Eutanasia, esterilización o destierro: las autoridades colombianas explicaron esta semana cuáles serían los destinos posibles de los ya 166 hipopótamos que descienden de los cuatro ejemplares que el narcotraficante Pablo Escobar llevó originalmente a su Hacienda Nápoles hace más de 30 años.
La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, informó este jueves en una conferencia de prensa sobre los detalles para frenar la expansión de la manada, que se reproduce sin control desde los tiempos de Escobar. Los mamíferos, que crecen en el río Magdalena, podrían ser trasladados a otros países, como México o India.
“Se inicia la primera etapa de este plan de manejo que la próxima semana va a mostrar la fase de esterilización de hipopótamos en Colombia”, declaró la ministra, esperando que al menos 20 de los animales sean esterilizados este año. “A una parte de la población”, en tanto, se le aplicará un “eutanasia ética”, aunque Muhamad no detalló cuándo empezaría ese proceso.
Hasta este momento, ya han sido esterilizados quirúrgicamente 24 hipopótamos, pero la minsitra colombiana reconoció que la medida no es suficiente para sostener a los animales en cautiverio de forma segura.
Respecto a la “traslocación” de los ejemplares, Bogotá está en conversaciones con los gobiernos de México, India e Fipilinas, para el posible traslado de estos animales.
Según la ministra, se está en “una carrera contra el tiempo”, ya que los hipopótamos siguen reproduciéndose. “Vamos a tener que tener eutanasia ética para una parte de la población”, indicó en la conferencia, agregando que ya se están haciendo consultas públicas para definir el desarrollo del proceso.
Los 166 hipopótamos que hay hoy son hijos de los cuatro ejemplares que Pablo Escobar, en los años 80, trasladó a Colombia para su zoológico privado en la Hacienda Nápoles. Después de que el narcotraficante muriera en medio de una operación policial en 1993, los paquidermos fueron liberados.
El narco introdujo la especie en Colombia específicamente en 1981, cuando compró cuatro hipopótamos a un zoológico de Estados Unidos. Eran tres hembras y un macho, destinados a la colección de animales exóticos de la Hacienda Nápoles, que contaba con 3 mil hectáreas de terreno, y que hoy se mantiene para el turismo.
La mayoría de los animales que Escobar tenía en su finca terminaron en otros zoológicos colombianos, pero el caso de los hipopótamos era demasiado complicado: difíciles de trasladar y de mantener, se dejaron ahí donde estaban. A causa de la falta de depredadores, junto con la fértil y pantanosa región de Antioquia, fueron una mezcla perfecta para que el animal se reprodujera.
Considerando la velocidad con la que se reproducen, los expertos aseguran que su número podría aumentar a más de 1.000 en 2035, si no se hacen cosas al respecto. Además de su cantidad, los hipopótamos salvajes son considerados una de las especies más peligrosas del mundo.
“Son animales muy territoriales” y “con altísima agresividad” que “para su alimentación afectan todo el ecosistema”, señaló en su conferencia de prensa la ministra Muhamad. Desde el gobierno de Gustavo Petro han señalado en varias ocasiones que esos hipopótamos ocasionan grandes daños ambientales, y se destinará cerca de 10 mil dólares en cada esterilización que se haga.