Con la elección presidencial argentina del domingo 22 de octubre en el pasado, una nueva carrera se asoma de cara a las últimas tres semanas previas al balotaje del 19 de noviembre: el intento de los dos candidatos vencedores, Sergio Massa y Javier Milei, de Unión por la Patria y La Libertad Avanza, por hacerse con los millones de votos que tanto sus antiguos contendores como quienes no asistieron en primera instancia a sufragar dejaron a la deriva.
Al sumar los apoyos recibidos por los vencedores de la primera vuelta, quienes según el conteo preliminar obtuvieron el sorpresivo 36,68% de Massa y el 29,98% de Milei –cifra similar a la lograda en las primarias–, queda un pozo de 9,5 millones de electores por convencer. Allí entran quienes se decantaron por Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio (JxC), el peronista no kirchnerista de Córdoba, Juan Schiaretti, y la representante de la izquierda dura, Myriam Bregman, sumados a los blancos e impugnados. Y los comandos de Unión por la Patria (UP) y La Libertad Avanza (LLA) ya empiezan a hacer cálculos.
Dos encuestas publicadas por el periódico Clarín dieron luces sobre cómo se podrían repartir los votos de los distintos aspirantes a la Casa Rosada que quedaron fuera de carrera. Una lo hizo a nivel nacional, y otra en Córdoba, bastión de Schiaretti que, pese a ser peronista anti-kirchnerista, confirma que a Massa no le va bien en el segundo distrito con más electores del país. El lugar es incluso más grande que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), pero menor que la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, ambas mediciones no alcanzan a incluir los efectos del terremoto ocurrido la semana pasada en JxC, luego de que el expresidente Mauricio Macri y la candidata del bloque, Patricia Bullrich, dieran su apoyo explícito a Milei. El llamado fracturó a la coalición opositora, especialmente en el eje PRO vs. Unión Cívica Radical (UCR) y el ala más centrista del bloque, que incluye al excandidato y actual jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. De todos modos se aprecia, al menos en estos sondeos, una mayor cercanía al candidato de LLA entre la mayoría de los votantes que restan por decidirse.
Según La Política Online, la alianza con el libertario incluiría apoyo económico para la campaña y una fiscalización de las boletas de votación dignas del aparataje partidista (o la “casta”, diría el Milei de la primera vuelta) del que La Libertad Avanza adolece. Pero vendría a cambio de una eventual negociación por puestos de gobierno y una moderación en algunas de las políticas más extremistas de Javier Milei que, de todos modos, excluye el dinamitado del Banco Central y la propuesta de dolarización. Al menos, de momento.
Midiendo votos sueltos
Como siempre en un escenario de segunda vuelta, los sufragios que determinan al Presidente de la República están directamente relacionados al crecimiento que un candidato consigue entre una votación y otra. En el paso previo, las primarias, Massa logró en ese apartado el punto de inflexión que lo catapultó sorpresivamente –y contra todos los pronósticos de una semana antes de los comicios– al primer lugar.
Una encuesta desarrollada por la firma Opinaia hace un desglose por candidatos. Pero, malas noticias para Massa. Preliminarmente, habría una mayor predisposición de los votantes de los candidatos del tercer y cuarto lugar a girar hacia Milei antes que al ministro en funciones.
Los más importantes, por su volumen, son los que apoyaron a Patricia Bullrich, la delfín de Mauricio Macri en Juntos por el Cambio. Cercanos a la centroderecha, el bloque se quedó en el tercer lugar de la pasada primera vuelta con el 23,83% de los votos y 6,2 millones, aproximadamente, de apoyos. Hay que considerar que la distancia entre Massa y Milei fue de menos de dos millones.
Vale repetir, la toma de muestras no alcanzó a incluir el desarrollo del quiebre en JxC. Dicho esto, y según la firma Opinaia, los votantes de Bullrich son preponderantemente críticos de Sergio Massa, donde un 5% dijo tener una imagen positiva de él, mientras que un 94% señaló una visión negativa. En contraparte, de Milei, el 34% aseguró tener una positiva, y un 49%, negativa.
Pero, en lo concreto, cuando se les consultó por quién votarían en el balotaje, el 47% de los votantes de Bullrich dijo que lo hará por Milei y La Libertad Avanza, mientras que solo el 9% piensa dar el salto a la grieta y apoyar a Sergio Massa.
Donde cualquier mortal se podría equivocar al hacer un pronóstico errado es con el caso de Juan Schiaretti y su gente, peronistas que reniegan del kirchnerismo. Esa primera calificación podría llevar a la errónea inferencia que por descontado los votos del actual gobernador de Córdoba se irían a Sergio Massa, el candidato del peronismo.
Pero el anti-kirchnerismo se impone tanto en la encuesta de Opinaia como en los hechos. Durante la elección del domingo, el ministro de Economía quedó en el cuarto lugar en la zona, con menos del 14% de las preferencias. Aunque el propio Schiaretti no venció como local, puesto que Milei fue la primera mayoría.
En cuanto a la imagen de los candidatos contendores a la Casa Rosada, ambos tiene mejores índices. Un 21% aseveró que tenía una visión positiva de Massa, y un 78% se decantó por la opción contraria. En la vereda contraria, Milei cosecha un 37% de imagen positiva, frente a un 60% negativa.
Donde hay mayores diferencias es en la intención de voto, en la que los seguidores de Schiaretti se muestran menos tajantes que los de Bullrich a la hora de entregar su apoyo a Milei antes que a Massa.
En ese aspecto, el 37% dijo que el 19 de noviembre irá por la boleta de Javier Milei, mientras que el 26% lo hará por el posible sucesor de Alberto Fernández. En tanto, el 9% votará en blanco y el 16% simplemente no acudirá a las urnas. El porcentaje que ambos se disputarán es el 12% de indecisos, donde Massa ya anunció un viaje a la zona para intentar descontar algunos puntos a su favor.
Según otro sondeo realizado por encargo del propio Juan Schiaretti, realizado entre el 25 y 27 de este mes, buscaba darle una idea general al gobernador sobre la opinión de sus dirigidos de cara al balotaje. En aquella medición, a cargo de CB Consultora Opinión Pública, hay peores cifras para Massa, pero, en perspectiva, no son tan malas.
Si bien el libertario se impondría 71%-29%, de todos modos significaría un crecimiento importante para Massa respecto a la primera vuelta, además de ser la repetición de los números de Macri-Scioli en 2015, detalló Clarín.
La última candidata de la primera vuelta fue Myriam Bregman, del Frente de Izquierda y de Trabajadores, cuyos 800 mil votos (lejos de los 6,2 millones de Bullrich, por ejemplo) se irán mayoritariamente a Massa, aseguró el sondeo de Opinaia. Un 52% dijo que apoyaría al tigrense, mientras que solo un 14% dijo que votará a Milei.
Buscando moderación
“Hay dos tercios de la Argentina que quiere otra cosa. Si no terminamos con el kirchnerismo es porque somos irresponsables”. Las palabras corresponden al día siguiente a las elecciones, cuando un aún aturdido Javier Milei tuvo que cambiar su discurso tras quedar segundo en la primera vuelta. Esperaba llegar primero y, quizás, ganar aquel mismo domingo. Aún más, pocos votos había logrado sumar desde las primarias, por lo que era necesario un giro, detalló La Nación.
Cuatro días después, la mañana del viernes, el expresidente Macri contestaba su celular.
—¿Qué pasó, Javier? —respondió nada más contestar su teléfono, sin un “hola” de cortesía. Hablaba con Javier Milei, consignó Clarín.
—Me dijo Julio, mi chofer, que anoche te peleaste de nuevo por televisión en el programa del “Pelado” Trebucq —prosiguió Macri.
El exmandatario se encontraba en el Club Argentino de Tenis, y todo ocurrió con el celular en altavoz, por lo que más de uno identificó rápidamente la voz que respondió.
—No, digamos, a ver, te voy a explicar. Había un paro en el canal y se escuchaban murmullos detrás de las cámaras. Una mujer gritaba y me desconcentraban, no sabés lo que era —dijo el candidato de La Libertad Avanza. Se refería a la comentada entrevista en que dijo que había “murmullos” que no lo dejaban concentrarse.
Allí, el expresidente notó que lo observaban, y quitó el altavoz, detalló el mismo medio. Hablaron durante un buen rato, y la principal observación fue una que hace tiempo, incluso antes de que su propia candidata perdiera, le viene haciendo al libertario en secreto. No se debe seguir peleando con los periodistas. “No tiene que parecer un loco”, han señalado asesores de Macri que ahora están cooperando en la tienda de LLA.
Días antes del hecho, una decidida Bullrich llegó a la casa del fundador del PRO para decirle que se había decidido a dar su apoyo explícito a Milei luego de perder ante él en la primera vuelta. “Qué rápido te decidiste, me alegro”, dijo Macri, para luego confesarle un secreto a voces: hace tiempo que venía conversando vía teléfono con el candidato de La Libertad Avanza.
Se concertó una reunión en el mayor de los secretos entre los tres. “Acá viene la montonera”, dijo, irónico, Macri. “Sí, la que pone bombas en jardines”, respondió. Milei se incomodó, explicó Clarín. “Bueno, perdón, me equivoqué”, concedió.
Aquella cita, aseguró el medio La Política Online, definió los pasos a seguir del nuevo bloque. A cambio de 15 millones de dólares y del aparato fiscalizador de JxC, Milei dio el brazo a torcer ante su política de la “casta”, pero pidió que el apoyo no se reflejara en fotos, porque le sacarían en cara con mayor razón ese punto.
Bullrich le mostró incluso una lista de 11 “líneas rojas” que “la Argentina necesita para salir adelante”, entre ellas, la revalorización de la “educación pública, gratuita y de calidad” y la reafirmación de la legislación vigente “en materia de armas, donación de órganos y la patria potestad compartida”. Contaron con el visto bueno de Milei.
Donde no hay consenso es en lo referente al banco central y la dolarización. “No es negociable”, señaló el candidato libertario el jueves pasado durante una entrevista con A24. “Después viene un gobierno de delincuentes que saca otra ley y se la lleva puesta”, argumentó.
Este lunes, en tanto, el propio Mauricio Macri salió a señalar que “hay diferencias. Patricia (Bullrich) las marcó en el documento público; Milei aceptó moderar esas propuestas. En el Congreso siempre vamos a poder oponernos a las cosas que no nos gusten”, dijo a la radio Cadena 3. A cambio, aseguró LPO, Macri podrá negociar con Milei puestos en ministerios, pero solo posterior a la eventual victoria de LLA en el balotaje.