El número tres de la diplomacia estadounidense, David Hale, pidió el sábado una investigación “transparente” sobre la explosión del puerto de Beirut, donde se espera la llegada de miembros del FBI que asistirán a las autoridades en esta tarea.
“Debemos asegurarnos de que se lleve a cabo una investigación transparente, completa y creíble”, dijo Hale en su visita al puerto de la capital libanesa.
"No podemos dar marcha atrás y volver a una época en la que cualquier cosa podía entrar por el puerto o cruzar las fronteras del Líbano", señaló a los periodistas.
El 4 de agosto un incendio provocó una fuerte explosión en un depósito del puerto donde se encontraban almacenadas, según las autoridades, 2.750 toneladas de nitrato de amonio desde hace seis años “sin medidas de protección”, según admitió el primer ministro Hassan Diab, quien luego renunció.
La tragedia destrozó barrios enteros de Beirut, dejando al menos 177 muertos y 6.500 heridos.
Las autoridades estaban al corriente, incluso desde hace años, de la presencia de estas toneladas de nitrato de amonio, como lo reconocieron algunos responsables y fuentes de seguridad.
Las autoridades libanesas rechazan una investigación internacional, a pesar de las voces en el Líbano y en el extranjero que la piden.
David Hale anunció el jueves que la Policía Federal de Estados Unidos (FBI) se uniría a los investigadores “por invitación” de las autoridades libanesas. Francia, por su parte, abrió una investigación, tras conocerse la muerte de dos ciudadanos franceses.
El poderoso movimiento chiita libanés Hezbolá es acusado con frecuencia de tener sus entradas en el puerto de Beirut y manejar una red de contrabando en la frontera con Siria, su vecina en guerra.
Tras la explosión, algunos acusaron a Hezbolá, considerada “organización terrorista” por Estados Unidos, de almacenar armas en el puerto, algo que su jefe, Hassan Nasralá, desmintió firmemente.
Hale instó el sábado a las autoridades a que retomen el control de la situación. El FBI se unirá a otros expertos internacionales que ya se encuentran en el lugar, algunos de ellos provenientes de Francia.
Las autoridades libanesas también abrieron una investigación, pese a las críticas sobre la credibilidad de sus resultados.