Mientras la administración Biden busca negociar un acuerdo de paz de fin de mandato en Medio Oriente, trae consigo un sorprendente socio de respaldo: Donald Trump.
En lugar de criticar el alto el fuego mediado por la Casa Blanca en el Líbano entre Israel y Hezbolá anunciado el martes, Trump y sus asesores se han mantenido en gran medida callados sobre el avance diplomático, mientras que los funcionarios de la administración Biden cambian su enfoque a un alto el fuego en Gaza, una tarea mucho más dura.
Es una rara señal de acuerdo tácito con el enfoque del presidente Joe Biden, que podría producir beneficios mutuos: para Biden, una victoria que definirá su legado en política exterior antes de su partida en enero, y para Trump, una crisis global menos que tendrá que manejar.
Pero la alineación temporal también podría fracturarse rápidamente.
Los funcionarios estadounidenses admiten que los militantes de Hamas no han dado señales de que estén listos para un acuerdo de alto el fuego en Gaza antes de que Biden deje el cargo el 20 de enero. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que durante mucho tiempo ha mostrado su preferencia por Trump, podría optar por esperar el fin del gobierno demócrata, con la esperanza de que la nueva administración le dé aún más libertad para continuar la guerra contra Hamas.
“Soy escéptico respecto a que haya un acuerdo de alto el fuego en Gaza, independientemente de la coordinación que se produzca con el equipo de transición de Trump”, dijo Michael Hanna, un experto en Medio Oriente del Grupo Internacional de Crisis. Esto, porque Netanyahu se ha mostrado reacio a comprometerse a un cese permanente de los combates.
Incluso si Netanyahu quisiera avanzar ahora, “los socios de la coalición de Netanyahu no quieren un acuerdo, y Hamas no quiere un acuerdo”, dijo Steven Cook, investigador principal para Medio Oriente en el Council on Foreign Relations
Si Biden logra un acuerdo entre Israel y Hamas en las próximas semanas, Trump podría atribuirse el mérito de haberlo hecho posible, como lo hizo el martes Mike Waltz, elegido por el presidente electo como asesor de seguridad nacional, sobre el alto el fuego en el Líbano. “Todos se están sentando a la mesa gracias al presidente Trump”, publicó en X.
El ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer, un confidente cercano de Netanyahu, informó a Trump en su club Mar-a-Lago en Florida a principios de este mes sobre las conversaciones en el Líbano. Trump, según funcionarios israelíes, aprobó el plan y expresó su esperanza de que se llegara a un acuerdo antes de ingresar a la Oficina Oval el 20 de enero. Trump y Netanyahu han hablado al menos tres veces desde la victoria electoral del republicano a principios de este mes.
Una portavoz de la transición de Trump se negó a comentar sobre las conversaciones privadas que él y su equipo han tenido sobre la diplomacia en Medio Oriente.
El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, dijo el miércoles que había mantenido a Waltz “informado en cada paso” durante las negociaciones sobre el acuerdo entre Israel y Hezbolá. El enviado de Biden, Amos Hochstein, dijo que había hablado con Waltz y otros miembros del equipo de Trump sobre el acuerdo para garantizar que “logremos una transición sin problemas”.
Un alto funcionario de la administración Biden dijo que los asesores de Trump estuvieron de acuerdo en que completar el alto el fuego en el Líbano era bueno para Israel, el Líbano y Estados Unidos. “Lo más importante es que hacerlo ahora y no más tarde salvará innumerables vidas en ambos lados”, dijo el funcionario, refiriéndose a la opinión de los asesores de Trump sobre el acuerdo.
Trump ha enviado anteriormente señales contradictorias sobre su calendario para poner fin a la guerra en Gaza. “Quiero que termine y lo haga rápidamente”, dijo sobre Netanyahu en julio. En octubre, Trump expresó su apoyo a las ofensivas de Israel contra Hamas y Hezbolá, y le dijo a Netanyahu en una llamada: “Haz lo que tengas que hacer”.
Desde que ganó las elecciones, Trump parece haber llegado a reconocer el beneficio de poner fin a la crisis de Gaza antes de su toma de posesión, al igual que Biden. Pero no será fácil.
Ya está en marcha una oleada de actividad diplomática, dijeron mediadores egipcios y árabes. Un equipo negociador egipcio se encuentra en Tel Aviv para mantener conversaciones, mientras que el primer ministro de Qatar está en El Cairo también presionando para llegar a un acuerdo.
Los funcionarios egipcios han estado en contacto con el equipo de Trump, evaluando si podría convencer a Israel de ceder en algunos de sus principales puntos conflictivos, a saber, su deseo de una “zona de amortiguamiento” entre Israel y Gaza. Mientras tanto, El Cairo le ha hecho saber a Hamas que está aislado, especialmente después de que Hezbolá alcanzara el acuerdo de alto el fuego con Israel, y que es poco probable que Netanyahu acepte sus demandas de una retirada militar israelí total del enclave.
Brett McGurk, el principal funcionario de la Casa Blanca para Medio Oriente, se reunió el martes con el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman para discutir el acuerdo con el Líbano, un alto el fuego en Gaza y las perspectivas de ver liberados del cautiverio a los casi 100 rehenes retenidos por Hamas.
“Estados Unidos hará otro esfuerzo con Turquía, Egipto, Qatar, Israel y otros para lograr un alto el fuego en Gaza con la liberación de los rehenes y el fin de la guerra sin Hamas en el poder”, dijo Biden el martes.
Biden y Trump están de acuerdo en integrar aún más a Israel en Medio Oriente negociando un acuerdo que normalizaría los lazos entre Arabia Saudita e Israel a cambio de garantías de seguridad brindadas por Estados Unidos a Riad.
Biden no ha perdido la esperanza de completar un acuerdo de este tipo antes de dejar el cargo, pero es posible que Trump espere guardar ese premio para sí mismo.