Alrededor del 20% de los hogares europeos están equipados con aire acondicionado, lejos del 90% en Estados Unidos. Pero en algunos países se ha producido un claro aumento este año, observa Clara Camarasa, experta de la Agencia Internacional de la Energía (AIE): “Es el caso de España, Portugal, Italia y Grecia, que han sufrido fenómenos meteorológicos extremos este verano, al igual que Francia”.
Para esta analista, hay motivos de preocupación. El aire acondicionado representa el 12% de las emisiones de CO2 del sector edilicios, lejos de ser compatible con los compromisos climáticos.
“Cuando un gran número de personas utiliza el aire acondicionado, la demanda de electricidad puede aumentar considerablemente. El uso del aire acondicionado puede incrementar las emisiones de gases de efecto invernadero, perjudiciales para el medio ambiente”, explica.
Para una refrigeración más eficaz, existen otras soluciones: aislar mejor los edificios, crear tejados verdes o utilizar máquinas térmicas.
“Francia está fomentando la instalación de bombas de calor, que consumen menos energía, con una bonificación de 5.000 euros por la instalación de este sistema. Otros países están invirtiendo en sistemas de refrigeración innovadores que centralizan la producción, distribución y consumo de frío, mejorando así la eficiencia global”, añade Clara Camarasa. “Estos distintos enfoques reflejan el compromiso de Europa por mejorar la eficiencia de la refrigeración y afrontar al mismo tiempo el reto que plantea el aumento de las temperaturas”.
¿La protección del medio ambiente es una prioridad en Alemania?
También en Alemania, los instaladores de aire acondicionado están desbordados, informa nuestra corresponsal en Berlín, Blandine Milcent. La demanda lleva varios años aumentando: según una encuesta realizada por el portal de comparación Verivox, en 2015 solo el 3% de los alemanes tenía aire acondicionado en casa. Hoy, el 13% ha dado el paso. Y un 16% tiene previsto hacerlo en un futuro próximo.
Arif es uno de ellos.” Estoy pensando en instalar aire acondicionado en mi casa como muy tarde el próximo verano”, dice. “Si hace tanto calor como el que tuvimos el año pasado, no resistiré. ¿Y si es malo para el medio ambiente? Fumar tampoco es bueno, respirar no es bueno, y si vamos por ese camino, ¡no hay nada que hacer!”, agrega.
No todo el mundo piensa igual. Según la misma encuesta, el 41% de los alemanes refrigera su casa como puede, y el 20% se niega a utilizar el aire acondicionado por motivos ecológicos. Esta es la opinión de Violetta, una jubilada berlinesa de 73 años: “No tengo motivos para hacerlo porque emitiría demasiado CO2. Prefiero bajar la temperatura en casa corriendo las cortinas, cerrando las ventanas y abriéndolas sólo por la noche. Así hago frente a las temperaturas”, asegura.
Además, la prensa alemana no deja de dar consejos para hacer frente al calor: cuelgue paños húmedos sobre las ventanas abiertas, retire las alfombras o coloque ventiladores delante de recipientes llenos de agua fría... O instale una bomba de calor que funcione con energía renovable, siempre que se lo pueda permitir.
Un buen año para los vendedores de aire acondicionado en Grecia...
Desde hace algunos años, Grecia sufre olas de calor cada vez más fuertes. Pero este año, el mes de julio ha sido abrasador, con temperaturas extremas y enormes incendios, signos de un cambio climático duradero. Estos trastornos fomentan aún más el uso del aire acondicionado, a pesar de que es muy contaminante.
Tras la ola de calor que disparó el termómetro griego por encima de los 45 grados en julio, las temperaturas bajaron finalmente unos diez grados, informa Nadia Blétry, corresponsal de RFI en Atenas.
Secador en mano, Ermis Todoropoulos no ha encendido el aire acondicionado a pesar del persistente calor. En su peluquería de las afueras de Atenas, el joven empresario trabaja con ventiladores, con todas las puertas abiertas. “De hecho”, explica, “no necesito aire acondicionado en todo el día, pero para ser sincero, eso también se debe a que es caro, así que sólo lo enciendo cuando más lo necesito”. “Durante los 15 días que duró la ola de calor, lo encendí cada vez con más frecuencia, y algunos días estaba encendido todo el día. En un entorno de trabajo con clientes, no tienes elección”.
En la principal calle comercial de la ciudad, los vendedores de aire acondicionado aseguran que ha sido un buen año para ellos, gracias a las olas de calor y a las subvenciones del Gobierno para recomprar los viejos aparatos de aire acondicionado que consumen demasiada energía. Una promesa de contaminación creciente que de momento no afecta al canto de las cigarras.