Trenes, buses, e incluso aeropuertos: todos los servicios de transporte se encuentran paralizados tras el comienzo de la llamada “mega huelga” en Alemania, convocada por los dos sindicatos más grandes del país, que exigen un aumento en los salarios para compensar los efectos de la alta inflación que actualmente golpea a las familias germanas.
La huelga masiva, que sigue a una serie de manifestaciones en los últimos meses, paralizó casi todo el sistema de transporte en gran parte de Alemania, incluyendo los servicios de los principales aeropuertos del país. Se trata de uno de los mayores paros de las últimas décadas.
Mientras miles de trabajadores se manifiestan, buscando retomar las negociaciones con el gobierno, varias empresas del transporte público calificaron la huelga y las demandas de los sindicatos como “completamente excesivas”. Por otro lado, el gobierno, representado por la ministra del Interior, Nancy Faeser, espera llegar pronto a un acuerdo.
La mega huelga
El paro de 24 horas, que comenzó a la medianoche, fue organizado por las dos mayores organizaciones sindicales de Alemania: Ver.di, del sector público que representa a más de 2,5 millones de trabajadores, y EVG, sindicato del servicio ferroviario, que negocia en nombre de 230.000 empleados, incluyendo a los de Deutsche Bahn, la principal red de trenes de Alemania. Ambos sindicatos tenían previsto paralizar el transporte durante todo el día lunes.
Tras su comienzo, el paro afectó a los servicios de trenes y buses en siete estados federados del país, e incluso provocó la cancelación de vuelos en los dos aeropuertos más importantes de Alemania: Munich y Frankfurt. En ese contexto, la asociación de aeropuertos alemanes declaró que cerca de 380.000 viajeros se verían afectados por la huelga.
La llamada “mega huelga” surge tras una serie de paros ocurridos en los últimos dos meses, que los sindicatos denominaron como huelgas “de advertencia”, frente a las negociaciones fallidas con el gobierno por aumentar los sueldos de los trabajadores. En febrero, la paralización en el aeropuerto de Frankfurt generó una interrupción de los servicios y dejó a 137.000 pasajeros en tierra.
La magnitud de la huelga es un aspecto que destaca el politólogo Wolfgang Schroeder, experto en el movimiento sindical, quien declaró al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung lo poderoso que resulta la unión de ambos sindicatos: “El hecho de que hayan logrado coordinarse de esta manera no solo demuestra su capacidad de acción. También es una increíble demostración de poder frente a la patronal”, señaló.
Inflación y respuesta
Todo el movimiento es motivado por las demandas de los sindicatos, que exigen un reajuste en los sueldos para amortiguar la inflación que afecta a Alemania. Mientras Ver.di pide un aumento salarial de un 10,5% (cerca de 500 euros al mes), EVG exige un alza del 12%. Al inicio de las negociaciones, ambos sindicatos rechazaron la oferta inicial de los empleadores, que consistía en un alza del 5%.
Alemania sufre actualmente una inflación que supera a la media dentro del continente europeo (La tasa de inflación anual de la zona del euro fue del 8,5% en febrero de 2023). En 2022, Alemania registró una tasa inflacionaria del 7,9%, la más alta en los últimos 70 años. La inflación de febrero de 2023 alcanzó a 8,7%. A todo esto, se suma la caída de los sueldos en un 3,1% respecto a 2021, según informó la Oficina Federal de Estadística (Destatis).
Todo ello provocó un alza en el precio de los alimentos y la energía, lo que alimentó el descontento de los sindicatos, que ven en el alza de los sueldos una forma de “sobrevivir” a la inflación. “Para muchos miles de trabajadores, conseguir un reajuste salarial considerable es una cuestión de supervivencia”, declaró Frank Werneke, responsable de Ver.di, citado por el diario alemán Bild.
Por su parte, la empresa ferroviaria, Deutsche Bahn, a través de su portavoz, calificó la huelga masiva como “exagerada, innecesaria y desproporcionada”, recalcando los millones de afectados que traería el paro de gran parte del sistema de transportes en Alemania.
“Millones de pasajeros que dependen de buses y trenes están sufriendo las consecuencias de esta huelga excesiva y exagerada”, comentó el portavoz de Deutsche Bahn, según France 24.
En cuanto a la respuesta del gobierno, la ministra del Interior, Nancy Faeser, se mostró optimista frente a la reanudación de las negociaciones con los sindicatos: “Muchos trabajadores de los servicios públicos están sufriendo los elevados precios de la energía y la alta inflación. Por eso es nuestro trabajo encontrar un buen acuerdo”, aclaró Faeser a Reuters.
Pero Alemania no es el único país europeo que enfrenta huelgas masivas. Tanto Reino Unido como Francia también son escenario de protestas y paros masivos. En este último país, las manifestaciones recientes en contra del proyecto para aumentar la edad de jubilación significaron el bloqueo del acceso al museo de Louvre, ubicado en París.