salario mínimo. Además, promovía una reforma de la Constitución francesa que lleve al país a la Sexta República, y en el ámbito internacional, el líder de Francia Insumisa defendía salir de la OTAN.