Siria se adentra en una nueva etapa tras la caída de régimen de Bashar al-Assad que se asila en Moscú
Mientras las piezas se reacomodan en un tablero que estuvo frenado por años, miles de sirios opositores al gobierno de Assad salen a festejar con júbilo. Mientras, las dudas sobre cómo continuará la gobernanza en el país crecen. De momento, será el ex primer ministro quien supervisará las instituciones estatales, aseguró el líder del principal grupo armado de oposición.
Fueron 13 años de guerra civil que terminaron en cosa de días. El sangriento y multidimensional conflicto que azotó por más de una década a Siria, culminó la mañana de este domingo con el ingreso de los rebeldes de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) a Damasco, y la aparente huida de su presidente, Bashar al-Assad, hacia Moscú, en Rusia.
Con una ofensiva relámpago, que incluyó la toma de Alepo, Hama y Homs, para luego dirigirse a la capital del país, Damasco, concluyó una guerra que comenzó casi 14 años después de las protestas pacíficas enmarcadas en la “Primavera Árabe”, donde civiles exigían una democratización de la nación. Esto, sin embargo, derivó en represión estatal -incluidos informes occidentales de uso de armas químicas- y una guerra civil que expulsó a millones fuera de las fronteras sirias.
Algunos postulan que el masivo éxodo sirio fue la chispa de la crisis migratoria que afecta a Europa y que, indirectamente, generó el auge de los nacionalismos que hoy hacen crecer electoralmente a las extremas derechas en lugares como Italia, Francia y Alemania, entre otros.
Su arribo a la capital siria fue, según los propios rebeldes, sencilla, puesto que entraron a Damasco sin señales del despliegue del ejército, consignó Reuters. Les esperaban miles de personas en automóviles y a pie, que gritaban “libertad” mientras llegaban los milicianos de HTS, dijeron testigos a la citada agencia de noticias.
Ejemplo de la facilidad con la que entraron los rebeldes fue lo reportado por Al Jazeera en el lado sirio del paso fronterizo de Jaber entre Jordania y Siria, en Deraa: el lugar estaba vacío. Por lo menos en las últimas 24 horas, es decir, previo a la llegada de los rebeldes, no hubo presencia de fuerzas de seguridad, puesto que Jordania permitió a los sirios regresar a sus hogares. En aquella ciudad, los ciudadanos no esperaron a los milicianos opositores a Assad, sino que tomaron la urbe ellos mismos junto a grupos rebeldes -de los que Al Jazeera dijo, no se sabía que estaban allí- para luego marchar hacia el norte y unirse a otros grupos en Damasco.
En el ámbito internacional, algunos fueron más cautos. Así ocurrió con Geir Pedersen, enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, que expresó “cautelosas esperanzas” sobre lo que pueda ocurrir en el país. A través de una declaración este domingo, el político calificó el mandato de Assad como un “capítulo oscuro” que “ha dejado profundas cicatrices”. “Hoy esperamos con cautelosa esperanza la apertura de uno nuevo, uno de paz, reconciliación, dignidad e inclusión para todos los sirios”, cerró.
Los rebeldes, en cambio, no escondieron su emoción. “Celebramos con el pueblo sirio la noticia de la liberación de nuestros prisioneros y la liberación de sus cadenas”, dijeron tras liberar a los prisioneros de una gran cárcel ubicada en las afueras de Damasco.
Durante la tarde, se vio en videos publicados en redes sociales -confirmados por distintos medios- al líder rebelde, Abu Mohammad al-Jolani, ingresando a la mezquita omeya en Damasco, rodeado por decenas de personas que le lanzaban vítores. Allí, agradeció al “todopoderoso” por la victoria, y aseguró que se trató de “una victoria para la nación islámica”.
Tanto Rusia, ocupada de su guerra contra Ucrania, como Hezbolá (grupo respaldado por Irán), en guerra con Israel, destacaron por su desaparición del campo de batalla. Dos funcionarios de seguridad libaneses dijeron a Reuters que el grupo chiita retiró todas sus fuerzas de Siria el sábado, a medida que las facciones rebeldes se acercaban a la capital.
De hecho, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, tampoco escondió su alegría, quien se reunió con altos mandos militares en la frontera entre su país y Siria, donde las fuerzas armadas planean reforzar la zona, reportaron medios locales. “Este es un día histórico en los anales de Oriente Próximo”, dijo el premier, según recogió la cadena de televisión israelí i24. El premier también aseguró que la caída de Bashar al-Assad “es consecuencia directa de los golpes que asestamos contra Irán y Hezbolá”.
De regreso a Damasco, la ofensiva fue liderada por HTS, grupo considerado terrorista por la ONU, los EE.UU. y la Unión Europea. Su líder, Abu Muhammad al-Jolani, fue parte de la insurgencia iraquí contra Estados Unidos como miembro de lo que eventualmente se convirtió en ISIS, el Estado Islámico hoy replegado, pero aún vivo, en zonas de Siria.
Previo a la conformación de HTS, eran conocidos como Jabhat al-Nusra o Frente Al-Nusra, y se declararon leales seguidores de Al-Qaeda, alianza que se quebró públicamente en 2016, pasando a objetivos locales en Siria y renombrándose como Hay’at Tahrir al-Sham, o, en español, Organización para la Liberación del Levante.
Entre las razones que explican la rápida caída de Assad, Al Jazeera nombró el hundimiento de la economía siria, “supuestamente apuntalada en gran medida por el comercio ilícito de la droga psicoactiva Captagon”. También estaba la creciente impopularidad del mandatario entre las tropas y los civiles, a quienes cada vez les costaba más sobrevivir. Algunos informes incluso hablaban de policías y soldados que abandonaron sus puestos, entregaron sus armas y huyeron ante el avance opositor.
Vacío de poder
El arribo de HTS a Damasco significó el fin de más de 50 años de mandato de la familia Assad, que acabó con la huida del actual presidente, Bashar al-Assad, según confirmó Rusia, uno de los principales puntales -junto con Irán- del régimen sirio.
A horas de la mañana, se desconocía el paradero del líder sirio, pero desde el Kremlin aseguraron que su intempestiva salida se dio como resultado de negociaciones con las distintas partes que componen la guerra civil.
“Como resultado de las negociaciones celebradas entre B. Assad y una serie de participantes en el conflicto armado (en la República Árabe Siria), decidió dejar el cargo presidencial y abandonó el país, dando instrucciones para transferir el poder de forma pacífica”, declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en un comunicado el domingo, sin que medios independientes hayan podido certificar las palabras del gobierno de Vladimir Putin. También añadió que Rusia “no participó de las negociaciones”.
Aquello se modificó con el pasar de las horas, luego de que medios locales aseguraran que Assad se encuentra en Moscú, citando a fuentes al interior del Kremlin. Además, Rusia le habría concedido asilo a él y a su familia.
Con el mapa de Medio Oriente fragmentado, considerando los múltiples participantes -directos o por proxy, es decir, guerra subsidiaria-, la gran interrogante es cómo seguirá el camino de Siria.
Abu Mohammed al-Jolani, jefe de HTS, aseguró que el ex primer ministro Mohammed Ghazi al-Jalali supervisará las instituciones estatales hasta que sean entregadas, consignó Al Jazeera y Hareetz, y permanecerá en el cargo mientras dure la transición.
La información fue publicada mediante un comunicado firmado bajo el nombre verdadero de Al-Jolani, Ahmed al-Sharaa, y también prohibía a las fuerzas militares de Damasco acercarse a organismos públicos, así como el disparar armas al aire. También se acordó que las telecomunicaciones e Internet seguirían funcionando, pese al remezón.
El propio Mohammad Ghazi al-Jalali llamó a elecciones libres, y aseguró estar dispuesto a entregar el gobierno a cualquier dirigente elegido por el pueblo. “No me voy y no tengo intención de irme. Espero garantizar de forma pacífica la continuidad de los poderes públicos y las instituciones y el aparato del Estado y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos”, planteó en un video grabado.
“Y tendemos la mano incluso a la oposición, que nos tendió la mano y dio garantías de que no causará ningún daño a ningún ciudadano que pertenezca a esta Siria nuestra”, añadió.
Según al-Jalali, “este país puede ser un país normal que construye buenas relaciones con sus vecinos y el mundo... pero esta cuestión depende de cualquier liderazgo elegido por el pueblo sirio”.
Lo que podría considerarse como una derrota para Moscú, considerando que por una década fue el principal custodio de Bashar al-Assad, fue una victoria para grandes porciones de Siria, que salieron a celebrar en masa la caída de un régimen que cobró la vida de miles de personas, así como la salida forzada de muchos.
Yulia Shapovalova, informando desde Moscú para Al Jazeera, planteó que Rusia e Irán parecen verse afectados negativamente por el derrocamiento, ya que “ambos han desempeñado un papel importante en el apoyo al régimen de Assad desde que comenzó el levantamiento en 2011″. Pero la alianza no es una cosa del pasado. “Rusia, de hecho, siguió estando del lado de al-Assad, porque hace poco, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, confirmó que Siria ha sido su aliado más fuerte en Oriente Medio”, añadió la periodista.
La unión estratégica le significó a Rusia influencia en Oriente Medio, así como la posibilidad de contar con una base en Tartus, al oeste de Siria, y una base aérea en Hmeimim, en la misma zona, lo que le otorgó al gigante de Eurasia una entrada clave al Mediterráneo. Desde allí, el país enviaría a sus mercenarios hacia África, a Sudán, Mali y la República Centroafricana.
Sin embargo, planteó Shapovalova, “a juzgar por la falta de pánico en las bases rusas, podría significar que podría haberse producido un elemento de acuerdo con Turquía. Por el momento, tenemos entendido que todos los vuelos entre Moscú y Damasco han sido cancelados y el ambiente en la embajada siria en Moscú sigue siendo tranquilo”, cerró.
De todos modos, el panorama se ve complejo, planteó Reuters. Con un mosaico de grupos que persiguen agendas muchas veces contradictorias, el destino a mediano plazo de Siria parece un misterio. Por ahora, “las fuerzas sirias respaldadas por Turquía han tomado el control de aproximadamente el 80% del área de Manbij, en el norte de Siria, y están cerca de la victoria contra las fuerzas kurdas allí”, dijeron fuentes de seguridad turcas a la agencia.
“La verdadera pregunta es qué tan ordenada será esta transición, y parece bastante claro que Golani está muy ansioso de que sea ordenada”, dijo a Reuters Joshua Landis, experto en Siria y director del Centro de Estudios de Oriente Medio de la Universidad de Oklahoma. Para que no se repita el caos que generó en Irak el derrocamiento por parte de Estados Unidos contra Saddam Hussein en 2003, Landis cree que Siria “necesitará que Europa y Estados Unidos levanten las sanciones”, porque “tendrán que reconstruir”.
En distintas partes de Europa, los sirios que huyeron del país celebraron la caída de Bashar al-Assad. En Francia, por ejemplo, cientos llegaron con banderas de la oposición a celebrar en la Plaza de la República. Emmanuel Macron, mandatario del país, elogió el “coraje” y la “paciencia del pueblo sirio, asegurando en X que “el Estado bárbaro (por el gobierno de Assad) ha caído. Finalmente. Rindo homenaje al pueblo sirio, a su coraje, a su paciencia. En este momento de incertidumbre, les deseo paz, libertad y unidad”, cerró.
En Erbil, la región kurda al norte de Irak, cientos salieron a las calles a aplaudir la salida del régimen, e incluso corearon consignas pidiendo la unidad entre árabes y kurdos, relató Al Jazeera.
Pero también hubo repercusiones en la región. Por ejemplo, Netanyahu ordenó a sus fuerzas que se apoderaran de una zona tampón en los Altos del Golán establecida por un acuerdo de alto el fuego de 1974 con Siria, nada más cayó el gobierno de Assad. El Ejército advirtió a los sirios de cinco pueblos cercanos a la zona ocupada por Israel de que “se quedaran en casa”.
En tanto, en Irán -otro aliado de Bashar al-Assad- ven con preocupación la caída del gobierno sirio. “Los acontecimientos de Gaza, Líbano y Siria han hecho añicos el pensamiento disuasorio de Irán”, dijo Anwar Gargash, alto diplomático de Emiratos Árabes Unidos, en el Diálogo de Manama del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, consignó The Associated Press.
Considerando que “Irán sigue siendo un actor regional fundamental”, añadió, “deberíamos aprovechar este momento para conectar y hablar de lo que viene”, cerró.
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