El último plan del presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Kevin McCarthy, para mantener abierto temporalmente el gobierno federal colapsó el viernes cuando los opositores de extrema derecha rechazaron el paquete, haciendo casi seguro un cierre.
Los republicanos del flanco derecho de McCarthy se negaron a apoyar el proyecto de ley a pesar de sus fuertes recortes de gasto de casi el 30% en muchas agencias y severas disposiciones de seguridad fronteriza, calificándolo de insuficiente.
La Casa Blanca y los demócratas rechazaron el enfoque republicano por considerarlo demasiado extremo.
El fracaso del proyecto de ley un día antes de la fecha límite del sábado para financiar al gobierno deja pocas opciones para evitar un cierre que suspenderá a los trabajadores federales, mantendrá al Ejército laborando sin paga e interrumpirá los programas y servicios para millones de estadounidenses.
El resultado pone en grave peligro la presidencia de McCarthy, sin casi ninguna influencia política para liderar la Cámara en un momento crítico que ha llevado al gobierno a una crisis.
Antes de la votación, el presidente republicano prácticamente desafió a sus colegas que se resistían a oponerse al paquete un día antes del cierre casi seguro del sábado. El proyecto de ley de la Cámara habría mantenido abiertas las operaciones hasta el 31 de octubre.
“Cada miembro tendrá que dejar constancia de su posición”, dijo el republicano McCarthy en el Capitolio.
Cuando se le preguntó si tenía los votos, McCarthy bromeó: “Ya veremos”.
Tan pronto como comenzó el debate en el pleno, el principal crítico republicano de McCarthy, el representante Matt Gaetz de Florida, anunció que votaría en contra del paquete, calificando sus disposiciones de seguridad fronteriza como insuficientes e instando a sus colegas a “no rendirse”.
El gobierno federal se dirige directamente a un cierre después de la medianoche del sábado que dejaría a 2 millones de tropas militares sin paga, suspendería obras federales e interrumpiría los servicios y programas gubernamentales de los que dependen los estadounidenses de costa a costa. El Congreso no ha podido financiar las agencias ni aprobar un proyecto de ley temporal para mantener abiertas las oficinas.
Mientras el Senado sigue adelante el viernes con su propio plan ampliamente bipartidista favorecido por republicanos y demócratas para mantener abierto el gobierno y reforzar la ayuda a Ucrania y las cuentas de desastre de Estados Unidos, la Cámara ha estado sumida en un caos político a medida que el flanco de extrema derecha tomó el control.
La Casa Blanca ha rechazado las propuestas de McCarthy de reunirse con el Presidente Joe Biden después de que el speaker se retirara del acuerdo de deuda que negociaron a principios de este año que fijaba los niveles presupuestarios.
“Los republicanos extremistas de la Cámara ahora están triplicando sus demandas de destripar programas con los que cuentan millones de familias trabajadoras”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Jean-Pierre señaló: “El camino a seguir para financiar el gobierno ha sido trazado por el Senado con apoyo bipartidista; los republicanos de la Cámara de Representantes sólo necesitan tomarlo”.
Atendiendo a su flanco de extrema derecha, McCarthy ha vuelto a los límites de gasto más bajos que exigió en enero como parte del acuerdo para ayudarlo a convertirse en presidente de la Cámara.
El paquete no recortaría los departamentos de Defensa, Veteranos o Seguridad Nacional, pero habría reducido casi todas las demás agencias hasta en un 30%, fuertes golpes a una amplia gama de programas, servicios y departamentos de los que los estadounidenses dependen habitualmente.
También agregó nuevas y estrictas disposiciones de seguridad fronteriza que impulsarían la construcción del muro en la frontera sur con México, entre otras medidas. Además, el paquete establecería una comisión de deuda bipartidista para abordar la creciente carga de deuda del país.
La extrema derecha, encabezada por Gaetz, ha estado amenazando con derrocar a McCarthy, con una votación inminente para intentar destituirlo de la oficina del presidente a menos que cumpla con las demandas conservadoras. Aún así, no está claro si algún otro republicano contaría con el apoyo de la mayoría de la Cámara para liderar el partido.