A la dura derrota electoral obtenida ayer en las las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias (PASO) por el binomio oficialista Juntos por el Cambio, del Presidente Mauricio Macri y su compañero de fórmula, Miguel Ángel Pichetto que lograron el 32% de los votos, 15 puntos más abajo que la dupla kirchenista del Frente para Todos, integrado por Alberto Fernández y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner para vicepresidenta (47%), se sumó el aplastante fracaso de las encuestadoras.
Según el diario argentino La Capital, de los 19 sondeos divulgados antes del 3 de agosto, 18 vaticinaron como vencedor al binomio Fernández-Fernández, pero la mayoría establecía una "estrecha diferencia", que podría haber incluido un "virtual empate técnico". Nada más alejado de los resultados de las PASO, que desequilibraron al mercado argentino tras una posible victoria en las elecciones generales de octubre del kirchnerismo. Ante esto, el politólogo y director de la encuestadora argentina Real Time Data, Nicolás Solari sostiene en conversación con La Tercera que "hubo un fracaso colectivo de la industria".
¿Cree usted que el resultado de las PASO es irreversible?
El resultado es prácticamente irreversible, tanto en términos matemáticos como en términos sociales. Matemáticamente, el oficialismo necesitaría sumar dos millones y medio de votos contra ninguno del kirchnerismo para forzar un ballotage. Si bien es esperable que la participación electoral y el voto afirmativo crezcan en la elección del 27 de octubre –que es la definitiva-, es difícil prever que haya tal avalancha de votos a favor del oficialismo. Y es difícil de preverlo no solo por la gran cantidad de nuevos votos que necesita el oficialismo, sino esencialmente porque debería recoger ese apoyo en medio de un contexto económico y político adverso, tal como demostraron los mercados en el día de ayer.
En los dos meses y medio restantes, ¿de qué manera la gobernabilidad de Macri podría verse afectada?
El sistema de primarias obligatorias argentino demostró ser un sistema perverso que debe ser revisado. Políticamente, el oficialismo sale ultra debilitado de la primaria de ayer, aunque paradójicamente aún faltan 11 semanas para la elección real y casi cuatro meses para el recambio presidencial. El desafío es enorme para Mauricio Macri. Ya sin el respaldo de la ciudadanía, sin la confianza del mercado, en minoría en el Congreso y en medio de una campaña electoral aún en marcha, debe garantizar la gobernabilidad y la preservación de los logros de su gobierno.
¿Qué opciones o salvavidas tiene el Presidente Macri de ahora en adelante?
Probablemente el mejor camino que puede transitar Macri es consensuar, formal o informalmente, algunos lineamientos esenciales con Alberto Fernández, para garantizar en las próximas semanas un contexto de paz y previsibilidad que no perjudique aún más al país. Me parece que ambos actores deberían estar interesados en evitar una crisis de proporciones mayúsculas. Aunque la elección presidencial parece irremediablemente perdida, el macrismo aún puede aspirar a mejorar su desempeño electoral y retener la mayor cantidad de legisladores e intendentes.
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Alberto Fernández durante el lanzamiento de su campaña en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz. Foto: AFP[/caption]
Las encuestas proyectaban una victoria de la dupla Fernández-Fernández, pero no vaticinaban que la brecha fuera tan grande. ¿Por qué cree que fallaron las encuestas?
Es difícil saber porque las encuestas estuvieron tan fuera de target. Es un fracaso colectivo de la industria que obedece necesariamente a más de una causa. A nivel del votante seguramente ha habido un voto oculto a favor de la fórmula encabezada Fernández, a nivel de los encuestadores se confió en una metodología -la telefónica- y un plan de ponderación –que en elecciones pasadas había capturado relativamente bien las preferencias electorales- que demostró en esta ocasión tener un sesgo muy fuerte a favor del macrismo.
Tras este nuevo error de las encuestas, ¿Usted cree que ya no representan un termómetro de la sociedad?
Las encuestas seguirán estando presentes en la Argentina y el mundo. Para cada nuevo desafío hay un nuevo desarrollo capaz de solucionarlo. La forma en que los ciudadanos votan, opinan, se expresan y comunican evoluciona a pasos agigantados y a las encuestas les cuesta adaptarse a esos cambios tan veloces. Estoy seguro que las encuestadoras incorporarán lo aprendido en la elección y harán un mejor trabajo en el futuro.