¿En qué consiste el tratado New Start?

El presidente ruso Vladimir Putin en un discurso a la Asamblea Federal en Moscú. Foto: Reuters.
El presidente ruso Vladimir Putin en un discurso a la Asamblea Federal en Moscú. Foto: Reuters.

Juntos, Rusia y Estados Unidos cuentan con el 90% de las ojivas nucleares del mundo, y ambos lados están conscientes de la necesidad de que una guerra entre ambas potencias se evite a toda costa. Y sin embargo, hoy Vladimir Putin suspendió la participación de Moscú en un acuerdo que limita la producción de armas nucleares.


“Estoy forzado a anunciar hoy que Rusia suspende si participación en el tratado de armas ofensivas estratégicas”. Con esas palabras, el presidente ruso Vladimir Putin anunció que se su país dejaría “en stand by” el tratado conocido como New START.

El tratado New START fue firmado en 2010 por el presidente Barack Obama, por el lado estadounidense, y el presidente Dmitry Medvedev, por el lado ruso, durante los cuatro años en que Putin fue primer ministro. Este tratado limita la cantidad de “ojivas” o cabezas nucleares “estratégicas” que pueden tener ambas partes: en este caso, ambos países se comprometieron a limitar sus arsenales a un máximo de 1550 cabezas nucleares, y 800 sistemas balísticos –misiles submarinos y bombarderos estratégicos– de más de 5.500 kilómetros de alcance.

Este acuerdo, a grandes rasgos, vincula la reducción de los dos arsenales nucleares más grandes del mundo, en miras a que ninguna supere por lejos al otro.

El acuerdo entró en rigor el año 2001, y se extendió hasta 2026 cuando Joe Biden entró en la presidencia. Entre los acuerdos, se permite que tanto inspectores rusos como estadounidenses puedan inspeccionar si ambas partes están cumpliendo con el tratado.

Teseo de un misil balístico Lars en Rusia. Foto: AP.
Teseo de un misil balístico Lars en Rusia. Foto: AP.

Ahora bien, las inspecciones propias del acuerdo se suspendieron en marzo 2020, a causa de la pandemia del Covid. En Egipto, delegaciones rusas y estadounidenses tuvieron conversaciones en noviembre para retomar las inspecciones, pero Rusia las pospuso, y de momento no se han producido ni tienen una fecha en la que se realicen.

Uno de los conflictos que ha venido empantanando las conversaciones entre Moscú y Washington, respecto a la limitación de las armas nucleares, tiene que ver con los países que la integran: en un principio, Estados Unidos quiso sumar a China al tratado, considerando su creciente poderío nuclear.

Por su parte, el mismo Putin ha declarado que volver al Nuevo START es un “absurdo”, y que en adelante tomará en cuenta los arsenales nucleares de Francia y Reino Unido, que integran la OTAN pero no el tratado Nuevo START.

Vladimir Putin entrando a dar un discurso frente a la Asamblea Federal en Moscú. Foto: Reuters.
Vladimir Putin entrando a dar un discurso frente a la Asamblea Federal en Moscú. Foto: Reuters.

El primer tratado START se firmó en 1991 entre Estados Unidos y la Unión Soviética, unos pocos meses antes de que la segunda colapsara. Sus sílabas corresponden a “Strategic Arms Reduction Treaty”, o “Tratado de Reducción de Armas Estratégicas”, en inglés.

Este primer acuerdo, firmado entre Ronald Reagan y Mijael Gorbachov, estuvo vigente entre 1994 y 2009, y su objetivo era limitar las cabezas nucleares hasta 6 mil cabezas nucleares. Rápidamente habían empezado las negociaciones para bajar este número a 3.500: ese acuerdo se conoció como START II, pero nunca pudo entrar en vigor porque Rusia se retractó en 2002, respondiendo a la retirada de Estados Unidos del Tratado sobre Misiles Antibalísticos.

Luego se intentó el START III, que ni siquiera alcanzó a ser negociado, y finalmente en 2010, con la firma del Nuevo START, se bajó el número de cabezas nucleares permitidas a 1550. El acuerdo se amplió hasta 2026, pero durante el gobierno de Trump, por un momento, se pensó que Estados Unidos no renovaría el acuerdo: según él, extenderlo solo perjudicaría los arsenales estadounidenses. Además, el entonces presidente norteamericano pidió incorporar a China, pero tanto Pekín como Moscú rechazaron la idea.

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