El singular plan de París para proteger al río Sena: convertirlo en un sujeto de derechos

Anticipando las críticas y los sarcasmos sobre su iniciativa para conceder una personalidad jurídica al río Sena, la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, reconoció que “algunos se preguntaron como un pez podrá contratar a un abogado”.

En un evento organizado en un teatro parisino, la alcaldesa socialista anunció su voluntad de crear un estatuto jurídico para el río.

Para impulsar su iniciativa, la edil socialista, junto con Nicolas Mayer Rossignol y Sophie Louet, respectivamente alcaldes de las ciudades ubicadas en la desembocadura del río, Rouen, y en su fuente, Source-Seine, participó en un juicio ficticio organizado en un teatro en el que una empresa imaginaria respondía por un caso de contaminación del rio Sena. Una escenificación como pretexto para debatir de los derechos de la naturaleza: ¿Puede el río Sena tener personalidad jurídica?

Activistas medioambientales, científicos y juristas expusieron en el escenario argumentos reales en favor de esta iniciativa para proteger mejor el río expuesto a la contaminación industrial y los restos de medicamentos que perturban la fauna acuática. “En la cuenca del río Sena, solo el 32% de los arroyos están en buen estado”, alertó la hidróloga Charlène Descollongues durante la parodia de juicio.

“Otorgar derechos al conjunto del río Sena nos permitiría luchar contra eventuales proyectos industriales que podrían impactar al río, o proyectos de domesticación de las orillas que perturbarían el curso del río”, justificó Hidalgo.

“Sabemos que la domesticación excesiva de la naturaleza causa catástrofes. Lo vimos en 2016 durante la gran crecida del Sena: el río reconstituyó una parte de su cauce natural en París y el nivel del agua tardó mucho tiempo en bajar en los rieles del tren suburbano RER”, recordó la alcaldesa.

La propuesta se enmarca en una lucha global para instaurar un derecho que garantice “una simbiosis entre los seres humanos y los ecosistemas”, clama la activista medioambiental y jurista Marine Calmet, presidenta de la ONG Wild Legal, y promotora de los derechos de la naturaleza en Francia.

Algunos países ya plasmaron estos principios en sus leyes: Bolivia reconoce por ejemplo los derechos de la “Madre Tierra” y la Carta Magna ecuatoriana de 2008 otorga un estatus jurídico a la naturaleza. En Ecuador, la Constitución otorga a todos los ciudadanos la capacidad jurídica de defender los derechos de la naturaleza.

Invitado al evento, el exalcalde de la ciudad costarricense de Curridabat, Edgar Mora, recordó por ejemplo que otorgó en 2015 la ciudadanía a los polinizadores que viven en la ciudad: abejas, colibrís, murciélagos y mariposas. Un gesto simbólico pero que inspiró la política pública municipal con la creación de parques y de corredores biológicos.

A partir de febrero, en Francia, una asamblea ciudadana, compuesta por habitantes de ciudades de la cuenca del río Sena designados por sorteo se encargará de redactar un anteproyecto para otorgar derechos al río. El texto será luego entregado a los diputados franceses.